Posted by : Vaig a Peu domingo, 24 de diciembre de 2017

El Yacimiento Arqueológico de la Peña Negra de Crevillent, identificada como la ciudad protohistórica de Herna, es uno de los yacimientos protohistóricos más importantes del país. En agosto de 2014, después de casi tres décadas sin actividad, se reanudaron las excavaciones gracias al proyecto de investigación dirigido por el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alicante, Alberto Lorrio, que recogió el testigo de las investigaciones realizadas entre los años 70 y 90 por el también catedrático de la UA, Alfredo González Prats. Sus estudios pusieron a este yacimiento arqueológico crevillentino a la vanguardia de la investigación de las culturas del primer milenio a.C. en el Mediterráneo occidental. La ciudad de Herna, con sus cerca de 40 hectáreas, es la ciudad más antigua de las tierras del Sureste y del Levante de la Península Ibérica.
La Peña Negra es una de las poblaciones urbanas más antiguas de la costa mediterránea de la Hispania prerromana. Estuvo ocupada durante el Bronce Final entre los siglos IX y IIV a.C. y la Primera Edad del Hierro, o periodo orientalizante, situándose su momento final en el siglo VI a.C., cuando pudo ser destruido por la expansión colonial greco-focense. Su extensión, de más de 30 ha., aunque algunas zonas con abruptas pendientes nunca llegaron a albergar construcciones, confirma la importancia del enclave urbano orientalizante, que seguramente corresponde a la ciudad de Herna, localizada en los confines nororientales de Tartessos. Durante el Bronce Final las cabañas se distribuían de forma dispersa por el hábitat, aunque seria en el Hierro Antiguo cuando el asentamiento alcanzó su máximo desarrollo, en gran medida gracias a sus estrechas relaciones con la ciudad fenicia de La Fonteta, situada en la desembocadura del río Segura. Las influencias fenicias afectaron a las normas de vida y de pensamiento y propiciaron en el periodo orientalizante la transformación social y política de la comunidad instalada en la Peña Negra y su creciente evolución hacia la vida urbana.
CÓMO LLEGAR: Por la N-340. Entrar a Crevillente por la calle junto al puesto de la Cruz Roja. Pasar por delante del ayuntamiento y por la bifurcación de la izquierda continuar hasta Els Pontets. Hay sitio donde aparcar junto a los arcos del acueducto.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: ELS PONTETS / IZQUIERDA / SEGUIR / CUEVA / PEÑA NEGRA / BELEN / IZQ. BAJADA / RAMBLA / SALIDA RAMBLA / ENTRADA BARRANCO / SUBIDA BARRANCO / ARRIBA DEL BÚHO / PI DE L’ALIVI / DESVÍO AL PAS / SENDERO / POUET DE LA MEL / CAMINO / SENDA / POU / ELS PONTETS.

LA RUTA: Ayer sábado debido la temprana hora del partido del “clásico” no planteamos ninguna ruta, pero hoy, aunque es Nochebuena vamos a hacer un corto recorrido indagando algunas conexiones de senderos y visitar antiguos chozos.

Iniciamos desde els Pontets, el viejo acueducto de origen árabe. No llevamos ningún Track en el GPS aunque tenemos una idea de lo que deseamos hacer, subir a la Peña Negra, patear la rambla del Castelar y subir por el barranco de la Ratja del Búho.


El regreso lo haremos por la Loma Blanca. Pronto abandonamos la Vereda del Hondón de las Nieves y nos metemos en la rambla del Castelar siguiendo un poste informativo, poco después en vez de coger el camino, seguimos el sendero de la derecha.


Algo más incomodo pero mucho más montañero. Tenemos otra bifurcación a la derecha, pero nosotros seguimos subiendo por el mismo sendero que nos va sacando de la rambla. El día está fresquito pero el sol ya puntea las cumbres.


En esta subida poco utilizada actualmente, atravesamos el barranco y subimos por antiguas terrazas abancaladas en desuso por trazos de senda. Tenemos buenas vistas al barranco y a la mole del Castell Vell (414 m).


Pasamos por delante de una cueva con entrada de obra, desde la que obtenemos grandes miradas de la rambla del Castelar hasta el brumoso mar en el horizonte. Subimos una corta trocha y enlazamos con el camino oficial.

El nacimiento arqueológico de la Peña Negra de más de 30 ha., es una de las poblaciones urbanas más antiguas de la costa mediterránea de la Hispania prerromana y que seguramente corresponde a la ciudad de Herna.












Han rehabilitado una de las cabañas o chozas que componían la población; construida en piedra seca está situada en las faldas del Castellá Redó, en un pequeño rellano con notables vistas al Campaná y la Vella.


Proseguimos por detrás de la cabaña buscando un sendero que en diagonal va rodeando el Catellá Redó sin subir a la cima, donde han instalado un Belén Navideño. Antes en el diminuto collado tenemos miradas a la Vega Baja y la sierra de Callosa.


El Belén, de grandes proporciones tiene maquetas de edificios y multitud de figuritas representativas de la escena, y llama la atención sobre un pedestal de piedras. Gran trabajo el realizado por los amigos de la montaña.


Volvemos al colladito para bajar por un sendero que enlaza con el Camí de les Pedreres, que seguimos por la derecha durante unos quinientos metros aproximadamente, desviándonos por la izquierda con un sendero que nos baja al barranco.


En principio por sendero y luego por el cauce comenzamos a recorrer la Rambla del Castelar. Hacía mucho tiempo que no realizábamos este trayecto. Es una rambla no muy profunda pero de estrechas paredes.












Su lecho es muy irregular y sinuoso, con matorral y algunos pinos de buen tamaño que junto con la vegetación obstruyen el paso. Se salva algún enclave rocoso de poca envergadura y un corto tramo con un hilillo de agua.












Pero a medida que avanzamos, lo que más llama la atención son sus paredes, unas terrosas, con colores ocres y rojos, y las otras, con distintas vetas y capas en varias direcciones donde predominan los grises y verdes.


También vemos una especie de cueva tapiada antes de comenzar a salir subiendo por la derecha, cerca de dos pequeños farallones. Nada más salir tenemos la gran pared frontal donde está la hendidura de la Ratja del Búho.


En la gran raja vemos un grupo de escaladores que intenta progresar  por dentro de ella. Nosotros vamos virando hacia la izquierda hasta que conectamos con el sendero que utilizan los escaladores para acercamiento.


Pasamos por delante de un vallado que posiblemente protege algún yacimiento arqueológico. Comenzamos a girar a la izquierda para meternos en el vertical barranco que vamos a subir. Mejor situarse a la derecha.


El desnivel es muy fuerte pero la subida es escalonada y hemos de ir apoyando las manos. A mitad de la subida cruzamos a la izquierda donde el paso es mucho más franco. No dejamos de mirar lateralmente la rendija de la Ratja del Búho.


Poco a poco culminamos la subida que ha sido entretenida; la vez anterior que fue de bajada, hubo que prestar más atención. En la parte alta las panorámicas son espectaculares hasta el mar y a nuestras espaldas, el Castellá Redó.


Llegamos al Pi del Alivi, poco esbelto y dañado por los años, este viejo pino es un hito y testimonio de los senderos de esta sierra. Últimamente le han colocado un barril de plástico con agua, y por goteo le ayudan a sobrevivir.











Bajamos por el sendero de la derecha, pasando por el desvío con trazas de sendero que llevan a la base del Pas del Soldat, y que hicimos hace poco. Grieta menos rigurosa que la Ratja del Búho y sin material de escalada.


Enlazamos con la senda del PR que enseguida nos pasa por arriba del Pouet de la Mel, que vemos en el fondo del barranco. Luego dejamos el PR por un camino a la derecha que también dejamos por una senda balizada a els Pontets.


La nueva senda nos sube a la Loma Blanca (402 m) y en su cima la dejamos para seguir de frente por un sendero sin balizar. Son parajes muy solitarios con grandes vistas a la parte más desconocida de la sierra de Crevillente.


Llegamos a un camino poco transitado donde han construido una pequeña cisterna para abastecer de agua a algunos bebederos para animales. Entre sendero y camino vamos cerca de un barranco donde vemos una diminuta cueva.

Comenzamos a subir la siguiente loma y encontramos restos de antiguos chozos derruidos, apenas conservan un semicírculo de muro de piedra y no tienen techumbre, que quizás al ser vegetal ha desaparecido.

Algo más arriba, encontramos otros dos  en los que el círculo es más cerrado, dejando hueco para la entrada, están medio soterrados y en un estado muy lamentable, Pepe me comenta que han sido catalogados.

El sendero pasa por dentro de una finca con una modesta vivienda de piedra seca y comienza a bajar por la otra ladera, donde la senda donde ha sido adecentada escrupulosamente, piedra a piedra, rellano a rellano.










Han colocado palos con cuerdas a modo de barandas y escalones con rellanos, es un acceso a la finca realizado artesanalmente. La senda termina en la Vereda del Hondón  de las Nieves, donde cerramos la ruta en els Pontets.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 9,7 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:00 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 539 M. (Pí de l’Alivi)
ALTURA MÍNIMA: 200 M. (Els Pontets)
DESNIVEL POSITIVO: 602 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 602 M.
DIFICULTAD: MODERADA.

Leave a Reply

Subscribe to Posts | Subscribe to Comments

Entradas Más Visitadas

Patrocinadores:

Retales Design. Con la tecnología de Blogger.

- Copyright © Vaig a Peu - Buscando Nuevos Senderos -Metrominimalist- Template by Johanes Djogan - Blog Designed by Díez Pérez - Gráfico&Web -