sábado, 26 de enero de 2013
Revolcadores es una
montaña con escasa vegetación cuyas crestas, desoladas y permanentemente
batidas por el viento, son amplias y panorámicas. Este macizo calizo de alta
montaña, de fuertes pendientes y suelos poco profundos, presenta una flora con
especies típicas del piso oromediterráneo, muy poco frecuente en la Región. Caben
destacar los pinares de Pinus
nigra subsp. clusiana, una
asociación de alta montaña que constituye el límite de su área de distribución.
Éstos asociados, a su vez, a los sabinares albares supramediterráneos de Juniperus thurifera tienen un carácter casi exclusivo de
la Región de Murcia. Por otro lado, se encuentran los sabinares de Juniperus
phoenicea sobre rocas y litosuelos, representados en dos tipos de asociaciones:
con y sin pino blanco, los carrascales de Quercus
rotundifolia y los
pastizales de Poa bulbosa.
Otros pastizales a destacar en Revolcadores son meso-supramediterráneos sobre
arenas dolomíticas con Silene
psammitisy Arenaria
tenuis. Dentro de la especies típicas de la zona también son importantes:
los prados anuales de Crepis
granatensis, endemismo subbético y especie en peligro de extinción que
está incluida en el Anexo II de la Directiva 92/43, e Iberis granatensis; los
lastonares de Brachypodium retusum; las formaciones de Sedum sediforme o uña de gato sobre litosuelos.
Asimismo destacan algunas especies endémicas: Euphorbia
nevadensis o Santolina elegans, y alguna
especie relicta como el arce, Acer
granatense. Por el contrario, entre las especies de fauna destacan a nivel
regional las poblaciones de cabra montés (Capra pyrenaica), águila
real (Aquila chrysaetos), aguililla calzada (Hieraaetus pennatus),
gato montés (Felis silvestris) y tejón (Meles meles), así
como las rapaces rupícolas como el búho real (Bubo bubo) y halcón
peregrino (Falco peregrinus), incluidas en el Anexo I de la Directiva
79/409. El macizo de Revolcadores, junto con La Sagra y con otras alienaciones
montañosas y sierras menores, constituyen la prolongación hacia el Este de las
sierras de Cazorla y Segura. Geológicamente pertenecen al dominio de la
cordillera Bética y más concretamente a las sierras llamadas subbéticas, siendo
los materiales que predominan las rocas calizas y dolomías. El macizo de
Revolcadores y La Sagra se encuentran muy próximos entre sí, apenas les separan
30 km, sin embargo la cumbre de la Sagra se encuentra en extremo Noreste de la
provincia de Granada y los Revolcadores ya pertenecen a la Región de Murcia. El
paisaje presenta un acusado contraste al ser una zona de transición entre las
altas cumbres de la Cordillera Bética y las cuencas interiores en las que se
asientan las vegas del Segura, participando de extensas masas forestales con
ambientes propios del sector húmedo de la Sierra del Segura, pero también de
rasgos semiáridos del Sureste. El paisaje con el terreno nevado cambia
totalmente, haciendo todavía sus ascensiones más interesantes si cabe: el
macizo de Revolcadores se llena de espectaculares 'árboles duendes' cargados de
nieve. Es seguramente la única zona de Murcia donde, pese a no existir
infraestructuras adecuadas, se puede practicar el esquí. Las visitas de clubes
de montañeros son frecuentes y, en ocasiones, se reflejan en placas colocadas
en lo más alto, cerca del vértice geodésico que marca la altura máxima.
CÓMO LLEGAR: Autovía E-15 a Murcia,
hacia Granada, salida nº 651B por la C-415 a Caravaca de la Cruz, seguir por la
C-330 hasta pasar la Gasolinera y el caserío de Casablanca, poco después salir
a la derecha por la estrecha carreterita que en unos 13 km nos deja en
Inazares. Aparcar cerca del Bar Nogal.
ITINERARIO: INAZARES / PINAR LLANO /
BARRANCO DEL MORRO DE LAS COVACHAS / MARJAL DE LA SIMA / LOS OBISPOS /
REVOLCADORES / LOS OBISPOS / SENDA POR LA LOMA HASTA ENLAZAR CON LA PISTA DEL
BARRANCO / SENDA A INAZARES.
COMPONENTES:
VICENTE, LOURDES Y SANTI.
LA RUTA: Sabíamos que habría nieve por las informaciones meteorológicas del jueves y viernes pasado, pero también que el viento sería el protagonista del día de hoy. Se prevén ráfagas de más de 30 km hora en el Caserío de Inazares, lo cual quiere decir que arriba se acercarán a los 50 km.
Hay bastantes coches en el aparcamiento. El termómetro marca 8º, pero la sensación es inferior. Mientras descargamos mochilas, un grupo de tres personas que van a salir, nos consultan sobre la ruta que para ellos es nueva. Les indicamos que está bien marcada, pero que deben estar atentos a un desvío a la derecha, cerca del Collado del Pino Gordo.
Iniciamos por delante del Bar Nogal en dirección al lavadero, para torcer a la izquierda hasta el depósito de agua donde seguimos a la derecha por un sendero junto a un muro de piedra y hacia un gran nogal deshojado. Las manchas de nieve se van haciendo más patentes en el paisaje.
A medida que avanzamos hacia campo abierto el aire se hace notar. Santi y yo vamos sin polainas pero las tenemos a mano. De momento la senda solo atraviesa algunas pequeñas zonas de nieve. Salimos a un camino por la izquierda para luego dejarlo por la derecha, de nuevo por senda, en dirección al Pinar Llano.
Mirando hacia atrás el paisaje de las lomas es precioso, pero sin nieve. El día está muy despejado. De frente tenemos la cumbre de Los Odres (1.874 m.) moteada de nieve. Las piquetas y las marcas del PR son muy visibles. Enlazamos con otro camino paralelo al Pinar Llano, lo seguimos hasta cerca de las ruinas de un cortijo para torcer otra vez a la izquierda y encaminarnos de nuevo de frente hacia a Los Odres.
Continuamos ganando altura en dirección al Collado del Pino Gordo y la senda pasa junto a un pino solitario. Recuerdo que el año pasado estaba repleto de nieve, como una estatua de mármol blanco; este año ha nevado menos y el fuerte viento se ha encargado de limpiar su copa que sigue verde y reluciente.
Vamos atentos a las marcas porque enseguida tenemos que virar a la derecha, está marcado con mojones y alguna piqueta metálica que nos dirigen hacia el collado, dejando atrás el Pinar Llano. Aprovechamos un poco el resguardo de un pino para colocarnos las polainas y tomar unos hidratos de carbono antes de asomarnos al Barranco del Morro de las Covachas.
En el Barranco el aire sopla fuerte. El sendero se pega a la izquierda entre las paredes y los pinos. La nieve supera ya los diez centímetros y en los ventisqueros donde el aire acumula la nieve caída de los pinos, alcanza los treinta y cinco.
El sendero baja un poco y seguimos a media ladera, remontando suavemente en medio del bosque hacia el Marjal de la Sima. La verdad es que el aire se soporta bien y no hay tanta sensación de frío, Lourdes y yo no usamos los guantes. Ahora subimos diagonalmente a la derecha por terreno rocoso hasta la loma cimera del Marjal de la Sima.
Alcanzamos al grupo que nos precedía y estando dialogando con ellos llegan Pepe y José Ramón que se unen a nosotros. Remontamos un poco por la izquierda y ya oteamos la cumbre de Los Obispos. Bajamos un poco para atravesar dos collados, pero nuestro objetivo está cada vez más cercano.
Nos vamos esforzando para superar los desniveles rocosos donde la nieve acumulada ha cubierto por completo la senda, al ser tan vertical no vemos el pilón del punto geodésico hasta que lo tenemos encima.
Un impulso más y ya estamos en la cima de Los Obispos (2.014 m.) término municipal de Moratalla y cumbre más alta de la Comunidad Murciana, según reza en el arcón metálico clavado en una piqueta con el escudo en dorado. El viento arrecia fuerte. La Sagra nevada está impresionante y en la Cima de Revolcadores hay un grupo de gente. Foto rápida y a por el segundo objetivo.
Los algo más de trescientos metros de distancia entre ambas cimas se hacen interminables, apenas queda nieve que ha sido barrida por el aire. Totalmente desprotegidos el viento se ensaña con nosotros. Vemos la boca de la sima, pero apenas nos podemos detener. Caminamos muy despacio procurando que las ráfagas no nos sorprendan con un solo pie apoyado, si no queremos ser derribados al suelo.
Revolcadores (1.999 m.), relegada a segunda cumbre del macizo del mismo nombre, y algo más montañera por estar su punto geodésico entre rocas. Ya no queda nadie, y es lógico, la fuerza del aire es brutal. Cada uno estamos agarrados con fuerza a una roca, hacer la foto ha tenido un mérito increíble, la cámara podría haber volado hasta Sierra Nevada.
Ahora sí recurrimos a los guantes. Volvemos penosamente sobre nuestros pasos hasta la cima de Los Obispos. Sin duda este recorrido de ida y vuelta ha sido lo más duro de la ruta. Iniciamos el descenso, y al pie de unas rocas, protegidos del aire y de cara al sol, hacemos hueco entre la nieve para el almuerzo. El vino y el té caliente nos reconfortan.
El regreso lo vamos a efectuar por la pista de tierra, con lo cual haremos la ruta circular y caminaremos más protegidos del aire. Para ello, a pocos pasos de donde estamos nos desviamos a la izquierda. Hay una bonita senda, que la nieve ha tapado por completo, pero se puede seguir con facilidad entre pisadas y rastros. Poco después se bifurca, no importa el ramal que se siga, puesto que las dos van a parar a la pista de tierra que ya distinguimos en el fondo del barranco.
Una vez en la pista dejamos de preocuparnos por el aire. Los primeros centenares de metros son en ascenso, con diez o quince centímetros de nieve, y rodeando la umbría del Collado Morro de las Covachas. Más tarde el camino se estabiliza y en una curva cerrada a la izquierda, antes de que comience a bajar, tomamos una senda por la derecha marcada con mojones y pinturas de PR.
La nieve es cada vez más escasa. El sendero nos sigue bajando entre un bosquecillo de pinos y antes de comenzar a vadear una rambla, vemos una enorme encina que debido al aire y posiblemente al peso de la nieve de estos días, la mayor de sus ramas se ha quebrado. La naturaleza es sabia, quizás así perdure más.
Al comenzar a remontar la otra ladera vemos a la izquierda la boca de una cueva que está vallada. Recuerdo que hace unos años con Valero, estuvimos en la entrada, el nuevo trazado de la senda esquiva su paso. Es el último repecho que nos queda.
Una vez arriba entramos en una zona de verdes pastos con un abrevadero para ganado que con una goma han dotado de agua. Cerca de un bosquete de pinos continuamos por camino que a su vez desemboca en otro más ancho con carteles de madera a Revolcadores e Inazares.
Continuamos por la derecha, y ya tenemos a la vista los bancales labrados. Abandonamos el camino por una senda a la derecha, ver marcas de PR, y nos cruzamos con la de subida de esta mañana. La silueta del gran nogal deshojado está a la vista y el pueblo asoma por debajo de la loma.
Nos dejamos llevar por el depósito de agua hasta el Bar Nogal y al aparcamiento que ahora está a rebosar, hay familias que han venido a pasar el fin de semana en las casas rurales.
Bonita excursión, pese a la furia del
viento en las cimas.
RECORRIDO:
CIRCULAR.
AGUA EN RUTA:
NO.
DISTANCIA:
14,450 KM.
TIEMPO: 05:47
HORAS
ALTURA MÁXIMA:
2.019 M. (Los Obispos)
ALTURA MÍNIMA:
1.334 M. (Inazares)
DESNIVEL
POSITIVO: 1.073 M.
DESNIVEL
NEGATIVO: 1.055 M.
DIFICULTAD:
MODERADA. Las fuertes rachas de viento solo incidieron en el recorrido de ida y
vuelta entre las cumbre de Los Obispos y Revolcadores)
