Posted by : Vaig a Peu sábado, 8 de julio de 2017

El espacio natural “Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar” fue reclasificado y declarado protegido con la categoría de Parque Regional por la Ley Regional 4/1992, de 30 de julio, de Ordenación y Protección del Territorio de la Región de Murcia. La mayor parte de la superficie del Parque Regional es, además, espacio protegido Red Natura 2000, con la denominación “Salinas y arenales de San Pedro del Pinatar” (ES620000175). Así, por Resolución de 13 de octubre de 1984 se designa como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en aplicación de la Directiva 79/409/CEE, por cumplir los criterios numéricos para las especies cigüeñuela (Himantopus himantopus), avoceta común (Recurvirostra avosetta), charrancito común (Sterna albifrons) y pagaza piconegra (Gelochelidon nilotica) y, en aplicación de la Directiva Hábitats, se incluye en la lista de lugares susceptibles de ser clasificados como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y, posteriormente, en la lista de lugares de importancia comunitaria (LIC) de la región biogeográfica mediterránea y en sus sucesivas actualizaciones.  Por otro lado, el Parque Regional forma parte de dos áreas protegidas por convenios internacionales: el Humedal de Importancia Internacional “Mar Menor” y la Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM) “Mar Menor y zona oriental mediterránea de la costa de la Región de Murcia”.
Las Salinas de San Pedro son el resultado de la transformación de una antigua zona lacustre generada por los aportes de la Rambla de las Siete Higueras, en el vértice Norte del Mar Menor, separadas del Mar Mediterráneo por una estrecha franja de dunas fijadas, en gran parte, por la vegetación. El gradiente de salinidad aumenta de Norte a Sur. En las charcas salineras al limite Norte del Parque se desarrolla el carrizo por la intrusión de agua dulce. Las Dunas de la playa de la Torre Derribada tienen una altura superior a 3 m, y entre éstas y las charcas salineras se localizan los saladares y juncales. La playa está sometida a  continuos cambios debido al aporte de materiales arrastrados por las olas y el viento. Las Encañizadas, paso natural de agua entre el Mar Mediterráneo y el Mar Menor, son una zona de aguas somera y fondos fangosos con abundantes restos de algas y plantas marinas arrancadas de los fondos próximos de ambos mares. Su carácter pseudamareal , muy escaso en el Mediterráneo y lo que hace tan peculiar esta laguna marina, se debe a que las masas de agua están reguladas por el régimen de vientos.
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7 dirección Cartagena, salida en la nº 774 San Pedro del Pinatar. Llegar hasta el Centro de Visitantes “Las Salinas”, hay aparcamiento.

COMPONENTES: VICENTE, SUSI, PEPE Y TERE.
ITINERARIO: CENTRO DE VISITANTES / CHARCAS SALINERAS / TARIMAS DUNAS / PLAYA DE LA TORRE DERRIBADA / PUERTO DE SAN PEDRO / PLAYA DE LAS SALINAS / PLAYA DE LA BARRACA / PLAYA DE LA LLANA / PLAYA DE PUNTA DE ALGAS / LAS ENCAÑIZADAS / MAR MENOR / MOLINO DE LA CALCETERA / PLAYA DE LA ROTA / BAÑOS DE LODO / MOLINO DE QUINTÍN / CENTRO DE VISITANTES.

LA RUTA: Hace mas de tres años que hicimos esta ruta que hoy repetimos con muy pocas variaciones, ya que se trata de un recorrido que atraviesa ecosistemas protegidos y muy sensibles. El Track inicial nos ha inducido a patear alguno de ellos y pedimos disculpas.

También es verdad que en esa zona no hay carteles explícitos de la prohibición, pero si está reflejada en los paneles iniciales. Comenzamos desde la puerta del Centro de Visitantes “Las Salinas” que a estas horas está cerrado.


Por la izquierda cruzamos la carretera para que por medio de un puente de madera, salvar el canal que desde el Molino de Quintín abastece de agua a las charcas salineras. El sendero empieza por una pasarela de madera y carteles informativos.


Luego prosigue por camino de tierra paralelo a la carretera por la izquierda, muy bien delimitado y protegido con barandas de troncos. La carretera forma un dique de separación de las charcas salineras. El otro arcén está habilitado para ciclistas.


Las vistas a las charcas son muy extensas y en las del otro costado, a base de zoom podemos ver a los flamencos arando los lodos con su pico para alimentarse. El dique se estrecha y han añadido una pasarela flotante sobre las aguas.


Por nuestro lado dejamos atrás dos diques de tierra cerrados por puertas metálicas y en las cercanías observamos el vuelo de alguna gaceta. Ya en fierra firme llegamos a un cruce de senderos balizado cerca de un aparcamiento.


Dejamos los senderos del PR y seguimos recto sobre otra pasarela con tarimas de madera, esta vez sobre la arena para proteger las dunas evitando pisar y destruir los delicados ecosistemas o molestar a sus diminutos habitantes.


Hay un pequeño pinar de retorcidos ejemplares, algunos de ellos abatidos por los fuertes vientos de levante que no les deja desarrollarse, pero a cambio cumplen la misión de sujetar o retener las arenas de las dunas.


Las tarimas terminan en las arenas de la Playa de la Torre Derribada. Por la derecha seguimos caminando junto a la orilla del mar. A poca profundidad existen praderas de Posidonia oceánica, que no es un alga sino una planta superior.


Esta actúa en nuestras playas como un pulmón del mar, puesto que su fotosíntesis produce oxígeno, colaborando a la oxigenación del mar y combatiendo efectos asociados al cambio climático. Llegamos hasta el puerto.


Continuamos por delante del club náutico hasta finalizar las instalaciones portuarias y conectar con las playas de La Llana, al principio con mucha Posidonia arrastrada por el mar en la cercanía de las instalaciones salineras de Coterillo.


Como es lógico esta primera playa es la de las Salinas. Enseguida nuestro Track nos indica que tenemos que subir por encima de las pequeñas dunas. Entre el diverso matorral se distinguen varios senderos muy pateados.


A pocos metros tenemos las charcas de las Salinas de Coterillo. El espectáculo es grandioso. Sin saber que estábamos en terreno prohibido, no hay ninguna señal o indicación de que así lo sea. Continuamos siguiendo las huellas de los senderos.


Al ser un paseo tranquilo y sosegado haciendo infinidad de fotos, las aves o estaban acostumbradas o hicieron caso omiso de nuestra presencia. También es verdad que todas se encontraban en la margen más alejada de las charcas.


Contemplamos diversos grupos de flamencos, algunos muy numerosos y otros con pocos individuos, pero siempre alimentándose en los lodos de las charcas. Son impresionantes las poses de sus ondulantes cuellos.


El sendero hay veces que transita cerca de la orilla de las charcas y en otras nos aleja, acercándonos a la línea de costa, próximos a las curiosas casetas de socorrismo, elevadas pocos metros sobre la arena y que están cerradas.


Aunque seguimos por el interior, vamos dejando atrás la playa de las Salinas entrando en la de la Barraca. A lo lejos comenzamos a distinguir los edificios de Punta de Algas y algo más a la derecha el Molino la Calcetera.


Bordeamos la última charca por sendero y enlazamos por un camino firme que linda entre charcas y una gran extensión de saladar plano y sin matorral, parece una zona inundable en época de lluvias. Llegamos al cruce con el camino que va a la playa Punta de Algas.


Nosotros seguimos por la derecha por el ancho camino muy concurrido por ciclistas y caminantes. Tenemos a la vista el Mar Menor y las Encañizadas por la izquierda, y por la derecha las charcas de las Salinas de Coterillo.


Las Encañizadas es un arte de pesca tradicional que aprovecha el pasillo natural de comunicación entre las aguas del Mar Menor y el Mar Mediterráneo para mediante un laberinto de cañas atrapar a los peces en sus movimientos estacionales.


Las panorámicas se vuelven bucólicas en esta zona. La bonita estampa del islote del Ventorrillo con su casa abandonada, el vuelo de algunos flamencos y las gaviotas posadas en las estacas de las Encañizadas, nos alegran los sentidos.


Al final de esta lengua de tierra se encuentra el Molino la Calcetera que junto con el de Quintín que veremos más adelante, se utilizaban para el vaciado y llenado de las salinas. Giramos a la derecha y el camino parece interminable.


Ahora viene una prolongada recta entre las aguas del Mar Menor y las salinas de regreso a San Pedro del Pinatar. Es una rara sensación a tres aguas, el Mar Menor a la izquierda, las salinas a la derecha y a un km el mar Mediterráneo.


En la parte del Mar Menor y debido a su poca profundidad y estar protegido de mareas, han instalado sucesión de escaleras con barandas para que la gente se pueda bañar sin peligro alguno. Nos vamos acercando a la zona de los Baños de Lodo.


Las particulares condiciones climatológicas del Mar Menor, con un alto porcentaje de horas de sol al año y una elevada salinidad, han propiciado que su extremo norte, en las Chacas de las Salinas, se fueran depositando durante siglos diversos lodos.

Estos lodos son muy apropiados para tratamientos terapéuticos, formando la mayor zona de lodoterápia al aire libre de toda Europa, en el espacio natural protegido de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar.


Alcanzamos al Molino de Quintín, prácticamente en la población de San Pedro. Nosotros seguimos cerrando el círculo por una acera que a la derecha linda con las charcas salineras y un largo canal de agua hasta llegar al Centro de Visitantes.

Hablando con una monitora del Centro nos enteramos de la PROHIBICIÓN DE TRANSITAR POR LAS DUNAS, que hacemos constar en el Blog. También hicimos constar la falta de carteles avisando de la situación y lo claros y pateados que están los senderos.

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 13,00 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:30 HORAS.
ALTURA MÍNIMA: NIVEL DE MAR.
DESNIVEL POSITIVO: 26 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 31 M.
DIFICULTAD: MODERADA.


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