La espectacular
cascada de Piscia di Ghjaddu, pipi de gallo en castellano, no es lo único que
hace que esta ruta sea tan recomendable, sino también el grandioso paisaje de
la altiplanicie de L'Ospedale, con sus numerosos picos graníticos y mares de
bloques, sus bellos bosques y sus estrambóticas formaciones rocosas. La cascada
corresponde al curso del arroyo Palavesani, donde el caudal es regulado a nivel
del Embalse de L’Ospedale, delante de la cascada el curso toma el nombre de
Piscia di Ghjaddu para unirse al curso del Oso. La altura de la cascada es de
60 metros. Antes de la construcción del Embalse y durante la estación estival,
la cascada traía solamente un hilo de agua. Hoy en día el curso persiste en
verano, pero resta tributar agua al Embalse. El Baño está prohibido en la zona.
La belleza salvaje de esta cascada ha seducido a Nicolás Hulot, que la ha
descendido en canoa para la emisión del programa “Ushuaia Nature”.
CÓMO LLEGAR: Desde Porto
Vecchio dirección Zonza, en L’Ospédale a 3,5 km después de la presa del embalse,
aparcamiento de pago (3€). Hay servicio de restaurante.
ITINERARIO: PARKING /
VADEO DEL ARROYO OSO / ROCA CENTINELA / A SAPARA / INICIO BAJADA / ZONA DE
SEGURIDAD / BASE DE LA CASCADA / REGRESO POR MISMO ITINERARIO.
COMPONENTES: VICENTE Y
SUSI.
LA RUTA: Las anaranjadas torres de granito de Bavella son una de las estampas imprescindibles de la alta montaña corsa. Por este magnífico escenario rocoso que se antoja vetado al humilde senderista, serpentea un atrevido camino que se tutea con las torres, reservadas, éstas sí, a los escaladores. Un corto recorrido lleno de intensidad, incluyendo un paso protegido con una cadena, que nos llevará por la base de las cuatro torres hasta el collado de Pargulu.
En nuestro último día de rutas habíamos elegido les Aiguilles de Bavella para la primera parte del día, pero desde el Embalse de L’Ospedale y luego en el pueblo de Zonza antes de llegar al Col, vimos la amenazante masa nubosa que se enganchaba en las Agujas. Una vez en el collado la visibilidad era casi nula y la gente del parking y de la caseta de información desaconsejaban realizar la ruta hoy.
Retornamos a Zonza, donde la gente se acumulaba en espera de tomar decisiones. En la oficina de información nos propusieron hacer un recorrido circular entre Zonza y Quenza. Nos costó un poco encontrar el inicio y antes de comenzar leímos una hoja de papel clavada con chinchetas que decía, camino cortado por la rotura de una pasarela.
Como nos la habían recomendado en la oficina de información, dimos por sentado que estaba reparada. El inicio fue espectacular. Hay lugares sorprendentes. Un ancho camino tapizado de hojas caídas de hermosos robles y hayas, con un alto grado de humedad que nos hizo pensar que estábamos en otoño.
El camino nos desciende con suavidad haciendo varios recodos, a cada cual más exuberante. Grandes helechos de espléndido verdor invaden la zona hasta que vadeamos el cauce de un pequeño torrente y nos elevamos saliendo de la zona más húmeda.
LA RUTA: Las anaranjadas torres de granito de Bavella son una de las estampas imprescindibles de la alta montaña corsa. Por este magnífico escenario rocoso que se antoja vetado al humilde senderista, serpentea un atrevido camino que se tutea con las torres, reservadas, éstas sí, a los escaladores. Un corto recorrido lleno de intensidad, incluyendo un paso protegido con una cadena, que nos llevará por la base de las cuatro torres hasta el collado de Pargulu.
En nuestro último día de rutas habíamos elegido les Aiguilles de Bavella para la primera parte del día, pero desde el Embalse de L’Ospedale y luego en el pueblo de Zonza antes de llegar al Col, vimos la amenazante masa nubosa que se enganchaba en las Agujas. Una vez en el collado la visibilidad era casi nula y la gente del parking y de la caseta de información desaconsejaban realizar la ruta hoy.
Retornamos a Zonza, donde la gente se acumulaba en espera de tomar decisiones. En la oficina de información nos propusieron hacer un recorrido circular entre Zonza y Quenza. Nos costó un poco encontrar el inicio y antes de comenzar leímos una hoja de papel clavada con chinchetas que decía, camino cortado por la rotura de una pasarela.
Como nos la habían recomendado en la oficina de información, dimos por sentado que estaba reparada. El inicio fue espectacular. Hay lugares sorprendentes. Un ancho camino tapizado de hojas caídas de hermosos robles y hayas, con un alto grado de humedad que nos hizo pensar que estábamos en otoño.
El camino nos desciende con suavidad haciendo varios recodos, a cada cual más exuberante. Grandes helechos de espléndido verdor invaden la zona hasta que vadeamos el cauce de un pequeño torrente y nos elevamos saliendo de la zona más húmeda.
El paisaje cambia, dejamos un denso pinar por la izquierda entrando en un abierto claro que bordeamos también por la izquierda, junto a una valla con estacas de madera. Es un precioso sendero tejido de raíces que contonea la ladera poblada de robles y hayas jóvenes.
Luego, se abre camino entre un prado de helechos y salimos a campo abierto, donde seguimos viendo chocar las nubes contra las Aigulles de Bavella. Entramos en otro bosque de grandes ejemplares de pino mezclados con hayas y algunos robles.
Alcanzamos una zona de piedras redondeadas, aluvión que arrastran las aguas en las riadas. Llegamos al cauce del torrente que viene tumultuoso. Ante nuestros ojos aparece el puente partido por la mitad, posiblemente destrozado por la última crecida de las aguas.
Escrutamos el cauce pero no vemos lugar seguro para vadearlo y desistimos. La señorita de la oficina de información no está informada. Volvemos atrás deshaciendo el mismo camino. Una vez en el coche tomamos rumbo a la segunda ruta que teníamos planeada para hoy: Cascade de Piscia di Ghjaddu.
De camino, paramos dos veces para hacer fotos a las impresionantes moles rocosas que emergen entre la masa boscosa de apretados y esbeltos pinos. Tenemos una última mirada a las Aigulles de Bavella, en donde las nubes se siguen enredando.
Llegamos al repleto aparcamiento de la zona de la cascada. Hay muchos coches y poca gente, esperemos que no estén todos en la cascada. En los alrededores de un pequeño restaurante hay paneles informativos de la ruta. Cerca hay formaciones rocosas que recuerdan, salvando las distancias, a la Pedriza.
Iniciamos, siguiendo las marcas del sendero pintadas de amarillo en estacas de mediana altura. Entramos en un pequeño bosque de pinos donde también hay helechos pero de menor tamaño.
Cruzamos el incipiente arroyo Oso por un puente de madera, cuyo curso sigue por nuestra izquierda formado algunas pequeñas cascadas. Admiramos roqueros y hermosas moles pétreas, la vegetación comienza a ralear.
Seguimos bajando y tenemos que volver a cruzar el arroyo Oso, ahora reposado y de cauce más ancho. Hay gente que lo vadea en equilibrio, utilizando el tronco de un gran pino, algunos padres pasan con sus niños. Nosotros preferimos la seguridad y firmeza de las piedras para vadearlo.
Nos elevamos un poco rodeando una loma mientras el arroyo se queda en el fondo de una gran pared rocosa, por donde luego buscará una salida formando la gran cascada en la otra parte. Salvamos la cornisa donde varias rocas han sido moldeadas por la erosión.
Es un bonito lugar donde la Roca Centinela causa admiración entre todos. La lluvia y el viento la han moldeado dándole una forma espectacular con un agujero. Junto a otras grandes rocas forman una barrera que rodeamos por la izquierda para poder bajar.
Llegamos a A Sapara, que en corso significa, abrigo sobre la roca. Enorme piedra erosionada con multitud de recovecos que servían de refugio en la trashumancia y ahora hace la delicia de los críos. Al sobrepasarla la vegetación se hace más espesa.
Enseguida tenemos el panel anunciándonos la Cascade de Piscia de Gahjaddu. Hay un pequeño rellano antes de comenzar a bajar. El paisaje que nos rodea es impresionante. Altas paredes y enormes agujas pétreas envueltas en vegetación. Ya podemos vislumbrar el inicio de la cascada y como el potente chorro brota de la pared.
Hay menos gente de la que esperábamos. Iniciamos bajando por unas escaleras que luego son rocas escalonadas que asemejan a una vertical escalera de caracol. Unos pivotes metálicos unidos por cables de acero acompañan el recorrido haciendo de pasamanos. Entre la vegetación la cascada va creciendo.
Se arriba a una zona de seguridad donde hace un pequeño balcón y un letrero aconseja no seguir. Como es lógico nadie hace caso. Ya no hay cables ni pivotes y la humedad dificulta la vertical bajada. Susi se queda y yo continúo. La cascada sigue creciendo al ritmo que lo hace la verticalidad del sendero.
Tengo la suerte de que ya no queda gente y puedo descender tranquilamente tomando todas las precauciones, la cascada ya salpica en esta zona y entre rocas y troncos de árboles llego prácticamente al final, y haciendo un escorzo logro la foto entera de la cascada. Es un tramo complicado para gente no habituada.
Son unos setenta metros de caída hasta la base, realmente es impactante. El caño de agua es tremendo y la cola de la cascada no se parece en nada al pipi de un gallo. Son imaginativos estos corsos. Emprendo el regreso.
En la subida todo cambia. Es mucho más fácil subir que bajar. La sensación de caída no existe, solo hay que superar escalones más o menos altos. Alcanzo a Susi y culminamos la subida. Decidimos comer en el rellano inicial, a estas horas el flujo de gente es inferior y podemos contemplar las vistas.
Deshacemos camino hasta el aparcamiento; las nubes de Bavella lo enmarañan todo y dejan caer unas gotas. De regreso volvemos a parar en un mirador cercano al embalse de L’Ospedale. Llegamos pronto al apartamento y nos da tiempo a preparar maletas, mañana regresamos. Llegaremos a Bastia y con el ferry a Livorno y Pisa, donde haremos noche.
Nos vamos contentos
y pletóricos, Córcega nos ha entusiasmado; quizás nos ha faltado algún día para
recorrer la zona de Calvi, pero las rutas de alta montaña nos ha cautivado. No
dejen de venir, no hace falta ser senderista, hay playas y paisajes para todos
los gustos.
Al no tener mapa en el GPS no hay detalle geográfico. Ver ruta en Wikiloc.
RECORRIDO: LINEAL, IDA Y VUELTA.
RECORRIDO: LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 5,2 KM.
TIEMPO: 02:00 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 920 M.
(Aparcamiento)
ALTURA MÍNIMA: 770 m. (Base
Cascada)
DESNIVEL POSITIVO: 163 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 165 M.
DIFICULTAD: MODERADA. (Técnicamente no hay dificultad, pero no
se puede menospreciar la vertical bajada a la cascada. Imprescindible calzado
adecuado.)
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