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- DE CALA DEL MORAIG A CALA LLEBEIG, COVA DELS ARCS, LA FALLA DEL RIU BLANC Y LA CALA DELS TESTOS.
Posted by : Vaig a Peu
domingo, 5 de noviembre de 2017
Unos metros al sur de la Cova dels Arcs, se encuentra la entrada del río
subterráneo del Moraig, conocido también como río Blanc. Una surgencia
submarina de agua dulce salinizada, por la que descarga el acuífero de Benissa.
Esta cavidad consiste en una galería amplia de la que parte un conducto
principal que, en profundidad, se ramifica, creando bifurcaciones y galerías.
Las exploraciones realizadas por espeleólogos submarinistas han permitido
reconocer unos dos kilómetros de conductos totalmente sumergidos, que llegan a
una profundidad de 60 metros bajo el nivel del mar. Su laguna de salida se
sitúa junto a la pared vertical de la falla del Moraig. Los caminos por los que
circula el agua marina no son conocidos, pero las observaciones realizadas
conducen a considerar que el agua se introduce por el sumidero de la Cova dels
Coloms, en el Morro de Toix (situado entre Altea y Calp), atraviesa el sistema
acuífero de la depresión de Benissa a través de aproximadamente 20 km de
conductos cársticos, y resurge por la surgencia submarina del Moraig, en el
Poble Nou de Benitatxell. Este sistema de sumideros y galerías, formado por
diferentes galerías, pozos y bifurcaciones, constituye, junto al de la isla
griega de Kephalina, un fenómeno hidrogeológico único en el mundo y queda por
descubrir si se trata del río submarino más profundo de Europa. Es únicamente
accesible para submarinistas espeleólogos con altos conocimientos y equipos
especializados. Y, pese al alto grado de conocimientos, la cavidad es
extremadamente peligrosa debido a su único recorrido y salida a la superficie,
por lo que existe el riesgo de quedarse atrapado.
CÓMO LLEGAR: Autopista AP-7
dirección Valencia, salida 63 BENISA/TEULADA/GATA DE GORGOS, circular durante 3
km por la N-332, en una rotonda salir por la CV-740 durante 6 km hasta El
Poble Nou de Benitatxell, tomar dirección Urbanización Cumbres
del Sol, aparcar en la pequeña rotonda con pinos donde hay una carretera
que sube a la Urbanización. La Cala del Moraig está 500 m. más abajo, pero la
ruta empieza aquí. Si solo se va a la Cala, a la Cova dels Arcs y a la Falla,
se puede aparcar mucho más cerca a un lado de la carretera, si se madruga.
COMPONENTES: VICENTE, SUSI, PEPE Y TERE
ITINERARIO: INICIO / COVA DELS ARCS / SUBIDA A LA FALLA / FALLA DEL RIU
BLANC / DESVÍO A LOS MIRADORES / HORNO DE CAL / MIRADORES / BAJADA A LA CALA
TESTOS / BARRANC DE L’INFERN / TREPADAS / COVA DELS TESTOS / CALA DELS TESTOS /
REGRESO / RUTA DE LOS ACANTILADOS / COVA DE LES MORRETES / COVA DEL TI DOMINGO
/ COVA DE PEPE DEL MORRET / COVA DE TONI
EL SENYALAT / MORRO DEL BOU / PUNTA DE L’ALDERA / COVA DEL MORRO DEL BOU / CALA
DE LLEBEIG / REGRESO / FIN.
LA RUTA: Volvemos a una de las rutas más hermosas del litoral
alicantino, los acantilados de Cala del Moraig a Cala de Llebeig. Hoy le hemos
añadido a la ruta el trayecto a la Cala dels Testos por el barranc de l’Infern.
Esta variante no es apta para todos, hay que descender y ascender con cuerdas por paredes verticales, por lo tanto, debemos ser responsables, saber medir el riesgo y nuestras capacidades. Lo calificamos de DIFÍCIL.
Los itinerarios se pueden cambiar de orden pero nosotros los hicimos así: Al haber poca gente aparcamos cerca de la Cala del Moraig e iniciamos por la Cova dels Arcs, subiendo por las escaleras a su parte superior.
Desde arriba, las vistas al mar son grandiosas, la Cala totalmente vacía a estas horas, el impresionante Morro Falquí, la pequeña “muesca” de la Cala Testos, y el Cabo de la Nao, flotando sobre un mar azul intenso y tranquilo.
Descendemos y entramos en el habitáculo de la Cova del Arcs, comunicada con el caudal submarino del Riu Blanc desde la “sala dels inmersionistes” que es un pozo desfondado, al nivel del mar, se puede acceder con gran facilidad al mar abierto, a través de unas salas inferiores de amplias dimensiones.
Es mucho más pequeña que la Cova Tallada pero tiene una gran similitud con sus arcadas al mar por donde entra la claridad haciendo preciosos contrastes y bucólicas vistas al Morro Falquí. En días de fuerte oleaje es peligroso permanecer dentro.
Subimos un corto trecho por la carretera hasta unos paneles donde comienza una subida escalonada por la falda de la sierra, con suave desnivel y protegida con barandas de madera y un fuerte vallado metálico antiderrumbes.
La Falla del Riu Blanc es una fractura que hundió en el mar las rocas de la Serra de la Llorença provocando un gran escalón: los acantilados que se extienden desde la Punta de Moraira hasta la Cala del Moraig.
El desplazamiento de la Falla es de algo más de 400 m y se puede calcular porque las rocas de edad Eoceno que hay en el Puig de la Llorença, a 440 m de altitud sobre el nivel del mar, también se encuentran cortadas y hundidas en la Cova dels Arcs, a nivel del mar actual.
Situados en el nivel superior podemos observar la gran fractura. La roca como una gigantesca laja de forma puntiaguda hacia el cielo, es grandiosa y en la profundidad vemos agitarse las aguas del Riu Blanc. Es el mayor cauce subterráneo de la península, apenas se han explorado unos dos km de sus amplias galerías, pero han fallecido varios buceadores.
La Falla del riu Blanc o del Moraig, es una falla normal de dirección N40E y 76 grados de buzamiento hacia el SE que discurre paralela a la Cala del Moraig y pasa por la Cova dels Arcs. Junto a la superficie de la falla se desarrolló una gran hendidura en cuyo fondo se ve el mar.
La hendidura coincide con una estrecha banda en la que había rocas de falla (cataclasitas, formadas por materiales triturados como consecuencia de desplazamiento de los bloques). Estas rocas de falla menos resistentes a la erosión han sido eliminadas por el oleaje en la parte inferior quedando verticalmente una cavidad que colapsó posteriormente y formó dicha hendidura.
Regresamos por el mismo recorrido y seguimos subiendo por la carretera hasta la pequeña rotonda del aparcamiento. Por la derecha hay un camino cerrado al tráfico y balizado que llega al Mirador dels Testos pasando por un horno de cal.
El mirador forma dos balcones desde los que podemos admirar desde la Cala del Moraig hasta el Cap d’Or en Moraira, y en el otro, la Cala dels Testos y el portentoso Morro Falquí, en el que unos escaladores están haciendo rapel.
Volvemos a la rotonda donde por la derecha comienza la bajada por el barranc de l’Infern a la Cala dels Testos, hay un cartel indicador. Ellas quedan esperando mientras hacemos este recorrido de ida y vuelta.
Al principio hay unos escalones de cemento hasta entrar en el estrecho cauce del barranco, muy pedregoso y con exhaustiva vegetación de matorral que apenas nos deja ver nada, solo en algún claro, la punta del Morro Falquí.
Luego se abre un poco y llegamos al primer escalón rocoso donde ya tenemos una vista segada de la Cala dels Testos y el mar. Hay una soga con nudos sujeta en un lateral donde hay una grieta que ofrece muchos apoyos para subir y bajar.
Este primer tramo resulta asequible para descender por los múltiples huecos para apoyar los pies y el freno que los nudos de la soga hacen, pero tenemos que pensar que luego hay que subir y el esfuerzo para izarnos será mayor.
El siguiente es un corto escalón sin ayudas que da paso a otro gran salto vertical, también asistido por una soga con nudos, pero las paredes son más lisas y desgastadas, con menos ranuras donde buscar apoyos.
Una vez bajo oteamos el tercer y último salto antes de la Cala dels Testos. Nos surgen muchas dudas porque no le vemos el final desde arriba, sobretodo para izarnos luego en el regreso. Nos damos por satisfechos y no bajamos.
Mirando al mar vemos el minúsculo espacio de la Cala dels Testos, y por la izquierda, hay un poste informativo, se sube hacia la Cova dels Testos ayudados por un cable de acero revestido de plástico y un trecho de sendero.
Cova dels Testos. Al resguardo de esta cueva dormían y vivían los pescadores durante algunas temporadas. En la cueva nos encontramos una vegetación diferente, adaptada a la humedad y al sedimento arenoso.
También encontramos una pequeña alberca hecha para recoger el agua que gotea de las bóvedas de la cueva. Antiguamente, se ponía tiestos (testos) debajo de estas goteras parar llenarlos de agua. Probablemente, de esta costumbre proviene el nombre de la cueva, de la cala y del barranco.
La cueva en sí no tiene mayor resalte, pero las panorámicas desde su ubicación son extraordinarias. Podemos distinguir perfectamente el gran escalón de la Falla del riu Blanc desde la cima del Puig de la Llorença hasta el mar.
Desde el otro morro cuyo nombre desconocemos hasta Cap d’Or en Moraira a ras del mar, y desde la Cala Testos hacia arriba, todo el vertiginoso descenso del barranc de l’Infern hasta el mar. Realmente apabullante.
Deshacemos la bajada por cable hasta el segundo escalón y con paciencia, buscando los mejores apoyos nos vamos izando hacia arriba a base de bíceps, primero un salto, después el otro y el tramo del barranc hasta el asfalto.
Con el grupo al completo subimos unos cien metros por la carretera de la urbanización, y por la izquierda, unas paletas nos indican el inicio de la senda, que salvado un acentuado desnivel nos sitúa entre un bosquecillo de pinos cerca de los acantilados frente al mar.
La senda comienza a llanear y a tener buenas vistas al mar. Resultan impresionantes las paredes de los acantilados, caminamos sobre el gran escalón que produjo la fractura de la falla, la erosión es importante en las paredes.
La luminosidad del día confiere un color azul metálico al mar. A esta altura, de la Cala solo distinguimos la entrada a la Cova dels Arcs y más adelante el Morro Falquí, portentosa muralla al mar y que por desgracia ya han colonizado los chalets.
Algunos huecos y formas en las paredes son sorprendentes y dan rienda suelta a la imaginación popular, unos dicen ver el perfil de una cara y yo veo una gárgola de representación demoniaca como las que hay en la catedral de Notre Dame.
Cova de les Morretes. Esta cueva está construida con piedra seca y mortero, y tiene varias estructuras: la vivienda, un horno para cocer pan y un pesebre para los animales. En el interior hay dos bancadas de piedra y una ventana ciega.
En el exterior, delante de la puerta de entrada, hay otro banco y una valla de piedra que delimita con la pared rocosa un pasillo. Detrás de la cueva hay una cerca de piedra seca que forma con el acantilado el espacio usado como establo para los animales.
Durante el recorrido hay varias cuevas y habitáculos que describiremos, muchos eran conocidos por los nombres y motes de sus propietarios. Son construcciones rudimentarias que utilizaban los agricultores, pescadores y los contrabandistas
Cova Domingo L’Abiar. Esta cueva tiene tres muros de piedra seca que cierran la cavidad formada por la pared rocosa del acantilado. La puerta es la única abertura y se orienta al sur. Una piedra de la pared sur de la cueva tiene grabada la fecha 1937.
Delante de la entrada, una roca cierra un espacio que se solía proteger del sol y la humedad con una tela de lona. A unos 10 metros hay un espacio formado por la pared del acantilado y unas rocas desprendidas, que se usaba como refugio para los animales.
Es casi imposible dejar de mirar hacia atrás. La figura del Morro Falquí y la punta del Cabo de la Nao adentrándose en el mar es una estampa preciosa, y cerca de nuestros pies llega el pico de la laja de la Falla del riu Blanc.
Cova de Pepet del Morret. La estructura consiste en una pared de piedra seca que cierra un espacio de dimensiones muy reducidas sobre la roca, con una única abertura que se cerraba con una puerta de madera.
Alrededor de la cueva hay estructuras de márgenes de contención con escalones para acceder de un nivel a otro y, al lado de la cueva, hay un espacio descubierto, delimitado por grandes rocas desprendidas del acantilado, donde se hacia fuego en un improvisado hogar y unas piedras hacen de mesa y de sillas.
Cova de Toni el Senyalat. Esta cueva era una de las más amplias y consistía en un lienzo de piedra seca de 3,5 por 2 metros, que cierra una cavidad natural de 8 metros de anchura por 3,5 metros de profundidad.
La única abertura se cerraba con una puerta de madera y en el interior no había ninguna estructura. El suelo de la cueva presenta diferentes niveles habilitados con márgenes de piedra. Está más escondida que las demás, se accede por un sendero.
Viene un bonito tramo donde veremos a nuestros pies la Punta de l’Alderá, pequeña plataforma que se adentra en el mar, extremo izquierdo la Cala de Llebeig y cerca de la misma base del Morro del Bou.
En este lugar hay un agujero en la roca por donde el mar, cuando arrecia el temporal, proyecta agua y aire. Recibe el nombre del Bufit del Bou , porque desde lejos se oye como el resoplar de un toro.
Nada más girar tenemos en una roca una especie de mirador sobre la Cala Llebeig y a su lado la Cova del Morro del Bou. Una pared de piedra seca cerraba una cavidad natural, dejando una abertura sin puerta para entrar. Delante de la cueva había un espacio para hacer fuego protegido por una pared rocosa.
En el vertical descenso hasta llegar a la Cala, en dirección al barranco, vemos varias cuevas construidas por los vecinos de Benitatxell que en agosto vienen a remojar el esparto, a pescar y a darse los tres baños anuales recomendados por una tradición secular.
Cala Llebeig. De tamaño mucho más reducida que la Cala del Moraig, pero igual de encantadora y a la que solo se puede acceder a pie por el Barranc de la Viuda. Había una caseta de vigilancia de costas que ocuparon primero los Carabineros y después la Guardia Civil, con el objeto de evitar el contrabando.
Los laudes y los balandros, cargados de tabaco y telas, se acercaban a los lugares más escarpados de la costa donde les esperaban hombres y bestias de carga a fin de conducir los fardos acantilado arriba para su posterior distribución.
Actualmente está todo muy cuidado y limpio; hay alguna pequeña embarcación de uso particular que utilizan para la pesca. Hoy la mar está en calma y apetece darse un baño en sus tranquilas aguas aunque estemos en noviembre.
Iniciamos el regreso por el mismo camino, subiendo hasta el mirador y recorriendo el sendero de los acantilados ahora en sentido contrario, teniendo como referencia el Morro Falquí y descubriendo nuevos detalles en las paredes.
Bajamos a la carretera y seguimos hasta el aparcamiento para cerrar esta preciosa ruta geológica con tremendos balcones al mar. Nos acicalamos un poco y cogemos mesa en el chiringuito en una hermosa tarde de otoño Mediterráneo.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 10,1 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:35 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 102 M. (Acantilados)
ALTURA MÍNIMA: 0 M. (Nivel del Mar, Cala Llebeig)
DESNIVEL POSITIVO: 450 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 450 M.
DIFICULTAD: BAJA sin hacer la Cala Testos, el trayecto a esta cala lo calificamos de DIFICIL.
DIFICULTAD: BAJA sin hacer la Cala Testos, el trayecto a esta cala lo calificamos de DIFICIL.