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Posted by : Vaig a Peu
sábado, 7 de diciembre de 2013
Petrer se sitúa en
la ladera de un cerro de la margen izquierda de la Rambla de Pusa, en el curso
medio del río Vinalopó. Su origen se remonta a finales del siglo XII, cuando un
contingente poblacional, probablemente de soldados del ejército almohade, fue
licenciado en las tierras de Murcia en su retirada de la toma de Huete hacia el
año 1172. De este modo, a lo largo del Vinalopó se creó una red de poblados
fortificados -Villena, Sax, Petrer, Elda, La Mola, etc. cuyo objetivo era
defender las vías de comunicación y frenar el avance de los reinos cristianos. Algunos
geógrafos andalusíes como Yaqut y Al-Himyari citan Hisn Bitrir -denominación
originaria de Petrer- dentro de las dependencias de Murcia en al-Andalus. Por
el tratado de Almizra de 1244, Bitrir pasaba a ser territorio de la corona de
Castilla y unos años después, el 20 de agosto de 1258, Petrer y su castillo
fueron donados a Jofré de Loaysa, según privilegios otorgados por el Rey
Alfonso X el Sabio en Segovia. Entre los acontecimientos más destacados cabe
citar la toma del Castillo de Petrer por Jaime I de Aragón el 19 de noviembre
de 1265, ante la demanda de ayuda de su yerno, Alfonso X el Sabio de Castilla,
para sofocar la rebelión de las poblaciones moriscas. Aunque todas las plazas
fueron devueltas a Castilla, por el pacto de Elche en 1305, y después de
diversos años de enfrentamiento entre ambas coronas, los territorios hasta el
río Segura, quedaban bajo el dominio del Reino de Valencia. La villa de
Petrer, perteneciente a la familia de los Loaysa, fue vendida en 1431 a Ximén
Pérez de Corella, futuro Conde de Cocentaina, quien emprendió diversas reformas
en el castillo. En 1513, la villa y el castillo de Petrer fueron adquiridos por
la familia de los Coloma, Condes de Elda a partir de 1577. Petrer perteneció al
Condado de Elda hasta la abolición de los señoríos a inicios del siglo XIX. El
Castillo-fortaleza de Petrer estuvo habitado por el Alcaide, su familia y un
cuerpo de guardia hasta el siglo XVIII. El castillo de Petrer entró en un
estado de abandono y de ruina a partir de la abolición de los señoríos en el
siglo XIX. En 1968 el obispado de Orihuela cedió la propiedad al Ayuntamiento
de Petrer, iniciando su restauración en el año 1974. Tras 10 años de
restauración, en 1983 fue declarado Monumento Histórico Artístico de Interés
Nacional.
CÓMO LLEGAR: Autovía A-31 hacia Madrid, salida
en Petrer / Centro Comercial, antes de cruzar por debajo de la autovía, girar a
la derecha, hay cartel indicativo a Xorret de Catí, por la CV-837 carretera de
montaña. A unos 3700 metros hay una bifurcación, girar a la izquierda, y a los
50 metros girar a la derecha. La carretera bordea unos chalets y al llegar a
una curva bajo los pinos obviar la entrada a la urbanización y seguir por la
derecha hacia los campos de labor. Continuar durante otros 1960 metros hasta
una bifurcación con chalets a ambos lados. Hay algún espacio para aparcar.
Estamos en la Partida Foia de Pusa.
ITINERARIO: DERECHA BIFURCACIÓN/
BARRANCO DE LAS QUINQUILLERAS / BIFURCACIÓN IZQUIERDA / CASA DE LOS PINOS /
CASA CASTALLA / RAMBLA DE PUSA / BIFURCACIÓN IZQUIERDA / CORRAL CASA CASTALLA /
SENDA A LA DERECHA / BARRANCO DEL SALTO
DE LA MULA / BARRANCO DEL PUNTAL / COLLADO / PEÑAS DEL SOLDADO / EL CHARCO /
SUBIDA AL CORDAL DE LA SIERRA / ENLACE DE CAMINOS-CASA EN RUINAS-IZQUIERDA /
APARCAMIENTO.
COMPONENTES: VICENTE Y
PATRO.
LA RUTA: Este itinerario es un tranquilo recorrido interior entre la Sierra del Caballo, la de Castalla y la Crestería del Frare, con el Despeñador y la Silla del Cid siempre presentes; en la primera mitad nos acompañan los cursos de la Rambla de Pusa y otros barrancos, tributarios al Vinalopó.
Iniciamos tomando el ramal derecho de la bifurcación, que está marcado como PR que luego se va por la derecha hacia el Pantanet, suponemos que es el 143 que llega a l’Avaiol. Al estar metidos en la Foia de Pusa hace un frío intenso, y esta pasada noche debe de haber helado puesto que las hierbas de los márgenes de la carretera están cubiertos de blanca escarcha.
Un tibio sol alumbra las últimas estribaciones de la sierra del Caballo y en el otro lado la mole de la Silla del Cid comienza a sonrosarse entre cercanos campos de almendros. Incrustada en las hierbas, la escarcha es de un color blanco níveo intenso.
Tomamos un camino a la izquierda entre campos de almendros. Poco después llegamos a la Casa de los pinos con varios ejemplares de gran tamaño. En el camino hay una enorme carrasca centenaria y seguidamente una deshojada higuera podada para facilitar la recogida de higos, por lo que han tenido que apuntalar sus ramas formando un amplio círculo.
Seguidamente arribamos a Casa Castalla y Villa Dolores. Un núcleo de casas con grandes extensiones de campos de secano. En la parte de atrás hay otra edificación que parece un corral, pero sin embargo tiene una campana a modo de ermita. Tenemos buenas vistas de los alrededores.
Pasamos junto a un gran pino que nos marca el curso de la Rambla de Pusa, y tras rebasar una pequeña edificación llegamos a una bifurcación. Giramos a la izquierda entre campos de labor y zona de pinar con un distribuidor de caminos que seguimos por la derecha en dirección al Corral de Casa Castalla.
Entre los pinos y unos metros antes de llegar al Corral, marcada con hitos de piedras, nace una estrecha senda por la derecha, que proseguimos para sortear el lecho del Barranco del Salto de la Mula, e iniciar el ascenso por el margen derecho del Barranco del Puntal.
La bonita senda, casi empedrada como una calzada, nos sigue ascendiendo suavemente y vamos observando el hermoso paisaje. El sol va calentando y el ritmo de la marcha nos permite ir quitándonos algunas prendas de abrigo. En su tramo final conectamos con un camino de herradura en la cresta de Peñas del Soldado.
Desde esta especie de collado tenemos unas panorámicas impresionantes centradas en tres puntos: A la derecha entre bruma el Maigmó a tiro de piedra. En el centro y a lo lejos, Aitana que todavía se mantiene blanqueada por la nieve. Y en la izquierda, Ibi a los pies del Menejador.
Continuamos por la izquierda de este nuevo camino marcado como PR, creemos que es el 141 que viene desde el Despeñador a Casa Tápena. Mientras subimos la empinada cuesta, quizás lo más duro del recorrido, tramamos una gran circular entre la Crestería del Frare, Despeñador y las Peñas del Soldado, unidas por los PR-CV141 y 143.
En la cima, que es un pequeño rellano, volvemos a tener buenas vistas. Aparece Castalla y su Castillo y en el lado opuesto el Despeñador, en el que se distingue el trazado del PR-CV 141. Unos mojones muestran el inicio de una senda que parece recorrer el cordal de la sierra, pero las notas que llevamos de la ruta nos dicen que debemos obviarla.
Marchamos recto y comienza un descenso por la pista hasta llegar al paraje El Charco donde hay un distribuidor de caminos, tomamos el de enfrente en ascenso que nos lleva a una pista con el cruces del GR-7 y dejamos el PR-CV 141. Comenzamos a temernos que el resto del trayecto será por pista.
Nos acordamos de la senda del cordal y tomamos la decisión de subir y enlazar con ella. Apenas distinguimos un rastro de animales y con poco esfuerzo, en unos quinientos metros, enlazamos con la senda. En el entorno abunda la vegetación y algo de pinar. Al sol montamos el campamento para comer.
Después seguimos el trazado de la senda recorriendo lomas en un agradable paseo. Más tarde la senda se convierte en cortafuegos, en una ancha pista que están roturando. Proseguimos hasta llegar a un gran mojón de piedras, donde girando un poco a la izquierda volvemos a tener senda.
Mirando hacia atrás seguimos teniendo Aitana nevada y por delante a la derecha distinguimos la Sierra de Cabrera y parte del pueblo de Sax. Nosotros vamos girando poco a poco a la izquierda, hacia los pies de la Sierra del Caballo.
Empieza un fuerte descenso que la senda amortigua con rampas y zigzags. Llegando al final enlazamos con la ancha senda que rodea la sierra y que era el itinerario inicial. Giramos a la derecha, dejando el sendero que continua hasta Casa Castalla.
Llegamos a un cruce de caminos En donde giramos a la izquierda hacia una casa vieja en ruinas. Al final de la recta el camino enlaza con una pista ancha en la Foieta del Racó por donde pasa el PR-CV 143. Volvemos a girar a la izquierda, de frente iríamos a la Sierra del Caballo. Seguimos adelante hasta llegar a nuestro aparcamiento. Sencilla ruta que aprovecharemos para maquinar una circular de mayor envergadura.
RECORRIDO: CIRCULAR.LA RUTA: Este itinerario es un tranquilo recorrido interior entre la Sierra del Caballo, la de Castalla y la Crestería del Frare, con el Despeñador y la Silla del Cid siempre presentes; en la primera mitad nos acompañan los cursos de la Rambla de Pusa y otros barrancos, tributarios al Vinalopó.
Iniciamos tomando el ramal derecho de la bifurcación, que está marcado como PR que luego se va por la derecha hacia el Pantanet, suponemos que es el 143 que llega a l’Avaiol. Al estar metidos en la Foia de Pusa hace un frío intenso, y esta pasada noche debe de haber helado puesto que las hierbas de los márgenes de la carretera están cubiertos de blanca escarcha.
Un tibio sol alumbra las últimas estribaciones de la sierra del Caballo y en el otro lado la mole de la Silla del Cid comienza a sonrosarse entre cercanos campos de almendros. Incrustada en las hierbas, la escarcha es de un color blanco níveo intenso.
Tomamos un camino a la izquierda entre campos de almendros. Poco después llegamos a la Casa de los pinos con varios ejemplares de gran tamaño. En el camino hay una enorme carrasca centenaria y seguidamente una deshojada higuera podada para facilitar la recogida de higos, por lo que han tenido que apuntalar sus ramas formando un amplio círculo.
Seguidamente arribamos a Casa Castalla y Villa Dolores. Un núcleo de casas con grandes extensiones de campos de secano. En la parte de atrás hay otra edificación que parece un corral, pero sin embargo tiene una campana a modo de ermita. Tenemos buenas vistas de los alrededores.
Pasamos junto a un gran pino que nos marca el curso de la Rambla de Pusa, y tras rebasar una pequeña edificación llegamos a una bifurcación. Giramos a la izquierda entre campos de labor y zona de pinar con un distribuidor de caminos que seguimos por la derecha en dirección al Corral de Casa Castalla.
Entre los pinos y unos metros antes de llegar al Corral, marcada con hitos de piedras, nace una estrecha senda por la derecha, que proseguimos para sortear el lecho del Barranco del Salto de la Mula, e iniciar el ascenso por el margen derecho del Barranco del Puntal.
La bonita senda, casi empedrada como una calzada, nos sigue ascendiendo suavemente y vamos observando el hermoso paisaje. El sol va calentando y el ritmo de la marcha nos permite ir quitándonos algunas prendas de abrigo. En su tramo final conectamos con un camino de herradura en la cresta de Peñas del Soldado.
Desde esta especie de collado tenemos unas panorámicas impresionantes centradas en tres puntos: A la derecha entre bruma el Maigmó a tiro de piedra. En el centro y a lo lejos, Aitana que todavía se mantiene blanqueada por la nieve. Y en la izquierda, Ibi a los pies del Menejador.
Continuamos por la izquierda de este nuevo camino marcado como PR, creemos que es el 141 que viene desde el Despeñador a Casa Tápena. Mientras subimos la empinada cuesta, quizás lo más duro del recorrido, tramamos una gran circular entre la Crestería del Frare, Despeñador y las Peñas del Soldado, unidas por los PR-CV141 y 143.
En la cima, que es un pequeño rellano, volvemos a tener buenas vistas. Aparece Castalla y su Castillo y en el lado opuesto el Despeñador, en el que se distingue el trazado del PR-CV 141. Unos mojones muestran el inicio de una senda que parece recorrer el cordal de la sierra, pero las notas que llevamos de la ruta nos dicen que debemos obviarla.
Marchamos recto y comienza un descenso por la pista hasta llegar al paraje El Charco donde hay un distribuidor de caminos, tomamos el de enfrente en ascenso que nos lleva a una pista con el cruces del GR-7 y dejamos el PR-CV 141. Comenzamos a temernos que el resto del trayecto será por pista.
Nos acordamos de la senda del cordal y tomamos la decisión de subir y enlazar con ella. Apenas distinguimos un rastro de animales y con poco esfuerzo, en unos quinientos metros, enlazamos con la senda. En el entorno abunda la vegetación y algo de pinar. Al sol montamos el campamento para comer.
Después seguimos el trazado de la senda recorriendo lomas en un agradable paseo. Más tarde la senda se convierte en cortafuegos, en una ancha pista que están roturando. Proseguimos hasta llegar a un gran mojón de piedras, donde girando un poco a la izquierda volvemos a tener senda.
Mirando hacia atrás seguimos teniendo Aitana nevada y por delante a la derecha distinguimos la Sierra de Cabrera y parte del pueblo de Sax. Nosotros vamos girando poco a poco a la izquierda, hacia los pies de la Sierra del Caballo.
Empieza un fuerte descenso que la senda amortigua con rampas y zigzags. Llegando al final enlazamos con la ancha senda que rodea la sierra y que era el itinerario inicial. Giramos a la derecha, dejando el sendero que continua hasta Casa Castalla.
Llegamos a un cruce de caminos En donde giramos a la izquierda hacia una casa vieja en ruinas. Al final de la recta el camino enlaza con una pista ancha en la Foieta del Racó por donde pasa el PR-CV 143. Volvemos a girar a la izquierda, de frente iríamos a la Sierra del Caballo. Seguimos adelante hasta llegar a nuestro aparcamiento. Sencilla ruta que aprovecharemos para maquinar una circular de mayor envergadura.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 16,1 KM.
TIEMPO: 04:10 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 1.107 M.
(Peñas del Soldado)
ALTURA MÍNIMA: 654 M.
(Rambla de Pusa)
DESNIVEL POSITIVO: 515 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 509 M.
DIFICULTAD: MODERADA.