Posted by : Vaig a Peu sábado, 4 de mayo de 2013


Su origen histórico con la denominación Valle de Ricote se sitúa a principios del siglo VIII, con la invasión musulmana de la Península Ibérica. El periodo de dominación musulmana de este valle, entre los siglos VIII y XIII, fue muy fructífero en el aspecto cultural. El Valle de Ricote fue el punto de partida de uno de los caudillos musulmanes más importantes del siglo XIII, Ibn Hud, el cual, y tras su sublevación en el castillo de Ricote consiguió aglutinar bajo su mandato a buena parte del territorio musulmán español durante diez años. En 1243, por el Tratado de Alcaraz, este valle, al igual que el resto del Reino de Murcia, se incorporó a la Corona de Castilla. En 1284, el entonces Infante Sancho de Castilla, prometió a la orden de Santiago la entrega de este territorio a cambio del apoyo de esta institución a sus aspiraciones a la corona castellana. Cuando el infante accedió al trono con el nombre de Sancho IV de Castilla cumplió lo pactado entregando el valle a la orden mencionada. Durante el siglo XVI se produjo en este territorio la expulsión de los moriscos. Forzados a la conversión en 1501, a lo largo de este siglo fueron desposeídos de todas sus raíces musulmanas, y ya a principios del siglo XVII, acusados de prácticas islámicas cuando ya eran totalmente cristianos, Felipe III de España decretó la expulsión de sus reinos. Fueron los moriscos ricoteños los últimos en salir de España, ya que lograron, alegando su cristianismo, evitar el decreto de expulsión de 1609, pero el interés económico que la oligarquía local tenía sobre sus bienes propició el que en 1614 se promulgase un nuevo decreto que directamente fue dirigido contra ellos y que ocasionó que a finales de ese año fueran embarcados en el puerto de Cartagena, primero con destino a Mallorca y posteriormente a Berbería. El siglo XVII fue un largo siglo de recuperación de la demografía y la economía como consecuencia de la expulsión. El siglo XVIII estuvo dominado por la familia Llamas, que procedente del vecino pueblo de Mula, se asentó en Ricote en el siglo XVII, aprovechando el vacío dejado por los moriscos y la consecuente disponibilidad de tierras a precios bajos. Esta familia, principalmente dos miembros de ella, Juan de Llamas, y posteriormente su hijo Francisco, controlaron la vida del Valle de Ricote durante todo el siglo XVIII. Pese a ser un territorio santiaguista la orden no intervino en la regulación de la vida del Valle, limitándose simplemente a percibir las rentas que esta encomienda le suministraba, dejando la administración en manos de arrendadores, entre ellos los Llamas, que a cambio de recibir buena parte de los ingresos generados en el territorio, aportaban a la orden una cantidad pequeña, pero que a fin de cuentas no le suponía esfuerzo generar. Durante el siglo XIX se produjo la disolución de la Orden de Santiago y los bienes fueron adquiridos por otras familias que siguieron controlando la vida de este territorio.
CÓMO LLEGAR: Por la E-15 A-7 dirección Murcia. Salida por la 762 dirección ALBACETE. Salida por la 116 ULEA/VÍA DE SERVICIO. Por la MU-523 dirección MURCIA/ULEA, en Ulea tomar la B-10 dirección ARCHENA/OJÓS, hacia Ojós y llegar a Ricote. Continuar por la B-15 de Ricote a Mula, hasta el kilómetro 3,5 aproximadamente donde está el cruce con la pista forestal que asciende hacia el repetidor de TVE de los Almeces. Hay sitio para aparcar.
ITINERARIO: INICIO PISTA FORESTAL A LOS ALMECES / CRUCE DE CAMINOS, SECTOR DE ESCALADA “LA VÍBORA” / BARRANCO DEL POZO / BARRANCO DE LA CAÑADA DE MIÑANO / MIRADOR / POZO DE NIEVE / CRUCE DE CAMINOS / CIMA DE LOS ALMECES / CRUCE DE CAMINOS / COLLADO  LINUESA / PIEDRA LISA / BARRANCO DE AMBRÓS / CRUCE DE CAMINOS, SECTOR DE ESCALADA “LA VÍBORA” / INICIO PISTA FORESTAL A LOS ALMECES.
COMPONENTES: VICENTE Y PATRO.











LA RUTA: Iniciamos desde el principio de la pista forestal, donde hay un cartel descriptivo de la ruta. Es una zona de altos riscos poblada de un gran manto de pinar. El día está brumoso y algo húmedo pero no creemos que llueva.









El entorno está muy cuidado y parece que lo hayan reforestado recientemente. La pista hace varias curvas y nos eleva suavemente en dirección a un peñón rocoso de color rojizo y atestado de pinos.









Alcanzamos la base del peñón rocoso que resulta ser una pared de escalada llamada la Víbora. Aquí hay un cruce de caminos y un cartel informativo que indica que la ruta se puede efectuar en ambos sentidos. Por las notas que traemos, preferimos hacerlo por la izquierda siguiendo el cauce del Barranco del Pozo.







Comienza un largo ascenso por el frondoso barranco en el que dejamos atrás rocosos farallones. La pista va cambiando de lado en cauce buscando el trayecto más asequible. Nos sorprende ver un albaricoquero adulto y con los frutos cuajados, quizás la semilla fue transportada por un ave o arrojada por un senderista.











El desnivel se va acentuado más,  algunas rampas superan el 20% al llegar al fondo del barranco y cambiar de ladera. Entre la espesa vegetación comprobamos la altura que hemos tomado, aunque la bruma nos impiden ver con nitidez.











Antes de finalizar esta ladera tenemos un vertical paredón roquero donde entre sus grietas, las raíces de los pinos se han aferrado a la supervivencia y crecen como surgidos de la roca.








El camino forma una cornisa al dar la vuelta y cambiar de vertiente. Entramos en el Barranco de la Cañada de Miñarro. Disfrutamos de unas espectaculares pero brumosas vistas, apenas distinguimos el pueblo de Blanca y las siluetas de la Sierra del Oro y la Atalaya en Cieza, y por supuesto el Carche y la Pila quedan difuminados.









Por esta soleada vertiente, el camino aminora los desniveles, y va recorriendo los contornos de la sierra, mostrándonos el cerrado y boscoso pinar entre riscos y oteros, surcado por ramblas frondosas que nos dejan entrever las antenas de la cumbre.











Seguimos avanzando, mirando hacia atrás vemos el último tramo recorrido. Un espigado pino tiene incrustada una piedra de regular tamaño en su copa, consecuencia de algún desprendimiento. Ya tenemos a la vista el cerro de la cumbre y su avispero de antenas.












Al pie del cerro, hay un pequeño desvío a la derecha que nos conduce a un recoleto mirador, esto nos hace pensar que los artilugios metálicos instalados en la cima impiden toda visibilidad, aunque la bruma no ayuda mucho aquí.









La pista rodea el cerro para subirlo por detrás. Poco antes de llegar al cruce de caminos, vemos a la derecha, sujetado por dos palos, un pequeño panel sin nada escrito.










Del cruce a la cima hay unos setecientos metros de duro desnivel que acaban en un enjambre de casetas y antenas. Horroroso. Apenas distinguimos el punto geodésico. Los Almeces (1.122 m.) Foto rápida y volvemos al cruce.



Ahora continuamos recto, en claro descenso. Nos viene a la memoria el pozo de nieve de la sierra de Ricote, que está descrito en nuestras notas. Consultamos el mapa y comprobamos que su ubicación estaba cerca del cartel sin nada escrito. Quizás por su mal estado de conservación quieran evitar que la gente se acerque, para lo cual también deberían eliminar su información. Almorzamos cerca de un cortafuego que baja desde la cima.










Proseguimos bajando cómodamente hasta llegar al Collado Linuesa (857 m.) donde hay un pozo y un cruce de caminos. Por la izquierda viene el Sendero del Collado de la Madera PR-MU 47 que se une a nosotros durante un tramo.









Entramos en la vertiente derecha del Barranco de Ambrós que nos sigue descendiendo. El paisaje es más silvestre y arisco, con numerosos promontorios y apartados peñascos siempre coronados por la vegetación.















Antes de llegar a una cerrada curva, vemos un enorme chaflán, una colosal pared roja entre los pinos. Es Piedra Lisa, una zona de escalada con un desplome de unos cuarenta metros espectacular. A medida que nos vamos acercando va creciendo; está bien equipada y su progresión es de nivel alto. Las fechas de escalada están acotadas por la presencia del halcón peregrino que anida en ellas.











El paisaje del camino se torna más grandioso, estamos rodeados de escarpados riscos, grandes pedruscos o solitarias muelas en la altura y delgadas crestas invadidas por la vegetación que se alargan barranco abajo.








Más tarde la pista forestal hace una serie de curvas y grandes lazadas reduciendo considerablemente el desnivel  hasta llegar al cruce de caminos, donde cerramos el círculo que iniciamos esta mañana. En las paredes de la Víbora oímos voces y vemos a un escalador aferrado a ellas.










Marchamos alargando el sendero hasta el coche. Ha sido una buena excursión, serena y tranquila, en un entorno precioso. Solo un pero…el desmesurado atiborramiento de antenas en la cumbre.

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 20,850 KM.
TIEMPO: 05:17 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 1.122 M. (Cumbre de Los Almeces)
ALTURA MÍNIMA: 425 M. (Inicio pista forestal a Los Almeces)
DESNIVEL POSITIVO: 735 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 729 M.
DIFICULTAD: MODERADA.

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