Posted by : Vaig a Peu sábado, 18 de febrero de 2012

La Sierra de Orihuela está situada al norte de la ciudad, extendiéndose hacia el oeste hasta el término de Santomera en la vecina región de Murcia y en extremo meridional de la Comunidad Valenciana. Forma parte de las últimas estribaciones de las cordilleras Béticas, caracterizando un paisaje de fuertes contrastes entre la llanura aluvial del Rio Segura y los abruptos relieves calizos de las Sierras de Callosa y Orihuela. 
Está formada por una gran mole de rocas calizas y dolomías con un relieve muy abrupto con múltiples fallas y cabalgamientos. Las rocas más antiguas que podemos encontrar en este lugar son las pizarras y cuarcitas, bien representadas en la zona Oeste muy cerca del límite provincial. Sin embargo, lo que realmente identifica a este enclave natural, es la presencia de escarpes y paredes calizas de la edad Triásica, cuyos sedimentos, depositados en un ambiente marino hace 225 millones de años, sufrieron los efectos de la orogenia Alpina con numerosas fracturaciones y fallas de gran desarrollo.
Todo el territorio está sometido a elevada insolación en los meses estivales. Este factor, junto con las escasas precipitaciones, dificulta la existencia de fuentes y cursos de agua permanentes. Tan solo la fuente de San Cristóbal puede contener algo de agua tras las lluvias importantes, siendo de toda forma poco aconsejable su consumo por personas.
La Cruz de la Muela es una cruz de término, como otras tantas en Orihuela, situada en la emblemática cima a 464 m. No se sabe si originariamente fue construida en tierra y luego subida al monte o si fue labrada de un frondoso olivo, ya en la cima. Se ha relacionado con el dominico santo valenciano Vicente Ferrer, quien en un sermón, a su paso por Orihuela en 1411 (las crónicas sitúan el 26 de febrero de 1411 la llegada de San Vicente Ferrer a Orihuela), pudo haber dicho: Que si querían liberarse de la estancia de los demonios que habitaban esta elevada montaña, deberían colocar allí el soberano estandarte de la Santísima Cruz.
No obstante, debemos esperar a 1715 para datar una primera cruz de madera. El historiador J. Montesinos, en los albores del siglo XIX, da cuenta de la costumbre de acudir el sacristán mayor de la Catedral el día de Pascuas de Resurrección a bendecir los términos al pie de esta cruz, colocando palmas bendita en las tres anillas que la misma ostentaba.
El hombre y el tiempo destruyeron el símbolo en más de una ocasión. El beato oriolano Inocencio Carretero propuso en 1910 la fabricación de una gran cruz de hierro, que desapareció durante los años de la guerra civil. En 1942 volvió a colocarse, de hierro. El 2 de enero de 1985 fue aserrada por incontrolados y reconstruida por fervor popular. En la actualidad la cruz tiene una alzada de 14,80 metros por casi 8 de brazos, y está sostenida por una peana de cemento de 1,60 metros.
URB. MONTEPINAR / BARRANCO DE LO PINA / COLLADO / CRUZ DE LA MUELA / PASO DEL GATO / SENDA INTERMEDIA / LA NAVETA / CABEZO LODROÑO / PEÑA DE ORIHUELA / LA NAVETA / BARRANCO DE LAS MINAS / URB. MONTEPINAR.
COMPONENTES: VICENTE, JULIAN, PATRO, JOSE RAMÓN, SANTI Y RAUL.
ITINERARIO: Autovía hacia Murcia, salida en Benferri/La Murada/Orihuela, dirección Orihuela, después de la rotonda, desvió por la derecha hacia La Matanza, poco antes de llegar a la gasolinera, desvió a la izquierda, hay señalización, hacia la Urbanización Montepinar, torcer por la calle Orense, la última a la izquierda. Aparcar en toda la calle.




Iniciamos por la calle Orense hasta su final. Hoy se ha incorporado al grupo Raúl un amigo de Santi, que quiere opositar una de las pocas plazas libres que nos quedan. Seguimos camino bajando un poco y bordeando un huerto de limoneros que queda a nuestra izquierda, hasta enlazar por la derecha con la subida propiamente dicha por el barranco de Lo Pina. Tenemos una bonita vista del día que comienza a clarear entre bruma por la Sierra de Callosa.








Rápidamente entramos en faena, las primeras y fuertes rampas zigzagueantes nos elevan entre los pinos de la umbría hasta alcanzar un pequeño collado donde la senda se vuelve más horizontal y nos da un respiro. Sobran algunas prendas, se amplían las vistas y la bruma va cediendo.








Continuamos rodeando la sierra durante unos cuatrocientos metros con poca inclinación. Por la izquierda dejamos atrás la variante del PR-CV 59 que viene desde Redován y entre los recodos vemos la extensa franja de la Vega Baja que va quedando a nuestros pies.











Salimos de la umbría y el sol amenaza con darnos un buen día. Más capas fuera. Antes de que la senda vuelva a empinarse tenemos otra buena atalaya con vistas panorámicas.






El camino se deteriora por las fuertes bajadas de agua en las lluvias, se inclina más la subida, pegado a los contornos que marca la falda de la sierra hasta llegar a un cambio de vertiente. Vamos entrando de nuevo en la umbría y a nuestros pies tenemos la urbanización de Montepinar y enfrente a la izquierda Benferri, La Murada y Abanilla.















Se va estrechando un poco el camino al cruzar otra zona espesa de pinos, por encima de sus copas vemos coronando la cima, parte de la gran cruz de hierro que la culmina.














Salimos de los pinos a una antesala de la Cruz, para seguir subiendo a una pequeña meseta donde está ubicada. La Cruz de la Muela (464 m.) Tenemos una amplia mirada a la fértil Vega Baja. El resto de bruma no nos impide ver algún reflejo del mar, el Pantano de la Pedrera y la Laguna de La Mata.








Descendemos de la atalaya y seguimos de frente cruzando el pequeño llano en busca de la senda que nos llevará a la variante del Paso del Gato. Entramos de nuevo en la umbría y el bosque de pinos.







En este tramo la senda es un encanto, una gozada pasear por ella, lástima que no sea muy largo. Al final de la misma hay dos variantes: por la derecha, bajando un poco, luego nos llevaría por la parte alta de la sierra a la Leja Millamón y por la izquierda Senda de la Casa Forestal y Paso del Gato y llegar mismo sitio por una senda intermedia. Esta es la nuestra.
















El descenso es brusco y la senda algo inestable, nada que no se solucione con un poco de paciencia. Al fondo vemos la pinada del Rincón de Bonanza y las altas y verticales paredes de la cara sur de la sierra.






Dada la verticalidad de las paredes la senda baja casi hasta su base y asciende de nuevo en busca de un paso rocoso entre ellas que parece que no exista. Se trata de un escalón de roca, que al mirar hacia arriba nos parece imposible subir y sin embargo, siguiendo las marcas del PR nos elevamos con suma facilidad.








Antes del escalón hay una especie de oquedad que nos permite pegarnos a las paredes, el escalón queda reducido a una mínima trepada, poner manos y salimos a un gran agujero en la roca con visera.






Al traspasarlo nos pegamos a las paredes de la derecha, que se pasan bien y quedamos a la entrada de un pequeño túnel de unos ocho metros de longitud excavado en la roca con un poco de inclinación ascendente que se supera con facilidad.






Una vez ganado el divertido Paso del Gato, la mayoría del grupo no lo había utilizado hasta ahora, la senda continúa a media ladera, mirando hacia atrás vemos en la lejanía La Cruz de la Muela con rastros de bruma que se nos antojan en 3D.






A mitad del recorrido ascendemos a una especie de cueva, de las muchas que hay en esta sierra. Entramos en un bonito recodo con abundante vegetación para comenzar un suave ascenso y llegar hasta el collado, donde están los cruces de caminos.








Nosotros seguimos de frente, en ascenso continuo hacia las otras cumbres, bordeando la cresta con  el cortado a nuestra izquierda, avanzando con facilidad y extasiándonos con las maravillosas vistas de este hermoso día.


Seguimos elevándonos y pronto llegamos a la Naveta o “corralico”, pequeño rellano a la sombra de varios pinos donde alguna gente suele almorzar. También hay un cruce de sendas y variantes: por la izquierda descendiendo hacia el barranco por la senda de San Cristóbal, con dos destinos, la Boca del Puerto y el Raiguero de Levante. Por la derecha, salvando un escalón de rocas, hacia las cumbres del Cabezo Lodroño y la Leja de Millamón.






Nos vamos por la derecha en busca de las cumbres. El desnivel se acentúa y tenemos que elevarnos por algún enclave rocoso siguiendo las ondulaciones de las lomas hasta llegar al Cabezo Lodroño (584 m.) marcado por un hito y desde donde distinguimos el punto geodésico de la próxima cumbre.






Descendemos un poco para volver a subir de nuevo a otra loma más elevada, el punto geodésico aparece y desaparece dependiendo de nuestra situación en las olas montañosas, dándonos la sensación de que alguien misteriosamente nos lo va alejando.






Por fin llega el último repecho, vertical y entre rocas para dejarnos en el punto más elevado de esta sierra, La Leja de Millamón o Peña de Orihuela (634 m.). Tenemos amplias vistas, la bruma se ha reducido y vemos Monteagudo y algo borrosa la ciudad de Murcia.









El día es espléndido, pese a ello buscamos refugio en unas soleadas rocas para un ligero almuerzo, puesto que la mayoría nos vamos a comer cocido de la Vega Baja.






Regresamos descendiendo por el pequeño enclave rocoso de la ante cima y por toda la ondulada cresta de la sierra hasta el Cabezo Lodroño y a la Naveta o “corralico”, teniendo de frente y a nuestros pies una estupenda visión lineal de la sierra. Seguimos pausadamente hasta el collado.
















Ahora tenemos a nuestra izquierda la bajada por el barranco de las Sendas, que es un rincón precioso, pero tendríamos unos tres kilómetros de pista hasta llegar al Santuario del Pilar y la desechamos.




Hoy bajaremos por un sitio distinto y que solo hemos utilizado de subida alguna vez, José Ramón y yo, el barranco de las Minas. Para ello, seguimos de frente subiendo al pequeño cerro, hay rastros de trayecto, donde una vez culminado enlazamos con el sendero que viene de la variante que hemos desechado esta mañana al ir por el Paso del Gato.





Hace algo más de dos años que no he utilizado este tramo y se me antoja largo, pero al fin tenemos el acceso a la bajada por el Barranco de las Minas, llamado así porque en él hay varias excavaciones de las que antiguamente se extraían minerales de hierro.

El Barranco tiene un encanto especial, con mucha vegetación, encajonado al principio, salvando un gran desnivel por medio de rampas y zigzag, para abrirse luego al final, donde enlazamos con la pista a unos metros del Santuario del Pilar.
Un pequeño atajo por la derecha nos lleva hasta la parte más desolada de la Urbanización Montepinar, la ampliación del proyecto con parcelas y calles abandonadas que la crisis ha devuelto a la pura realidad. Luego entramos en la zona inicial donde si terminaron las casas y chalets, algunas de ellas muy bonitas.









Ha sido una jornada preciosa. Nos cambiamos y partimos raudos hacia la pedanía de El Mudamiento, Bar El Majaero, teléfono 96672140. Cocido de pato y pelotas, realmente exquisito.
DISTANCIA: 15, 600 KM.
TIEMPO 05:30 HORAS
ALTURA MÍNIMA: 27 M.
ALTURA MÁXIMA: 634 M.
DESNIVEL POSITIVO: 864 M.
DESNIVEL NEGATIVO; 853 M

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