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Posted by : Vaig a Peu
jueves, 1 de mayo de 2014
Benidorm, el gigante
turístico que tanta agua necesita para sus residentes y visitantes, apenas
tiene agua propia. La climatología de la zona ha proporcionado siempre unas
precipitaciones escasas e irregulares. Además, a diferencia de Villajoyosa o
Altea, la ciudad carece de ríos que permitan suplir esa falta recursos
hídricos. Por ello, desde hace siglos, la viabilidad de Benidorm ha estado
vinculada a saber resolver el eterno problema de su escasez de agua. Su
déficit ha sido casi siempre estructural y en cada momento histórico sus
habitantes se han ingeniado para buscar las soluciones más convenientes. En la
Edad Media Bernat de Sarriá fundó Benidorm como municipio cristiano con la
Carta Puebla de 1325, pero desapareció como tal casi un siglo y medio después,
perdiendo la mayor parte de sus habitantes. Entre las distintas causas de esta
despoblación hay que citar la escasez de agua que dificultaba la agricultura de
regadío. Para consumo humano se utilizaban el agua de lluvia almacenada en
aljibes y la traída por conducciones desde la partida de Liriet. Durante
la primera mitad del siglo XVII Benidorm era una localidad poblada con tan sólo
12 familias. Excepto las dos o tres personas dedicadas a la defensa del
castillo, la mayor parte se dedicaba a la pesca de la almadraba y unos pocos a
la agricultura. Como zonas de regadío en la documentación se citan
algunos barrancos, destacando Liriet y la partida de la Señoría, situada muy
próxima a la actual Plaza Triangular. Se denominaba así porque la tierra, unos
pocos bancales, pertenecían a los señores territoriales de Benidorm. Se hace
referencia una noria con cuyas aguas se regaban dichos bancales. En la segunda
mitad del siglo XVII Beatriu Fajardo de Mendoza heredó los señoríos de Polop y
Benidorm. Este último estaba casi despoblado y sus escasos habitantes formaban
parte del municipio de Polop, que comprendía también La Nucia y l’Alfás del
Pi. Los ingresos de Beatriu Fajardo dependían de las contribuciones que
pagaban sus vasallos. Como el señorío de Benidorm estaba casi despoblado
obtenía muy pocos beneficios de él. Decidió incrementar su número atrayendo
habitantes con la promesa de tierras de regadío. Consiguió su objetivo
mediante la construcción de la acequia denominada oficialmente Reg
Major de l’Alfás y popularmente Séquia Mare.
CÓMO LLEGAR: Autopista
A-7 hacia Valencia, salida nº 65 BENIDORM (LEVANTE) CALLOSA D’EN SARRIÁ, por la
CV-70 dirección Callosa, en la rotonda que tiene en el centro la casa de los
Peones Camineros y donde se inicia la carretera CV-758 a Finestrat. A la salida
de ella, a la derecha hay un supermercado, podemos dejar el coche en el
parking.
ITINERARIO: APARCAMIENTO / CAMINO
ROTONDA / DEJAR CAMINO / MAS Y BASSA DE THOUS / MAS DEL ALTET / SENDA BANCALES
/ SENDA / MAS Y FONT DEL LLIRIET / CRUCE DERECHA / FONT Y BASSA DE CARRERES /
CRUCE IZQUIERDA / URBANIZACIÓN / ROTONDA / APARCAMIENTO.
LA RUTA: La intención de
Moskys, el autor de este Track, ha sido mostrarnos las antiguas fuentes y
manantiales que abastecían de agua su terruño, donde se iniciaron los primeros
asentamientos humanos, muchas veces abandonados por la escasez del líquido vital,
hasta el gran milagro actual de Benidorm. Es bueno reconocer el mérito que
tuvieron pese al olvido y abandono existente.
Nosotros hemos aparcado junto a un chalet antes de la rotonda. Una vez en ella, tras dejar el inicio de la carretera CV-758 que va a Finestrat, entre los muros de piedra de unas casas, comienza un camino de tierra que tomamos, y todo cambia; no hay bullicio de tráfico y tenemos la primera mirada al Ponoig.
El camino nos va elevando hasta salir del barranco. Es un entorno deprimido, arrasado por múltiples incendios y con muchos vestigios del último de ellos. Pero la vista se nos va alegrando al aparecer ante nosotros la gran mole del Puig Campana.
En un punto determinado tenemos que dejar el camino por la izquierda, no hay marcas ni nace ninguna senda, es un pequeño tramo dubitativo, que nos acerca a la ladera del barranco buscando la mejor manera de cruzarlo y llegar al Mas de Thous en la otra vertiente. Tenemos una fugaz visión de la Sierra de Bérnia.
Thous, la gran masía que fue está derruida y en estado lamentable de abandono. Rodeada de altos muros de piedra seca que delimitaban los bancales ganados al barranco, y en los que actualmente no queda un solo árbol. Desde su emplazamiento dominaba el pequeño valle hasta el mar.
Rodeamos las ruinas y por la izquierda una senda nos baja a una pequeña rambla por la que cruza una elevada acequia, y en la que hay abundante vegetación de humedal. Remontamos para llegar a la gran Balsa de Thous. Sin agua y sin uso, su fondo ha sido invadido por la maleza. Pese a sus grandes dimensiones pronto quedó fuera de servicio.
Retomamos el camino con un claro punto de referencia, una pequeña colina coronada por el Más del Altet, a los pies del voluminoso Puig Campana. Tirando de zoom, las vistas al Rincón de Loix y de Sierra Helada con la playa del Albir, son preciosas.
Suavemente culminamos la colina y llegamos a la era del Más del Altet, deteriorado pero en pie todavía, tiene unos corrales adjuntos que parecen usarse de vez en cuando. Su ubicación es extraordinaria, domina el mar, el Bérnia y el Puig Campana. Obtenemos una buena imagen del edificio In Tempo en la playa de Poniente.
Continuamos el camino por detrás de la casa, más tarde tomamos una senda que nos lleva por unos sorprendentes bancales, creemos haber llegado a un oasis. Apenas será una tahúlla de tierra toscamente cercada pero su interior parece la huerta del Edén. Dos hombres se afanan en su cuidado y comentamos los milagros del agua. Se abastecen de una cuba que rellenan con gomas que provienen de la cercana Font del Lliriet.
La senda continua en la dirección de las gomas de agua, pero hay que estar atentos porque se enmaraña entre la vegetación. Debemos de ir por la derecha y subir entre unos algarrobos, enseguida veremos una extraña construcción casi cerrada donde bajando unos peldaños tenemos la Font del Lliriet. Tiene dos bocas, por una mana el agua y por la otra desagua. Está deliciosa.
Ascendemos entre un bosquete de altos pinos donde a su cobijo está la gran casona, el Mas del Lliriet, el mejor conservado de todos y todavía en uso, aunque algunas de sus estancias han sido forzadas. A un lado tiene una estructura metálica de una antigua carpa.
Tras la casa, el sendero continúa acercándonos a la muela de La Mamelleta. Hacia la costa tenemos una panorámica completa de sierra Helada, del Rincón de Loix a la playa del Albir. Estamos atentos a un cruce de caminos, ahora lo tomaremos por la izquierda y el regreso lo haremos por la derecha, haciendo una especie de “ocho”.
Sin dejar de subir paulatinamente, tenemos cercanas vistas del Puig Campana, de la sierra de Bérnia entera, aunque no puedo quitar de en medio una torre eléctrica, y como no, Benidorm y sus rascacielos.
Parece que el sendero nos quiere llevar entre La Mamelleta y la otra loma, pero no, en sus faldas alcanzamos el punto más elevado de hoy, y luego bajamos un poco hacia un núcleo de vegetación junto a unos pinos. Aquí está la Font de Carreres, tiene una balsa de regular tamaño y el agua fresca mana de un pequeño túnel a la izquierda. Almorzamos a la sombra de los pinos.
Regresamos al camino entre los abandonados bancales de almendros y algarrobos, pero ahora continuamos por la derecha, abriendo más el recorrido, por un camino que nos acerca mucho más a La Mamelleta y la otra loma, recorriendo sus laderas. Tenemos una preciosa mirada a la sierra de Bérnia, el Morro de Troix y el Penyal de Ifach.
Cuando el camino comienza a bajar lo dejamos por una bonita senda a la izquierda entre pinos. Caminamos en paralelo al camino que traíamos, como volviendo atrás pero a un nivel inferior. La senda termina en un camino de tierra.
Mientras marchamos hacia al punto de encuentro con el cruce de caminos, el “ocho”, las vistas al Penyal de Ifach y el Morro de Troix son preciosas. Al llegar al cruce seguimos por la izquierda, de nuevo subiendo y con el Puig Campana omnipresente.
Esta pista de tierra hace infinidad de “eses”, posiblemente estaba proyectada para una urbanización. El track de la ruta corta por lo sano y las atajamos en línea recta. En una de las curvas vemos al fondo una finca con un redil de ganado lanar y una balsa de agua proveniente de alguna de las fuentes.
Una vez arriba las vistas son impresionantes, de nuevo el edificio In Tempo, con el sol reflejando en sus cristales, flotando en el mar la isla de los periodistas y el Penyal de Ifach mucho más cercano. Empezamos a bordear el Barranc D’Iborra.
Junto al barranco hay una urbanización del ayuntamiento de La Nucia, por la que transitamos hasta enlazar con un camino al final de la misma. La ladera de enfrente está invadida por chalets particulares, algunos de ellos han ganado espacio al barranco con estructuras casi aéreas.
Ahora es un fácil caminar en descenso, damos la última mirada al Puig Campana y tenemos la costa de frente. Alcanzamos el desvío de esta mañana, entramos en el barranco y salimos a la rotonda. Solo nos queda llegar hasta el aparcamiento del coche.
Nosotros hemos aparcado junto a un chalet antes de la rotonda. Una vez en ella, tras dejar el inicio de la carretera CV-758 que va a Finestrat, entre los muros de piedra de unas casas, comienza un camino de tierra que tomamos, y todo cambia; no hay bullicio de tráfico y tenemos la primera mirada al Ponoig.
El camino nos va elevando hasta salir del barranco. Es un entorno deprimido, arrasado por múltiples incendios y con muchos vestigios del último de ellos. Pero la vista se nos va alegrando al aparecer ante nosotros la gran mole del Puig Campana.
En un punto determinado tenemos que dejar el camino por la izquierda, no hay marcas ni nace ninguna senda, es un pequeño tramo dubitativo, que nos acerca a la ladera del barranco buscando la mejor manera de cruzarlo y llegar al Mas de Thous en la otra vertiente. Tenemos una fugaz visión de la Sierra de Bérnia.
Thous, la gran masía que fue está derruida y en estado lamentable de abandono. Rodeada de altos muros de piedra seca que delimitaban los bancales ganados al barranco, y en los que actualmente no queda un solo árbol. Desde su emplazamiento dominaba el pequeño valle hasta el mar.
Rodeamos las ruinas y por la izquierda una senda nos baja a una pequeña rambla por la que cruza una elevada acequia, y en la que hay abundante vegetación de humedal. Remontamos para llegar a la gran Balsa de Thous. Sin agua y sin uso, su fondo ha sido invadido por la maleza. Pese a sus grandes dimensiones pronto quedó fuera de servicio.
Retomamos el camino con un claro punto de referencia, una pequeña colina coronada por el Más del Altet, a los pies del voluminoso Puig Campana. Tirando de zoom, las vistas al Rincón de Loix y de Sierra Helada con la playa del Albir, son preciosas.
Suavemente culminamos la colina y llegamos a la era del Más del Altet, deteriorado pero en pie todavía, tiene unos corrales adjuntos que parecen usarse de vez en cuando. Su ubicación es extraordinaria, domina el mar, el Bérnia y el Puig Campana. Obtenemos una buena imagen del edificio In Tempo en la playa de Poniente.
Continuamos el camino por detrás de la casa, más tarde tomamos una senda que nos lleva por unos sorprendentes bancales, creemos haber llegado a un oasis. Apenas será una tahúlla de tierra toscamente cercada pero su interior parece la huerta del Edén. Dos hombres se afanan en su cuidado y comentamos los milagros del agua. Se abastecen de una cuba que rellenan con gomas que provienen de la cercana Font del Lliriet.
La senda continua en la dirección de las gomas de agua, pero hay que estar atentos porque se enmaraña entre la vegetación. Debemos de ir por la derecha y subir entre unos algarrobos, enseguida veremos una extraña construcción casi cerrada donde bajando unos peldaños tenemos la Font del Lliriet. Tiene dos bocas, por una mana el agua y por la otra desagua. Está deliciosa.
Ascendemos entre un bosquete de altos pinos donde a su cobijo está la gran casona, el Mas del Lliriet, el mejor conservado de todos y todavía en uso, aunque algunas de sus estancias han sido forzadas. A un lado tiene una estructura metálica de una antigua carpa.
Tras la casa, el sendero continúa acercándonos a la muela de La Mamelleta. Hacia la costa tenemos una panorámica completa de sierra Helada, del Rincón de Loix a la playa del Albir. Estamos atentos a un cruce de caminos, ahora lo tomaremos por la izquierda y el regreso lo haremos por la derecha, haciendo una especie de “ocho”.
Sin dejar de subir paulatinamente, tenemos cercanas vistas del Puig Campana, de la sierra de Bérnia entera, aunque no puedo quitar de en medio una torre eléctrica, y como no, Benidorm y sus rascacielos.
Parece que el sendero nos quiere llevar entre La Mamelleta y la otra loma, pero no, en sus faldas alcanzamos el punto más elevado de hoy, y luego bajamos un poco hacia un núcleo de vegetación junto a unos pinos. Aquí está la Font de Carreres, tiene una balsa de regular tamaño y el agua fresca mana de un pequeño túnel a la izquierda. Almorzamos a la sombra de los pinos.
Regresamos al camino entre los abandonados bancales de almendros y algarrobos, pero ahora continuamos por la derecha, abriendo más el recorrido, por un camino que nos acerca mucho más a La Mamelleta y la otra loma, recorriendo sus laderas. Tenemos una preciosa mirada a la sierra de Bérnia, el Morro de Troix y el Penyal de Ifach.
Cuando el camino comienza a bajar lo dejamos por una bonita senda a la izquierda entre pinos. Caminamos en paralelo al camino que traíamos, como volviendo atrás pero a un nivel inferior. La senda termina en un camino de tierra.
Mientras marchamos hacia al punto de encuentro con el cruce de caminos, el “ocho”, las vistas al Penyal de Ifach y el Morro de Troix son preciosas. Al llegar al cruce seguimos por la izquierda, de nuevo subiendo y con el Puig Campana omnipresente.
Esta pista de tierra hace infinidad de “eses”, posiblemente estaba proyectada para una urbanización. El track de la ruta corta por lo sano y las atajamos en línea recta. En una de las curvas vemos al fondo una finca con un redil de ganado lanar y una balsa de agua proveniente de alguna de las fuentes.
Una vez arriba las vistas son impresionantes, de nuevo el edificio In Tempo, con el sol reflejando en sus cristales, flotando en el mar la isla de los periodistas y el Penyal de Ifach mucho más cercano. Empezamos a bordear el Barranc D’Iborra.
Junto al barranco hay una urbanización del ayuntamiento de La Nucia, por la que transitamos hasta enlazar con un camino al final de la misma. La ladera de enfrente está invadida por chalets particulares, algunos de ellos han ganado espacio al barranco con estructuras casi aéreas.
Ahora es un fácil caminar en descenso, damos la última mirada al Puig Campana y tenemos la costa de frente. Alcanzamos el desvío de esta mañana, entramos en el barranco y salimos a la rotonda. Solo nos queda llegar hasta el aparcamiento del coche.
Pese al poco
desnivel de la ruta destacaría de ella sus panorámicas, que es muy asequible y la
visita a las masías nos hablará de la historia del agua en esta zona.
AGUA EN RUTA: SI. (Font
de Lliriet y Font de Carreres)
DISTANCIA: 14,8 KM.
TIEMPO: 04:50 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 415 M.
(Font de Carreres)
ALTURA MÍNIMA: 110 M.
(Aparcamiento)
DESNIVEL POSITIVO: 398 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 395 M.
DIFICULTAD: MODERADA