- Back to Home »
- Albacete , Castillos , Cuevas , La Manchuela , Rutas , Viajes »
- SENDERO DEL CORCIOLICO, ALCALÁ DEL JÚCAR, LA MANCHUELA.
COMPONENTES: VICENTE, SUSI, PEPE Y TERE.
ITINERARIO: PLAYETA / POR ESCALERAS / LAVADERO / MIRADOR / DEPÓSITO / IGLESIA / CASAS EN RUINAS / POZO / POSTE / MIRADOR / PLAYETA.
LA RUTA: Hemos madrugado para llegar pronto, y antes de tomar posesión del hotel nos preparamos para hacer nuestra primera ruta de la que ya traíamos el Track en el GPS, un fácil recorrido para abrir el apetito a la hora de comer.
Después de recoger documentación en la Oficina de Turismo nos dirigimos a la Playeta donde comienza la ruta que sube a la pedanía de las Casas del Cerro y desciende por el otro costado, teniendo siempre las mejores vistas de Alcalá del Júcar.
Desde la playeta del río seguimos por la izquierda buscando unas escaleras que nos suben por la ladera para conectar con un estrecho sendero entre abundante vegetación, que haciendo diversas rampas nos va ascendiendo con facilidad.
Las miradas hacia el castillo de Alcalá del Júcar lo inundan todo, su situación sobre el gran peñasco y el acantilado al cauce del río Júcar componen unas panorámicas de postal mientras vamos tomando altura.
El sendero hace unas lazadas más largas y menos exigentes por la ladera, al tiempo que la posición del gran peñón va variando y la altitud alcanzada nos otorga miradas más profundas en un paisaje limitado por el cauce del río.
Antes de llegar al lavadero ya vemos alguna de las Casas del Cerro que miran al cauce. Seguimos hasta el mirador, aunque algo destartalado, hace su función ofreciéndonos grandes y extensas panorámicas de la hoz del río.
Un pequeño esfuerzo más y alcanzamos la pedanía de las Casas del Cerro, que realmente son una ventana al cauce del río. Afinando con el zoom de la cámara la antigua plaza de toros construida con materiales tan simples como el barro, cal, cantos de piedra y paja.
Pasamos por delante de un elevado depósito de agua para dirigirnos a la iglesia, la Parroquia del Niño Jesús, pequeña y sencilla capilla que pertenece a la Diócesis de Albacete y el Arciprestazgo de la Manchuela.
Salimos de la pedanía tomando un camino de tierra cerca de los restos de un bancal de calabazas. Dejamos atrás pequeñas casas abandonadas y derruidas y, más adelante el brocal de un pozo taponado con piedras.
Un poste con paletas nos dirige por camino llano hasta lindar con un bosque de pinos y un cruce que nos desciende por la izquierda, por un sendero entre el pinar donde persisten las miradas al pueblo de Alcalá del Júcar.
Es un descenso sencillo en un entorno húmedo donde vemos algunas setas, casi siempre mirado al pueblo de frente. En el último tramo se llega hasta la carretera CM-3201 que cruzaremos. Atentos a este punto.
Situado sobre el cauce del río tenemos el Mirador del Júcar con preciosas vistas a la ciudad, con todas sus casas arracimadas en la otra ladera, con la iglesia de san Andrés y coronada por el castillo en todo lo alto.
Cruzamos de nuevo la carretera, y por la izquierda caminamos un trecho, es quizás el punto más delicado puesto que no hay un arcén ancho y hay que tomar precaución hasta llegar al puente que parece romano.
Con vistas al castillo llegamos a la playeta del río Júcar donde cerramos esta agradable ruta apta para todos, siempre que se tomen las debidas precauciones en el tramo de carretera.
RECORRIDO: CIRCULAR
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 4,9 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 02:05 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 682 M.
ALTURA MÍNIMA: 525 M.
DESNIVEL POSITIVO: 166 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 173 M.
DIFICULTAD: BAJA
Hacemos el check in en el hotel, y nos preparamos para ir a comer. Con antelación habíamos logrado reservar en Elia Bar y fue un éxito gastronómico. Luego paseamos por los jardines de la finca junto al río.
Después de descansar, a media tarde decidimos subir paseándonos hasta llegar al castillo. Es un recorrido muy aconsejable donde no hay que tener prisa, sus rampas de subida y sus estrechas callejuelas son una delicia.
La primera rampa y más larga es la que nos lleva hasta la iglesia de san Andrés con su elevado campanario. Luego se acortan entre las estrechas calles, y sobre los tejados de sus desiguales casas asoma el castillo.
Sobre algunos tejados comenzamos a ver el cauce del río y el ovalado y combado ruedo de la plaza de toros. La imagen del castillo se acerca constantemente al pasar por inverosímiles y estrechas callejuelas que nos dejan en la parte alta.
La tarde va cayendo con el sol. Primero vamos a rodear todo el contorno del castillo asomándonos a los acantilados sobre el cauce del río que ahora queda a nuestros pies, y como las casas del pueblo han invadido la ladera escalonadamente.
Visitamos las salas del castillo y subimos hasta el torreón y sus almenas por retorcidas escaleras de caracol. Las vistas son ahora más elevadas sobre el pueblo y la hoz excavada por el río a su paso. Vemos como el cauce ha sido aprovechado para cultivos.
Descendemos para ir a visitar la casa-cueva, expuesta como modelo tradicional de las casas excavadas en la roca caliza por los habitantes, formando pequeñas salas, habitaciones y cocina, amueblada de la época en que se construyeron.
Mientras el sol termina de ponerse vamos descendiendo lentamente por las callejuelas; las luces del pueblo y del castillo se van encendiendo y la luna aparece en el cielo.