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- CALBLANQUE, CALAS DE ARENA DORADA
El Parque Regional
de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila está situado en el
sureste de la Región de Murcia, entre los Municipios de Cartagena y La Unión.
Sus 2.775 hectáreas albergan excepcionales valores naturales y culturales que
han llevado a la declaración de distintas figuras de protección como Lugar de
Importancia Comunitaria (LIC) y Zona Especial de Protección para las Aves
(ZEPA). Además, debido a su singularidad y fragilidad, encontramos zonas de
relevante interés como el Monte de las Cenizas y la Peña del Águila, (Zona de
Reserva Ecológica), las Salinas del Rasall (Zona de Reserva Ambiental) o las
Dunas Fósiles (Zona de Reserva Geomorfológica). Este magnífico entorno posee
una sorprendente riqueza de flora (más de 650 especies diferentes) y gran
variedad de fauna, así como un extraordinario patrimonio geológico. Estos
valores, unidos al buen estado de conservación de sus playas vírgenes, hacen de
este Espacio Natural Protegido un enclave único en el litoral murciano, del que
poder disfrutar de manera respetuosa.
COMO LLEGAR: Por la autovía A-7 Alicante-Cartagena, salida 800 al MAR MENOR/LA MANGA/CABO DE PALOS, por la vía rápida MU-312 y salida a Calblanque.
LA RUTA: Dentro del Parque hay tres rutas marcadas y balizadas. Nosotros vamos a realizar el Sendero Circular al Cabezo de la Fuente, que es la más larga de ellas. Comenzamos en el Centro de Información de las Cobaticas que a estas horas permanece cerrado.
Iniciamos por la derecha de la pista de tierra siguiendo las indicaciones de las estacas informativas que balizan el recorrido. El entorno apenas nos dice nada puesto que estamos en la parte más transitada por vehículos que se dirigen a los aparcamientos habilitados.
El camino gira a la izquierda rodeando una loma, el paisaje empieza a cambiar poco a poco. Entramos en un pequeño núcleo de casas de campo llamado de las Jordanas donde las laderas de las lomas se han poblado de denso pinar.
El sendero amplía recorrido abriéndose a la derecha, alejándonos de las lomas de la izquierda y tomando dirección a la vecina población de Los Belones entrando en una zona de antiguos bancales donde quedan algunos algarrobos.
De nuevo nos a acercarnos hacia las lomas y el paisaje vuelve a cambiar; aparecen los palmitos en la ladera de la sierra y alguna higuera solitaria, dándole el toque mediterráneo. El sol intenta deshacer algunas nubes poco consistentes que impiden el paso de sus rayos.
Retornamos al camino principal y continuamos esta vez más cercanos a las paredes de la sierra. Poco después llegamos a unas construcciones de piedra seca que constituyen la zona de recreo de la Fuente Grande de Los Belones, con un gran panel informativo y un tocón que con letras metálicas recuerda la fecha de inauguración del Parque: 10 de Mayo de 1987.
Por detrás de las construcciones vemos el inicio de una senda entre la frondosa vegetación donde predominan los palmitos. Nos conduce hacia las rocas calizas de la sierra, en la que divisamos una abertura a modo de cueva.
Quedamos sorprendidos por su amplio tamaño interno, formado por dos salas y un bonito pilar o columna. Su interior es húmedo por su situación en la umbría, la entrada está protegida por un pequeño bosque de higueras y palmitos.
Tomamos dirección sur alejándonos de nuevo del Cabezo de la Fuente (336 m.) al que seguimos rodeando. El camino se eleva un poco y llegamos a la Casa Roja, bonita casa de campo pintada con llamativos colores y enclavada en el interior del Parque.
Ahora la senda en leve ascenso gira un poco hacia el Este, buscando las laderas de la montaña y hace un suave descenso hasta situarnos en un altiplano donde quedamos boquiabiertos: Entre la bruma de las nubes deshilachadas aparece el litoral costero como en un sueño. A la izquierda la mole del Cabezo nos muestra su parte más agreste.
Comenzamos el descenso por la senda intentando definir las calas que vemos: Playa Parreño, Punta Negrete, Playa Negrete…pero la que más nos llama la atención es una cala más pequeña hacia el oeste, al final de una barranquera y que todavía no vemos completa.
Decidimos darnos el baño en esa cala. En esta cara sur la vegetación ha cambiado por completo, se mantiene el palmito que va remitiendo al acercarnos al litoral, esporádicos pinos y abundan las matas de esparto, junto a ellas, una especie de boja que me es desconocida, de un color gris blanquecino y que motea toda esta ladera dándole una rara belleza.
Nos salimos de la senda principal y seguimos otras que aparecen y desaparecen, que nos descienden cerca de la barranquera en dirección al mar. La silueta del Cabezo se agranda en la lejanía. Poco a poco vemos más parte de la playa y por fin toda completa: Espectacular.
Cala Playa Dorada. Pequeña y enmarcada entre dos puntas rocosas, formando casi una media luna y sus aguas son cristalinas. Parece que estaremos solos. A la izquierda hacia el Este hay otra cala un poco más grande, veo a dos personas y su acceso es algo más fácil. Rápidamente nos quitamos la ropa y al agua ¡¡está de muerte!!
Nos paseamos por sus arenas, hacemos fotos y tomamos nuestro almuerzo de fruta: melón, higos y ciruelas. Nos calzamos las botas y cargamos mochilas. Procuramos no dejar rastro de nuestra presencia.
Por encima de unas rocas pasamos a la otra cala, más alargada pero igual de bonita. Un nudista con auriculares ensaya pasos de baile como una gogó sobre un escenario. Mantenemos la distancia. Pasar a la siguiente cala, Playa Parreño, es más complicado.
Tras sobrepasar Punta Negrete y su playa, tenemos una visión espléndida de Playa Larga, la más grande esta zona. Para acercarnos a ella, tenemos que salvar un enclave rocoso con ostensibles vetas de color ocre y de agrestes formas producidas por la erosión del mar y el aire.
Pese a la gran belleza del paisaje, algo flota en el aire que lo hace más hermoso: Silencio, paz, remanso, quietud… La mar calmada y el luminoso día influyen en ello. Poco a Poco nos vamos alejando de de las playas; el sendero sube levemente y nos acerca al aparcamiento de Playa Negrete.
Esta parte es la más concurrida y a estas horas sigue llegando gente. Un letrero advierte a los fumadores sobre el destino de las colillas. Desde el mismo aparcamiento salen largas y onduladas pasarelas de madera hasta la playa con el fin de salvaguardar y proteger la vegetación de la zona.
Continuamos cerrando el círculo y llegamos al Mirador de Playa Larga donde hay un panel informativo de esta área protegida. Tenemos bonitas vistas de todo el litoral y más hacia el Este las Dunas Fósiles y las Salinas, visita que dejamos para otro día.
Desde el mirador y ya por pista de tierra que luego se torna de cemento, seguimos en ascenso y dejamos atrás el mar. Volvemos a tener, ahora a nuestra izquierda, la mole de la Cabezo de la Fuente y enseguida las barreras del aparcamiento y punto de información de Las Cobaticas que ahora si está abierto.
Luego paseamos por el litoral y nos acercamos a visitar el Faro de Palos. Ha sido un día completo y extraordinario, con una asequible caminata por las bellas calas de arena dorada y a tan solo cien kilómetros de casa.
en la-sargantana.es podéis ver la ruta de Cala Reona al Monte de las cenizas y bahía de Portmán.
ResponderEliminarM.B.T.