Posted by : Vaig a Peu sábado, 23 de junio de 2018

En 1921, la Administración puso en marcha una actuación de gran importancia para el paisaje del Parque Natural del Montgó: la Colonia Agrícola Montgó. Los trabajos previos a la puesta en cultivo de la Colonia incluyeron la construcción de bancales de piedra en la ladera del Montgó con el objetivo de posibilitar el cultivo de áreas de gran pendiente, aunque en muchos casos sólo se consiguió crear, entre andén y andén, el suelo necesario para la plantación de una hilera de vid, o en su caso algún algarrobo o almendro. Las labores de abancalamiento se dieron por finalizadas en 1921 entregándose 51 lotes a los colonos. Para poder acceder a las parcelas se construyó una carretera que hoy en día se conoce por el “Camí de la Colonia”. Hacia 1925 la mayoría de las 51 parcelas de algo más de tres hectáreas cada una, que habían sido repartidas, estaban cultivadas y parecía que la colonización había sido un éxito. Sin embargo, en los años siguientes decayó la exportación de uva y la Crisis Económica de 1929 y sus secuelas condujeron al abandono del cultivo por parte de los colonos, quedando las tierras sin producción conformándose grandes espacios de matorral en los sectores latos de las vertientes del Montgó. Aquí podemos observar los restos de una Casa de Colonia. Presenta una estructura muy arquetípica dentro de este tipo de casas. Su planta es rectangular, de 11x6 metros, con cubierta a dos aguas. En el mismo cuerpo y en un lateral, está el corral, al que se puede acceder tanto por una puerta exterior como por una interior que lo comunicaba desde la casa. Los muros son de mampostería trabada con mortero de cal, pero se ven también ladrillos compactos de barro en los marcos y dinteles de  puertas y ventanas. Todavía son evidentes las señales de enlucidos de mortero de cal. A un lado de la casa aparece un horno y al otro lado de la casa la cisterna, con brocal que tiene forma de cubo, pero una zona ligeramente rebajada, justo por donde se tenia que colocar la persona para extraer el agua. Los bancales del Montgó son los aterrazamientos construidos en las laderas. La parte vertical llamada pared o “marge”, se realizaba tradicionalmente de piedra en seco, sin argamasa, encima de este muro queda una banca agrícola útil de suelo. La función del bancal es retener la tierra y facilitar las labores agrícolas, así como en aprovechamiento máximo del agua de lluvia. La parte horizontal de la terraza permite retener el agua y evita la escorrentía y la erosión hídrica. Los bancales pues, constituyen una antigua y eficiente solución a las necesidades agrícolas de un medio rural poco propicio para estas labores: relieve abrupto, pluviosidad escasa e irregular y suelos pobres, como podemos encontrar en todo el Mediterráneo el caso que nos ocupa.
CÓMO LLEGAR:Autopista AP-7 dirección Valencia, salida 62 Ondara/Dénia/Jávea, hacia Dénia, en la quinta rotonda donde está la gasolinera de Repsol girar a la derecha  y en la siguiente rotonda dirección Hospital y la Pedrera, calle Pou de la Montaña, cruzar las vías del ferrocarril y seguir hasta el transformador, aquí por la calle de la derecha, la más ancha, que al final se estrecha convirtiéndose en carretera seguir durante 1,5 km hasta la ermita del Pare Pere. Actualmente hay señalización al PARC NATURAL DEL MONTGÓ.
COMPONENTES:VICENTE, PEPE Y PATRO.
ITINERARIO:ERMITA DEL PARE PERE / CAMÍ DE LA COLONIA / CRUCE IZQDA. / DCHA. COVA DE L’AIGUA / ESCALONES / COVA DE L’AIGUA / RACÓ DEL BOU / IZQ. A CIM DEL MONTGÓ / ENLACE SENDERO DE JESÚS POBRE / BARRANC DE L’HEDRA / IZQ. DESVÍO A LA CREU / CREU DE DÉNIA / CRESTAS / CRESTEO / RUINAS / SENDA BAJADA / ENLACE PR / PINO Y CUEVA / CIM DEL MONTGÓ / BAJAR CORNISA / BAJAR CRESTA / RAMPAS / IZQ. DÉNIA, BAJAR / COVA DEL CAMELL / BARRANC DELS LLADRES / RUINAS CAMÍ DE LA COLONIA / BARRANC DE L’EMBOIXAR / VISTAS / CASA DE LA COLONIA / DESVÍO COVA DE L’AIGUA / ERMITA PARE PERE.

LA RUTA:Pese a su corta altitud, el Montgó (752 m.), es un tremendo espolón cercano al mar muy visible desde el interior. Lo hemos recorrido muchas veces, pero hoy añadiremos una corta variante al crestear las dos cimas.

Nacido en Dénia (1583-1658) Fray Pedro Esteve, el Pare Pere, es considerado un religioso al que se le tiene mucha devoción en los pueblos de toda la comarca. La tradición cuenta que enfermos del cólera sanaron al comer unos panes que él bendijo.


Iniciamos desde la misma ermita, por el camino de tierra de la izquierda, para atajar por la estrecha senda que entre el bosque de pinos nos lleva al principio del Camí de la Colonia, donde está la fuente y el panel informativo.


Nos dejamos llevar por el sinuoso camino que con grandes lazadas de desnivel moderado nos eleva por la falda de la sierra. Pasamos por casetas de piedra para aperos y comenzamos a tener vistas del puerto de Dénia en un mar calmado.


Las vistas siguen creciendo y desde el puerto vemos partir el ferri a Ibiza. Obviamos un ramal del camino que se va por la derecha, y poco después, también por la derecha, tomamos el sendero que sube a la Cova de l’Aigua.


Por el sendero adquirimos altura con rapidez hacia un colosal frontal rocoso en la sierra que forma un grandioso rincón. Las panorámicas al mar siguen creciendo. Llegamos a una bifurcación por la que luego seguiremos al regreso.


Alcanzamos la boca de entrada a la Cova de l’Aigua. A la izquierda está la reja que protege las inscripciones romanas que ya fueron saboteadas, y el resto de la cueva esta limpio, pero pintarrajeado por los imbéciles del espray.


En el año 283 d.C. soldados soldados romanos de la Legión VII Germina grabaron un epígrafe en esta cueva. Situada en la cara norte del Montgó, el agua de lluvia filtra acumulándose en el interior de la cavidad, que se aprovecho como aljibe en el siglo XVI.


Las miradas hacia el mar, con Dénia a nuestros pies, son impresionantes desde la umbría. Descendemos por el mismo sendero hasta la bifurcación, y ahora seguimos por la izquierda, en dirección al Racó del Bou.


Este precioso sendero nos conduce a media altura abriéndose paso por los contornos de la rocosa ladera norte. En esta zona crecen las plantas más interesantes del Montgó, algunas de ellas son endémicas y exclusivas.


Arribamos a otra bifurcación balizada, recto llegaríamos al Racó del Bou, pero ahora giramos a la izquierda subiendo hacia el Cim del Montgó. Estamos en un abrupto rincón de paredes verticales donde el sendero se abre paso entre abundante palmito.


La subida se agudiza y se vuelve rocosa teniendo que apoyar las manos para salvar el erizado desnivel. El segundo tramo es más suave hasta llegar arriba, donde conectamos con el PR que viene de Jesús Pobre.


Seguimos por la izquierda. La parte alta nos da vistas infinitas acortadas por la bruma; por el mar sobrepasan Gandía, por el interior el cogollo montañoso de la provincia y, por delante, las crestas por donde vamos a caminar.


Los desniveles se mimetizan y pasan a ser ondulaciones de un terreno poblado de matorral bajo, romero, lavanda, lentisco y palmitos, porque después tantos incendios apenas se conservan dos o tres ejemplares de pino.

La senda busca la parte central de la sierra para acercarse hacia las cimas, se trata de una senda muy definida pero tremendamente incomoda debido al lapiaz, quebrado y pulido que dificulta un avance rápido.


Transitamos por la zona alta de la ladera del Barranc de l’Hedra pasando junto a uno de los contados pinos. La elevación nos da miradas lejanas a la Oltá, el Bérnia, el Puig Campana, Segaria y el mar.


A la izquierda, marcada con pintura roja tenemos la bifurcación para subir a la Creu de Dénia. Más adelante hay otra subida pero es preferible coger ésta. El desnivel de la loma no es muy fuerte y enseguida estamos arriba.


La Creu de Dénia (690 m.), la delgada cruz de hierro se mantiene sujeta por tres cables de acero y con preciosas vistas al lomo del Montgó, el mar y Dénia. En vez de bajar, proseguimos hacia delante por toda la cresta de la sierra.


No es un transito difícil y tampoco hay un sendero marcado. Existe la misma incomodidad que por el sendero de abajo, hay que ir sorteando el molesto lapiaz y buscar las partes de la cresta menos expuestas al vacío.


Vemos quedarse la Creu de Dénia atrás, y por delante el objetivo es una rocosa muela que rodeamos por la derecha. En su parte alta están los restos en piedra seca de lo que debió ser un redil para el ganado.


Comenzamos a bajar de la muela haciendo una pequeña comba hasta conectar con el sendero oficial que en un principio traíamos. A media subida, en la cueva y el magnifico ejemplar de pino que queda, almorzamos.


Proseguimos subiendo y tenemos esplendidas vistas a la proa de barco que parece formar el Cap de Sant Antoni adentrándose en el mar. Emprendemos la prolongada y suave subida por la última de las lomas al cercano vértice geodésico de la cima. 


La Creu de Xávia (752 m.) Todavía tengo recuerdos de la antigua cruz de madera junto a un pequeño hoyo donde nos protegíamos de los fríos vientos, y un día porque sí, desapareció. Las miradas al mar son grandiosas.


Emprendemos la bajada por la cornisa, con todo el espectáculo de la costa y el mar ante nuestros ojos. Los accidentes geográficos se perfilan con nitidez, vemos con todo detalle la pequeña bahía de Xávia a nuestros pies.


Después viene la cresta, no es lo mismo subirla que bajarla. Al subir, solo miras los agarres en las rocas, ahora, la verticalidad influye, y tienes que mirar dónde poner los pies sin quitar un ojo del tremendo paisaje.


Vamos virando a la izquierda, y en la ladera la inclinación disminuye al tomar la zigzagueante senda de mampostería. Comienzan las largas lazadas que amortiguan los más de 450 m. de desnivel que deshacemos.


Llegamos a un cruce de senderos balizado con direcciones a Les Planisses, el GR-330, y nosotros giramos a la izquierda hacia Dénia, para enlazar con el PR-CV 152. Es un trecho señalizado por estacas de madera.


En la parte baja, antes de llegar al barranc dels Lladres está la Cova del Camell, vallada con barandas de madera. No entramos a su interior que está algo complicado y cruzamos el barranco para conectar con la pista.


De nuevo en el Camí de la Colonia que sigue sinuoso todos los contornos de la sierra sin apenas desniveles. Admiramos los escabrosos farallones del Montgó, con vistas a Les Rotes y al mar, acercándonos a Dénia.


Poco antes de llegar al desvío a la Cova de l’Aigua donde cerramos el circulo de la ruta, pasamos por las ruinas de una de las Casas de la Colonia. Luego repetimos camino hasta la ermita del Pare Pere. Hermosa ruta la realizada.
RECORRIDO:CIRCULAR
AGUA POTABLE EN RUTA:NO. 
DISTANCIA:14,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:06:10 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:752 (CIM del Montgó)
ALTURA MÍNIMA:101 M. (Ermita Pare Pere)
DESNIVEL POSITIVO:982 M.
DESNIVEL NEGATIVO:994 M.
DIFICULTAD:MODERADA.

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