Salimos temprano de Albufeira y desayunamos antes de pasar la frontera. Dejamos atrás Portugal por Ayamonte tomando rumbo a Cádiz, donde llegamos antes del medio día a nuestro Hotel Casual con Duende, pequeño hotel en la calle Obispo Urquinaona, a un paso de la Catedral con aparcamiento cercano. Lo que no sabíamos es que hoy es el último día del Carnaval. Cádiz fue una opción para el regreso y no vimos nada. Somos gente con suerte. Así, que salimos a ver el ambiente.
De camino a la Catedral pasamos por el Mercado Central y todas sus terrazas están abarrotadas de gente y muchos de ellos con los disfraces puestos. Preguntamos y nos dicen que esta tarde es el último desfile de las Chirigotas.
Al llegar a la plaza de la Catedral en sus terrazas también hay un gran ambiente. Decidimos hacer una visita completa a la Catedral y a la Torre del Reloj, que también estaba incluida en los tiques pero al terminar estaba cerrada y los guardamos para mañana.
La Catedral de Cádiz tiene planta de cruz latina con tres naves, girola y capillas laterales. Las naves se separan mediante pilares de planta elíptica con columnas corintias de fuste estriado en los extremos. La fachada principal, enmarcada por dos grande torres que aumentan su amplitud, se divide en tres calles. La calle central alberga la portada principal de mármol blanco.
Desde sus torres puede apreciarse una vista completa de toda la ciudad de Cádiz y maravillosas vistas al Océano Atlántico. Las torres tienen planta octogonal y constan de tres cuerpos, el primero de ellos de estilo barroco y los otros dos realizados en estilo neoclásico. La cúpula, situada sobre el crucero, destaca por el color amarillo que le proporcionan los azulejos vidriados, levantándose sobre su base las esculturas de los cuatro evangelistas.
Al no poder visitar hoy la Torre del Reloj, volvemos al hotel y de allí al restaurante el Faro de Cádiz que teníamos reservado. Después relax, y por la tarde salimos dispuestos a ver el desfile de las Chirigotas alrededor del Mercado Central.
Lo conocíamos por algunas imágenes en la tele, pero de ahí a verlo y sobretodo oírlo en vivo es algo maravilloso y fuera de lo común. No hay nada mejor que reírse de uno mismo al tiempo que satirizamos a los demás.
Las terrazas alrededor del Mercado han sido recogidas y la gente se aglutina por sus estrechas calles. Comienzan los desfiles de carrozas con las comparsas remolcadas por grandes tractores a un ritmo muy lento.
Separadas por una corta distancia, ejecuta su repertorio, casi siempre alegórico a sus disfraces, en Cádiz se conocen como tipo, y muchos de ellos son verdaderas obras de arte que los gaditanos viven con toda pasión.
Es quizás de todos los carnavales el que tiene una imagen más jocosa y divertida, pero ver como interpretan sus cuplés y con que sentimiento los cantan es alucinante. Meses y meses de reescribir las letras y ensayos para el momento apoteósico.
Después rondamos por la avenida Campo del Sur y terminamos cenando de picoteo en una terracita y llegar al hotel a descasar. Ha sido un día muy intenso.
