sábado, 31 de diciembre de 2011
APARCAMIENTO CASA DEL GUARDA / ABRIGO DEL MEDIODIA / POCICO DE LA BUITRERA / PUERTA DE LA IGLESIA / CUEVA DE LA HORADADA / PINTURAS DE LOS CANTOS DE VISERA / CUMBRE DEL MONTE ARABÍ / CASA DEL GUARDA / CAZOLETAS Y PETROGLIFOS / APARCAMIENTO.
COMPONENTES: VICENTE, PEPE Y SANTI.
ITINERARIO: Por la carretera C-84 hacia Aspe, La Romana, enlazar con la C-83 a Pinoso, por la C-3223 a Yecla, cruzar el pueblo y a la salida dirección Fuente Álamo, por una estrecha pista asfalta muy deteriorada en los primeros 3 km. Seguir durante unos 12 km hasta un cruce a la derecha con un letrero de CASA DE D. LUCIO y otro de ARABÍ, seguir por la izquierda de la Casa de D. Lucio hasta el aparcamiento en la Casa del Guarda. Carteles informativos de la ruta PR-MU 91.
El Monte Arabí destaca del resto de sierras y montañas de los alrededores por su peculiar modelado geológico. El modelado Kárstico y la erosión del agua y viento, han configurado cuevas, galerías y formas ciertamente curiosas en sus rocas. Es la montaña mágica de Yecla, un lugar muy rico en yacimientos y restos arqueológicos de todo tipo y con una flora y fauna de gran valor. Ha sido propiedad de varios particulares, el último de ellos D. Francisco Galán Giner, doctor en medicina de Elche, que a finales del siglo XIX lo vendió al Ayuntamiento de Yecla y en 1998 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Desde el aparcamiento iniciamos por el camino de la derecha, tras la barrera que impide el paso de vehículos. Hace un día precioso, pero el viento que sopla nos impide comenzar con poca ropa.
Seguimos la pista forestal hasta un cartel informativo a la izquierda y comienzo de una senda en dirección a la sierra donde se encuentra el Abrigo del Mediodía. Se trata de una oquedad de forma alargada en las paredes donde protegidos con rejas hay unos trazos de pinturas primitivas.
Volvemos de nuevo a la pista para poco después encontrar indicaciones verticales en dirección a la Cueva de La Horadada y la Puerta de la Iglesia. Decidimos seguir hasta esta última y el Pocico, puesto que indican recorrido de ida y vuelta.
Continuamos por la pista dando la vuelta a la sierra hasta llegar la umbría. Un cartel nos indica la situación del Pocico de la Buitrera, que tenemos que buscar entre las plantas de humedal, puesto que es el brocal muy bajo. Tiene agua pero no creemos que aquí bebiesen los buitres.
Por una senda nos adentramos en la vegetación de la umbría. Nos llama la atención una gran roca horadada parecida a una cueva, con oquedades en forma de panal producida por la erosión marina, ya que el mar invadió dos veces este monte.
Llegamos a las paredes, con una altura cercana a los veinte metros, contadas en vertical y que algunas de ellas se asemejan a la gran puerta de una iglesia. Es también zona de escalada por las clavijas y puntos de sujeción que vemos incrustadas.
Según las indicaciones deberíamos volver por la pista a los paneles informativos para ir a la Cueva, pero indagando por el extremo izquierdo, las paredes parecen asequibles y se ve algún rastro de senda. El GPS no dice nada y Santi se calla.
Rápidamente ganamos altura la senda es más visible y vemos algún que otro mojón. Las vistas son fabulosas y en muchos tramos caminamos sobre roca pura y dura, redondeadas por la erosión. Estamos de nuevo en la solana y resulta muy agradable. A unos doscientos metros y casi al mismo nivel vemos los pinos que flanquean la entrada a la Cueva de La Horadada.
La Cueva es impresionante, tiene gran capacidad, con un enorme y espectacular agujero en el techo producido por la erosión del agua en la roca, que le da un halo mágico. No puedo dejar de hacer fotos. Todavía no hemos ido a la cumbre y estamos alucinados.
Salimos por la derecha continuando la senda que nos lleva hacia un recinto vallado con vigas verticales de hierro, también tiene una escalera y pasamanos para acceder a un mirador a todo el valle, supongo que es para la gente que solo viene a ver las pinturas. El recinto protege las más valiosas del entorno y actualmente no se pueden visitar.
Para subir a la cumbre hemos de retroceder unos cien metros y unos mojones en la base de un pino nos indican la senda que en pocos metros acentúa el desnivel para elevarnos a una zona plana de grandes rocas lisas. Al fondo entre los pinos vemos el agujero en techo de la Cueva de La Horadada.
Sopla un molesto aire y en la cima hay poco abrigo. Para el almuerzo tenemos que ir descendiendo por una senda a la izquierda, que luego se convierte en camino. Encontramos entre pinos y sitio guarnecido del aire y al sol. Pepe y Santi van de frutita, tienen que recuperarse. Pepe vale, pero Santi me ha decepcionado.
El camino hace unas rampas rápidas, pasa por un enclave rocoso y erosionado y pronto no deja en la Casa del Guarda. Hay paneles informativos y decidimos ir al Arabilejo a ver las Cazoletas y los Petroglifos.
A unos seiscientos metros, otro cartel indicativo nos muestra las Cazoletas escavadas en la roca y los petroglifos, grabado sobre roca obtenida por descascarillado o percusión, propia de los pueblos prehistóricos.
Regresamos de nuevo a la Casa del Guarda y a cien metros en el aparcamiento tenemos nuestro coche. Ha sido una ruta muy entretenida y cultural en un paisaje fascinante. Volveremos con toda la Peña y organizaremos una comida en una de las bodegas de la zona.
DISTANCIA: 12,300 KM.
TIEMPO: 4:13 HORAS
ALTURA MÍNIMA: 764 M.
ALTURA MÁXIMA: 1.068 M.
DESNIVEL POSITIVO: 450 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 477 M.
