Posted by : Vaig a Peu lunes, 13 de junio de 2022

La  Torre del Reloj de la Catedral de Cádiz es, sin lugar a duda, uno de los elementos exteriores más característicos de este primer templo gaditano, desde sus torres puede apreciarse una vista completa de toda la urbe y maravillosas vistas al Océano Atlántico. Destaca su estructura tan propia de la influencia neoclásica fruto de la época en la que fue levantada, coincidiendo con el período dorado de la historia gaditana y su resurgir urbano como consecuencia del monopolio del comercio con América, en el siglo XVIII; la torre ha sido testigo de primer orden del devenir histórico de la ciudad de Cádiz y es por ello protagonista, arte y parte, de mil y una anécdotas. Desde la Torre del Reloj podemos advertir la imponente mole de la Catedral Nueva de Cádiz, cuando el aumento de la población y la intensa actividad económica hacían necesaria una catedral de mayores dimensiones acorde con la nueva situación que se estaba viviendo por aquel entonces. La dilatación en el proceso de construcción hizo que los primitivos proyectos, de trazos barrocos, fueran sustituidos siguiendo las nuevas formas artísticas imperantes del Neoclasicismo, ya en el siglo XIX. Fue a mediados del XIX cuando se le añadió el reloj del cual toma nombre, un reloj realizado por el maestro José Miguel de Zugasti que, gracias a los esfuerzos del Cabildo y la inestimable colaboración de la UCA ha sido recientemente restaurado, pudiendo ser vista por los visitantes la impresionante monumentalidad de uno de los relojes más antiguos de España, apreciando la minuciosidad de su mecánica a la que le ha sido devuelta su apariencia original, respetando al máximo las piezas originales.

 


Desayunamos en la terracita del hotel con miradas a las torres de la Catedral de Cádiz que sobresalen de los edificios colindantes. Con las maletas cerradas nos vamos a visitar la Torre del Reloj, que ayer al salir de la Catedral estaba cerrada.

 












Ésta original escalera está formada por un total de 79 peldaños y accedemos por la fachada de la puerta de San Torcuato. Muchos de los escalones han sido sustituidos por rampas con una inclinación bastante asequible.

 












La Torre del Reloj de estilos barroco y neoclásico, tiene una altura de 56 metros. Sin embargo la visita solo llega a la zona del campanario, a unos 40 metros de altitud y está construida en piedra caliza y mármol genovés.

 













Durante la subida, en cada planta hay diversos ventanucos por los que entra la claridad que unida a la tenue iluminación es suficiente. El último tramo de escalones es el más empinado, como especie de escalera de caracol barroca.

 












La sala del campanario es redondeada y amplía para movernos. Tiene varios ventanales de arco y en cada uno de ellos una campana de distintos tamaños y sonidos. Todas ellas están sujetas en enormes yugos de madera.

 



Vamos recorriendo los ventanales y por debajo de las campanas podemos admirar a 360 grados toda la ciudad de Cádiz por zonas, así como la inmensidad del océano Atlántico. La bajada es por el mismo lugar.

 










Salimos por dentro del templo, por una de sus capillas. Hotel, cargamos maletas y rumbo a casa. Han sido unos días estupendos en Albufeira, Portugal, que hemos aprovechado para visitar tres capitales andaluzas. 

 

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