Posted by : Vaig a Peu viernes, 3 de abril de 2015

El Pou Clar es el paraje fluvial más importante del municipio de Onteniente y alberga importantes valores naturales y paisajísticos. El río Clariano nace allí mismo y en sus primeros metros configura un seguido de pozos excavados por el agua sobre roca calcárea conformando un paisaje bien singular de formas redondeadas y de tranquilas láminas de agua. La fuerte vinculación de este paraje con los ontinyentins y ontinyentinas ha hecho que cada pozo tenga un nombre, que de arriba a abajo se llaman “Pou dels Esclaus”, ”Pou Clar”, “Pou Gelat”, “Pou de la Reixa”, “Pou Fosc” y “Pou dels Cavalls”. La buena accesibilidad nos permite caminar por su ribera gozando del contraste de los colores de la roca, el agua y las adelfas, y también de un baño revitalizante en verano en las aguas más frescas de la contornada. Esta formación rocosa es el resultado de la capacidad escultórica del agua que ha ido abriéndose camino y modelando las rocas desde hace aproximadamente 60 millones de años, cuando el contacto de la placa africana y europea forzaron la elevación de estas tierras ahora sumergidas. El agua ha labrado este surco sobre las vertientes y ha trazado las formas sinuosas de las rocas y los tolls o pozos del Pou Clar, contando con la acción abrasiva de las partículas que eran arrastradas por unas corrientes de agua más competentes que la actual.  La formación de la Sierra de l’Ombría habría de conformar estratos en sentido ascendente hasta el centro de la sierra. Los estratos están inclinados justo al revés. Eso es así porque las tierras levantadas cayeron hacia el norte dejando estos estratos poco lógicos. El Pou dels Cavalls no tiene una base calcárea. Justo en este punto cambia el lecho del río: de una base de roca calcárea, a margas o losas. El nuevo sustrato se ha formado por la aportación de los materiales comidos a la sierra en la abertura de los barrancos,  también por la erosión superficial, y ha adquirido la consistencia a causa de las sucesivas fases en que este sustrato estuvo sumergido y emergido. En el centro del valle, la capa de margas llega hasta los 1.000 metros de profundidad y el material procede de las sierras que la cierran.
CÓMO LLEGAR: Por la A-31 dirección Madrid, después del túnel de Villena, salir por la derecha, por la CV-81en dirección Onteniente hasta llegar a Bocairente. Aparcar en la Avda. de España, suele haber sitio.
ITINERARIO: INICIO / PLAZA / ERMITA / CRUZ CARLISTA / CUEVA BEATA / IZQUIERDA / GIRO DCHA. / DEPÓSITO DE AGUA / POU CLAR / FONT B. TARONGERS / MOLÍ PATIRÁS / MOLÍ DE LLUNA / MOLÍ DE PEP JOAN / CRUZAR RÍO / LAVADERO / PONT DARRERE DE LA VILA / RUTA MÁGICA / FIN.
COMPONENTES: VICENTE Y SUSI.

LA RUTA: En semana Santa y con obras en un puente, el acceso ha sido distinto, pero tan solo hay que callejear hasta llegar a la plaza del ayuntamiento, traspasamos su bonito arco de reminiscencias árabes y en la callejuela de la izquierda, tenemos indicaciones de la primera parte de nuestra ruta de hoy.


Iniciamos la ruta tomando dirección a la ermita del Sant Crist, bajando la calle y tomando a la derecha un encajonado camino entre muros, donde tenemos las primeras vistas de Bocairent escalonada en su cerro, y del Vía Crucis antes de atravesar el Pont Medieval del Sant Crist sobre el Barranc de Ontinyent.

Comenzamos a elevarnos por las rampas del Vía Crucis y el panorama es desolador, el último incendio de hace unos dos años, ha terminado arrasando los pocos ejemplares que quedaban de pinos y cipreses, creo que me sobrarían dedos de una mano al contarlos. Al menos el romero, tomillo y matorral bajo vuelve a brotar.

A medida que tomamos altura dejamos atrás les Covetes dels Moros, más de 50 ventanas excavadas en la pared caliza que están comunicadas entre sí a través de pequeños habitáculos, y al parecer fueron utilizadas como silos o graneros en la antigüedad. Vemos la clásica imagen del pueblo de Bocairent.

Vamos mitigando el fuerte desnivel de las largas rampas de estación en estación. Los miembros de una familia que nos precede entonan una plegaria en cada una de ellas. Nos percatamos de ello antes de llegar a la pequeña capilla de Nuestra Señora de la Soledad que está abierta.


Poco a poco nos acercamos al gran edificio, donde parece que el incendio ha respetado varios cipreses y pinos que siguen en pie dentro de su recinto. Bocairent va quedando al fondo de su valleta y por delante de las primeras lomas plenas de vegetación de la Sierra Mariola.


Ermita del Sant Crist (744 m.). Construida en el siglo XVI consta de tres edificios: el hostal que fue un antiguo convento, la casa del capellán en el centro y la iglesia de estilo gótico con el campanario adosado. Como dato curioso podemos encontrar en su fachada dibujado un reloj de sol y un pantocrátor de piedra.

Visitamos su interior y los alrededores donde algunos paneles describen varias rutas, entre ellas, la nuestra al Pou Clar. Reanudamos la marcha por la izquierda y a espaldas de la ermita, junto a un viejo corral de ganado. El sendero apenas pierde altura cumbreando por las siguientes lomas.

En sus proximidades tuvo lugar la batalla de Camorra que puso fin a la III guerra carlista. Ha quedado como testigo un pequeño monolito: “Sesenta y dos víctimas, de sus ideales unos, de la disciplina otros, yacen aquí. ¡Honor y gloria a los que murieron en el cumplimiento del deber el día 22 de diciembre de 1873!”.

El camino describe una curva a la derecha y se dirige a un montículo rocoso donde está la cueva de la beata Piedad de la Cruz, natural de Bocairent y que fue beatificada  en Roma por Juan Pablo II el 21-03-2004. Así lo recuerdan varias placas de mármol y una pequeña imagen.

Por detrás de la cueva y a la derecha, el sendero prosigue bajando suavemente hasta el lecho de barranco para volver a subir por la otra vertiente y recuperar de nuevo la altura. El paisaje es monótono, triste y desolado, no hay restos de los incendios pero no ha quedado ni un solo árbol. Conectamos con un camino a la izquierda.


Después seguimos bajando, el surco del sendero es lo único que resalta entre el matorral de las lomas. Llegamos al Plá del Quincaller, donde junto a un solitario pino pequeño, tomamos el sendero de la derecha. Tenemos una vista despejada de Ontinyent que perdemos al comenzar a bajar.

Se rompe la monotonía al introducirnos en el barranco. Precioso sendero sobre mampostería que se ciñe a las laderas de las lomas serpenteando entre ellas. Alguna muela erosionada y verticales paredes rojizas animan el paisaje antes de enlazar con el Barranc dels Tarongers.


El desnivel se acentúa y regresa el verde de los pinos. Últimas curvas cerradas y bajamos al rocoso lecho del barranco que nos deja junto al depósito de agua y la pista de tierra. El regreso lo haremos por la derecha, pero ahora seguimos por la izquierda hasta la carretera CV-81, y continuamos por ella dirección Ontinyent durante unos 500 metros.


Con precaución y por el arcén de la izquierda, llegamos al paraje fluvial de El Pou Clar. Como es lógico en estas fechas, no lo habíamos previsto, está lleno de gente que ha venido a pasar el día. Bajamos por las escaleras de madera hasta el fondo del río. Hay poca gente bañándose, pero algunos jóvenes se lanzan desde arriba a las pozas más profundas.


El río Clariano nace aquí mismo y en sus primeros metros configura una cadena de pozas excavadas por el agua sobre roca calcárea conformando un paisaje bien singular de formas redondeadas y de tranquilas láminas de agua. Junto a las paredes y protegidas con barandas hay mesas y bancos para picnic. Almorzamos en una bancada de piedra.

Más tarde, emprendemos el regreso retornando hasta la pista de tierra junto al depósito de agua. En la pared de la derecha, por donde antes hemos llegado, hay un grupo de jóvenes escalando. Tomamos el sendero y lo primero que encontramos es el refrescante caño de agua de la Font del Barranc dels Tarongers.

Enseguida nos elevamos por la derecha para esquivar la valla de una finca particular metida en el barranco; donde sus paredes dejan al descubierto los ondulados pliegues y placas que las forman. En otra pared posterior encontramos más gente escalando, son días de aglomeración en los que debe reinar la prudencia.

Tenemos que cruzar el curso del barranco por un pequeño vado y elevarnos por la otra ladera junto a las ruinas del Molí de Patirás. La senda discurre ahora por la parte alta del cauce. Esta parte del recorrido la conocemos de rutas anteriores, por lo que constatamos el gran deterioro que ha sufrido el cauce con los últimos incendios.


Dejamos atrás la variante que sube al Alt del Castellar y nos deslizamos de nuevo hacia el cauce, en las cercanías del Molí de Lluna, grandioso edificio de tres plantas que sigue en pie sin techumbre, solo su parte trasera se conserva íntegra, aunque está cercada. Vadeamos dos veces del río para seguir por la misma vertiente.

Alcanzamos el Molí de Pep Joan en ruinas, e invadido por la maleza, por lo que obviamos bajar a su fuente. Por la izquierda otra variante del sendero cierra un círculo por el Alt del Castellar y llegando al principio del barranco. Nosotros continuamos adelante, comenzando a subir por el barranco.


Entramos en el Barranc de la Fos; en lo alto a la derecha, sobre la loma pelada vemos la ermita del Sant Crist. El sendero hace unas zetas y rampas para superar un enclave rocoso y marchar por el llamado Camí dels Carros, un paso entre la piedra caliza que el hombre ha excavado y donde los carros de carga dejaron sus huellas y sus rodadas.

El cauce se diluye entre las redondeadas colinas con vestigios de viejos incendios y bajamos por una pétrea loma en la que han sido excavados escalones que facilitan su descenso. Llegamos a un cruce balizado frente a la ermita de San Antonio. Seguimos por la derecha entre casas de campo hasta la Cruz del Término.

Arribamos al lavadero con abundante agua fresca frente a la Font de En Ferris. Desde este lugar, y antes de cruzar por el Pont de Darrere de la Vila, de origen medieval, tenemos las vistas más emblemáticas del precioso pueblo de Bocairent, arracimado en su cerro y alrededor de la torre de su iglesia.

Cruzamos el puente y por la izquierda, siguiendo el recorrido de la Ruta Mágica, entre muros y pequeñas huertas que dan al río, subimos hasta el centro del pueblo donde concluimos esta preciosa y didáctica ruta. Lamento que en todos los años que llevo visitando estos parajes, no haya surgido ningún intento de repoblar estas castigadas sierras.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: SI. (Font del Barranc dels Tarongers y Font de En Ferris)
DISTANCIA: 15,2
TIEMPO: 04:40 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 744 M. (Ermita Sant Crist)
ALTURA MÍNIMA: 375 M. (Pou Clar)
DESNIVEL POSITIVO: 880 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 880 M.
DIFICULTAD: MODERADA.


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