LA SERRELLA Y EL PLA DE LA CASA

Posted by : Vaig a Peu sábado, 9 de marzo de 2013

La Serrella es uno de los sistemas orográficos más sugerentes y espectaculares del área septentrional de las comarcas de Alicante, que presenta unos perfiles de gran vistosidad y contrastes, con cinco cimas que superan los 1.300 metros sobre el nivel del mar. El macizo de la Serrella está enmarcado por las sierras d’Almudaina (1.017 m.) y Alfaro (1.166 m.) en el norte; la sierra de la Xortá (1.218 m.), la cual representa su prolongación hacia el este; y el macizo de Aitana (1.558 m.), al sur. Su relieve establece la divisoria entre el valle del Seta al norte y el valle de Guadalest al sur, y sus crestas y barrancos son los límites de los términos municipales de Benasau y la aldea d’Ares d’en Bosc, Quatretondeta, Fageca y Famorca (el Comtat); Castells de Castells (la Marina Alta), Beniardá, y Confrides con su aldea de l’Abdet (la Marina Baixa). Geomorfológicamente, la Serrella se sitúa en la parte oriental de las sierras béticas, denominado prebético interno, se trata de un relieve joven donde dominan las crestas y los riscos. La sierra sugiere una alineación inicial de SW-NE, de unos 15 kilómetros de longitud, presentando una inflexión en la parte central que provoca un cambio de dirección a NW-SE. La diferencia de cotas, que varía desde los 400 metros en la base de la sierra, en la parte de Beniardá, hasta los 1.387 metros en el Pla de la Casa, hace que encontremos fuertes pendientes en el núcleo calcáreo de la sierra y por debajo afloran las tierras margosas profundamente abarrancadas y abancaladas para su cultivo, pese que la colonización agrícola no ha conquistado las grandes alturas. Las cimas más representativas de la Serrella son el Recingle Alt (1.359 m.), en la parte meridional; el Pla de la Casa (1.387 m.) en la zona central, y la Mallada del Llop (1.361 m.), en el sector más septentrional. La erosión pluviofluvial ha tenido un papel importante en la fisonomía de la sierra, responsable de la red dendrítica en las margas y del modelado cárstico en las calcáreas, del que son un ejemplo espectacular les “agulles” o “frares” de la vertiente norte (Quatretondeta). También el periglaciarismo es notable en el modelado de las vertientes, lo cual da lugar a extensos runares o pedreras. La orientación de la sierra y su disposición en barrera, muestra dos caras bien diferenciadas por la exposición solar, la umbría y la solana. La vertiente septentrional registra uno de los índices más altos de precipitaciones de la provincia, dada su favorable disposición a los vientos húmedos. Las precipitaciones en forma de nieve son habituales en invierno y durante algunas semanas se cubren de blanco sus relieves más elevados.

CÓMO LLEGAR: Autovía hacia Valencia, salida en la rotonda elevada San Vicente del Raspeig/Universidad, dirección Alcoy. En Alcoy pasados los túneles, rotonda dirección Benilloba, a Gorga y Quatretondeta. Aparcar en la calle principal, junto al Hotel Rural.

ITINERARIO: QUATRETONDETA / FONT DELS DOS XORROS / CORRAL DE LA PENYA / BARRANC Y FONT DE LA CANAL / MORRO DE LA SERRELLA / RECINGLE ALT / COLL DE LA CASETA DEL RETOR / COLL DE BORRELL / RECINGLE FINESTRA / COLL DEL BORRELL / CANTALAR DE GIL / PLA DE LA CASA / POU DE NEU / FONT ROJA / FONT DEL ESPINAL / QUATRETONDETA.

COMPONENTES: VICENTE, JULIÁN, LOURDES Y PATRO.

LA RUTA: De nuevo a la Serrella. Sin menospreciar a Aitana y Mariola, es la más bonita de la provincia, y la que más te hace sentir el entorno pirenaico, salvando las distancias. En su extenso territorio, con varios pueblos y aldeas, pequeños valles y profundos barrancos, se pueden combinar rutas y travesías para todos los gustos e intensidades, donde podemos contemplar los efectos de la erosión en sus riscos y dejar volar nuestra imaginación. Pese a ello no es la más concurrida, lo cual nos permite recorrer tranquilamente sus hermosos parajes.

Iniciamos desde el pueblo saliendo por la derecha, por el arcén de la carretera que hemos venido, y en unos trescientos metros torcemos a la izquierda y entramos en el paraje de la Font dels dos Xorros, que parece un rincón para enamorados, han roto las carcasas y bombillas de todas sus farolas.

Subimos por el camino de tierra hasta alcanzar el asfalto de la estrecha carretera que va a Benasau. Vamos en clara dirección a la umbría de la sierra. Al elevarnos tenemos una bonita vista del pueblo a nuestras espadas.

Dejamos atrás bancales de piedra seca con almendros y sobre todo olivos. Hay gente madrugadora atareada en faenas del campo. Seguimos caminado hasta dejar la carretera por una pista de tierra a la izquierda.

Enseguida tenemos el Corral de la Penya, una construcción del siglo XVIII restaurada en año 2004. El camino se vuelve senda y continuamos elevándonos sobre la vertiente del Barranc del Racó. A la izquierda, la pared de escalada de la Penya Roja.

Seguimos subiendo hasta superar el inicio del barranco junto a unas hermosas rocas repletas de hiedras. Abajo, todo el camino recorrido, Quatretondeta y la sierra d’Almudaina.

Ahora, el sendero nos conduce casi horizontalmente por toda la ladera de la montaña, con unas vistas espectaculares pese a las nubes que se van acumulando. Más adelante nos eleva con unos zigzags para superar la siguiente loma.

Entramos en la vertiente del Barranc de la Canal y comenzamos a bajar hacia el inicio de su cauce, donde se encuentran las ruinas del Mas y la Font de la Canal. Entorno privilegiado el de esta construcción, de la que quedan vestigios de grandes zonas abancaladas con troncos de almendros secos como fantasmas de un pasado floreciente. Solo una higuera resiste junto al pilón de la fuente de frescas aguas.

Continuamos por la ladera de la vertiente en suave ascenso hasta rodear toda la loma, y encarar de frente la montaña. Comienza una dura pero bonita subida entre el pedregoso runar, que nos deja en el cordal de la sierra con una impresionante vista integral. Por detrás, el Montcabrer y el Comtat.

Pasamos por el ramal que baja a Benasau y continuamos hacia el Morro de la Serrella (1.184 m.) con su sencilla cresta. Han caído unas gotas pero el día se va aclarando. Recorremos el cordal con preciosas panorámicas hasta llegar a la cima.

Recingle Alt (1.359 m.) mayor altura de la parte meridional, donde se amplían las vistas y podemos ver resto de esta larga sierra, el Pla de la Casa, la Mallada del Llop y la Xortá.

Comenzamos a bajar hacia el Pla de la Salvia y siguiendo el ancho camino por la derecha, bajamos en varios lazos hasta el Coll de la caseta del Retor, donde hay un gran depósito de agua para helicópteros en caso de incendio.

Proseguimos por la izquierda en leve descenso rodeando las faldas de la Penya l’Heura, encontramos la cabeza con los cuernos y el espinazo de una cabra muerta. Casi llegando al final el camino se bifurca en dos, nosotros nos vamos por la derecha, hasta el Coll de Borrell.

Una vez en el rellano, giramos a la derecha, en dirección a la loma, enseguida encontraremos una sendita que la asciende; bajar un poco pegados a la pared de la derecha aunque no veamos nada, y rodear el risco, no hay peligro y merece la pena. Ante nosotros tenemos un enorme agujero en una gran peña, su contorno asemeja perfectamente al mapa del continente de África, o imaginando más, a la cabeza de un puma o a la de una pantera: Es el Recingle Finestra. Su acceso es asequible.

Volvemos al Coll de Borrell y seguimos por la derecha, estamos crecidos y rodearemos el Pla de la Casa por la ondulante senda que recorre el Cantalar de Gil. Sigue mejorando el día y hay una luz especial, donde sobresalen las amarillas flores de las aliagas.

En el pequeño colladito tomamos la senda de la izquierda y comienza la exigente subida a la cumbre. Entre el runar y las piedras sueltas nos vamos esforzando por llegar a la muralla que forman las erosionadas paredes. Alcanzamos el primer nivel del Pla de la Casa.

Con la cabeza gacha damos el último empellón y coronamos la cima subiendo al pequeño risco donde está la cruz. Pla de la Casa (1.387 m.), situado en su parte central, es la máxima altura de toda la sierra. Estupendas panorámicas hacia el mar con un cielo azul y nubes algodonosas.

Debajo de la cima, protegidos del aire, damos cuenta de nuestro merecido almuerzo. Luego, iniciamos el descenso con bonitas perspectivas del grandioso Pou de la Neu. Atravesamos todo el llano e indagamos una posible subida desde el Cantalar de Gil, dado que habíamos observado algún mojón cerca de las paredes.

Emprendemos la trepidante bajada hasta la Font Roja. El almuerzo nos ha dado alas, nos salimos de la senda y agitamos el descenso por la torrentera como en los viejos tiempos. Entre risas llegamos de nuevo a la senda, al pino horizontal y a la fuente.

Font Roja, escondido rincón y cruce de senderos. Nosotros continuamos rectos obviando la variante que rodea a media altura la sierra y llega a Fageca. Seguimos dando la vuelta a la Penya l’Heura por la bonita senda de la umbría.

El paisaje va cambiando y llegamos al runar, dejando por la izquierda la senda casi horizontal que lleva hasta la Cova Foradada y els Frares. Prolongamos la bajada y arribamos a la Font del Espinal con su eterno almendro en forma de ángulo recto. El agua sabe a gloria.

Ya por ancho camino, continuamos deshaciendo el desnivel. Mirando hacia la sierra tenemos todo el frontal de les agulles y els frares. Nos acercamos a la minúscula casita de aperos de dos plantas, al verla, siempre creo que va a aparecer por el balcón, el actor José Isbert anunciando que han llegado los americanos.

Llegamos a la gran carrasca de la Tía Sofía, singular ejemplar de más de 250 años unido a la historia del pueblo. Pasamos por el depósito de agua y entramos a Quatretondeta por una de sus silenciosas y tranquilas calles.