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Posted by : Vaig a Peu
domingo, 29 de septiembre de 2013
El guerrero de
Moixent es un exvoto íbero de tan solo 7,3 cm. de alto. Sorprende su tamaño que
no parece acorde con su fama. Es más pequeño que una pinza de tender la ropa.
Pero en tan pequeño contenido tenemos el espíritu de una sociedad guerrera que
nos precedió en el tiempo. Los exvotos íberos eran ofrendas a los dioses. Se
convertían en un modo de comunicación y agradecimiento con la divinidad. Se han
encontrado por miles en santuarios repartidos por todo el levante y sur
peninsular. Estos santuarios eran habitualmente cuevas que se convertían en
puerta mística hacia el mundo espiritual. La función de los exvotos no está
totalmente aclarada. Podrían representar al
mismo oferente. Con su permanencia en figura en el santuario el oferente
se aseguraba el favor d los dioses. De ahí la variedad de tipos de exvotos:
hombres, mujeres, guerreros, sacerdotes, sacerdotisas, etc. También podrían
representar antepasados o incluso divinidades. El misterio envuelve a estas
pequeñas figuras que nos hablan de una espiritualidad muy ligada a la
naturaleza. Entre los muchos exvotos que podemos ver repartidos en los museos
arqueológicos de España el guerrero de Moixent es el más famoso y uno de los
más valiosos desde el punto de vista artístico. Se considera una de las obras
cumbres del arte ibérico. Tiene más de 2300 años de antigüedad (s. IV a.C.),
cuando los romanos todavía no habían pisado la tierra ibérica. Fue encontrado
en el año 1931 en las excavaciones del poblado íbero de la Bastida de les
Alcusses. Este poblado tuvo corta vida y fue incendiado y destruido hacia el
año 330 a.C. seguramente fruto del ataque de una tribu íbera enemiga. La figura
de bronce representa a un guerrero a caballo, que porta en una mano la temida
espada íbera, la falcata, y en la otra mano el pequeño escudo circular, la
caetra. El guerrero se identifica como un personaje de alto status en la
sociedad íbera al poseer un caballo, animal de gran valor en esta sociedad
antigua. La fuerza del guerrero queda reflejada en la manera férrea y segura en
que el guerrero domina las riendas provocando la apertura de la boca del
caballo. Pero lo más impresionante del pequeño guerrero de bronce es la gran
cimera que corona el casco. No es un simple detalle decorativo. Aquí la cimera
representa el poder. La gran cimera le da calidad al jefe o guerrero heroico.
Le eleva a la más alta categoría dentro de su tribu.
CÓMO LLEGAR: Por
la A-31 en pasar Villena, dirección LA FONT DE LA FIGUERA, por la A-35
dirección Valencia. Salida en la nº 23 MOIXENT. Continuar por la CV-589 hacia
Navalón. En el kilómetro 11,3 torcer a la derecha, hay carteles informativos
del Teularet. Dejar el coche en el parking frente al Centro de Información.
ITINERARIO:
EL TEULARET / BARRANCO DE BENACANCIL / BALSA CONTRA INCENDIOS / CAMÍ DE LES CASES
DE LLORET / CASA Y FUENTE DE LA TEJEDORA / CASERÍO BENACANCIL / BARRANCO DE LA
HOZ / CASA CANTALAR / CASA POLSERUT / BARRANCO BOQUELLA / CASA FITO / CASAS DE
BOQUELLA / FANGANCHAR Y TEJARICO / EL TEULARET.
COMPONENTES:
VICENTE Y SUSI.
LA RUTA: Iniciamos desde el Centro de Ecoturismo y Formación del Teularet, bonito complejo donde hay un hostal, albergue, cabañas de madera y camping. Deshacemos por asfalto el trozo de carretera hasta la entrada de la finca y seguimos a la derecha por pista de tierra junto a la entrada del camping.
Estamos en el punto más elevado del recorrido, por lo que ahora iremos bajando hasta el fondo del Barranco de Benacancil, y al final de la ruta volveremos a subir por otros barrancos. Los desniveles de todo el itinerario son muy moderados. La pista linda con la valla de alambres de la finca. De frente tenemos las verdes colinas coronadas por molinos eólicos y un cielo encapotado y oscuro.
Nos llama la atención la apretada vegetación pese haber sido pasto de las llamas en diversas ocasiones, y destaca sobre todo la abundancia en matorral de brezo que está en floración, con preciosas tonalidades entre el blanco rosado y el fucsia. Dejamos atrás el vallado de la finca.
La pista hace un recodo en su suave descenso y nos pasea por un frontal rocoso a modo de muralla erosionada y desgastada. Junto a las rocas y a poca altura de nosotros, desfilan varios arbustos de madroño cargados de frutos rojos, algunos de ellos, maduros, han caído al suelo y están deliciosos. Otros ejemplares están en floración, que serán los frutos del año que viene. Es curioso que convivan el fruto actual y la flor de la próxima cosecha.
Hacemos una cerrada curva a la derecha para llegar al fondo del barranco, y enseguida tenemos a la izquierda un depósito de agua para incendios y una senda que llega a la Fuente de los Bujes en un entorno castigado por los incendios de 1985 y 1993 que ahora se está regenerando. Si vamos a la fuente, hemos de retornar al camino de nuevo.
Por el Camí de les Cases de Lloret transitamos admirando el frondoso barranco. A un lado tenemos una oscura encina de las pocas que se han salvado, y zonas de antiguos bancales de olivos llegando a la Casa Tejedora, a la falda del Coll del Cerecero. También tiene una fuente restaurada.
La exuberante vegetación estrecha la pista. A nuestra derecha el cauce se torna rocoso y pétreo cerca de las paredes de la otra vertiente, lo que no impide que algunos pinos arraiguen en sus grietas junto a las adelfas y arbustos de frutos rojos.
Llegamos al Caserío de Benacancil, destacado caserío en el fondo del barranco. Su nombre puede derivar de los Banu Gatil, importante familia de Xátiva en el s. XI, que según el historiador Al-Udri dio nombre a un distrito de la zona valenciana. Es el caserío más trascendente del Barranco de Benacancil, en él han vivido hasta diez familias y ha estado habitado hasta la década de los 60. Sus alrededores sufrieron un gran incendio en 1999.
Proseguimos por la pista hasta llegar a un nuevo cruce en donde continuaremos por nuestra derecha siguiendo las indicaciones al Barranco de la Hoz y al Barranco de Boquella, de un cartel de madera en un murete de piedra. El paisaje se abre más entre diversas lomas, que dan lugar a ramblas y vaguadas que rendirán sus aguas. Cruzaremos dos veces el cauce, iremos en ascenso, y poco después descenderemos suavemente, para llegar a otro cruce con una nueva pista que seguiremos por la derecha.
El Barranco de la Hoz tiene un encanto especial. Está flanqueado por lomas y colinas erosionadas, desgastadas por el agua y el viento, que les han dado atractivas formas, moldeando cantales, muelas, perforando cuevas y oquedades que maravillan nuestras vistas.
Por la izquierda nos acercamos a la Casa Cantalar, en ruinas y ubicada en un lugar privilegiado. Vemos un poste indicativo hacia Casa Polserut, que luego veremos al pasar junto a un nuevo depósito para incendios y cruzar el barranco.
El fondo del Barranco de la Sarga (496 m.), es el desnivel más bajo del recorrido. Aquí el camino hace un brusco giro a la izquierda y comenzamos a subir moderadamente. En altura caminamos casi paralelos al camino que traíamos, hacemos varios recodos para entrar en el Barranco de Boquella y llegar a la Casa de Fito a nuestra izquierda.
Pasaremos por las Casas de la Boquella, con cuidados bancales de frutales, aprovechando los regadíos del Fangachar. El desnivel es suave pero constante hasta llegar a un cruce con un poste indicativo hacia el Teularet, que tomaremos por la derecha. Volvemos a ver los molinos eólicos.
Ya más horizontal y descendiendo un poco, tenemos de nuevo la valla, pasaremos por el Tejarico, antiguo caserío junto al nuevo complejo del Teularet, y transitaremos por la parte trasera de las instalaciones del camping y el albergue, hasta llegar al aparcamiento, frente a la entrada y punto de información del Teularet.
LA RUTA: Iniciamos desde el Centro de Ecoturismo y Formación del Teularet, bonito complejo donde hay un hostal, albergue, cabañas de madera y camping. Deshacemos por asfalto el trozo de carretera hasta la entrada de la finca y seguimos a la derecha por pista de tierra junto a la entrada del camping.
Estamos en el punto más elevado del recorrido, por lo que ahora iremos bajando hasta el fondo del Barranco de Benacancil, y al final de la ruta volveremos a subir por otros barrancos. Los desniveles de todo el itinerario son muy moderados. La pista linda con la valla de alambres de la finca. De frente tenemos las verdes colinas coronadas por molinos eólicos y un cielo encapotado y oscuro.
Nos llama la atención la apretada vegetación pese haber sido pasto de las llamas en diversas ocasiones, y destaca sobre todo la abundancia en matorral de brezo que está en floración, con preciosas tonalidades entre el blanco rosado y el fucsia. Dejamos atrás el vallado de la finca.
La pista hace un recodo en su suave descenso y nos pasea por un frontal rocoso a modo de muralla erosionada y desgastada. Junto a las rocas y a poca altura de nosotros, desfilan varios arbustos de madroño cargados de frutos rojos, algunos de ellos, maduros, han caído al suelo y están deliciosos. Otros ejemplares están en floración, que serán los frutos del año que viene. Es curioso que convivan el fruto actual y la flor de la próxima cosecha.
Hacemos una cerrada curva a la derecha para llegar al fondo del barranco, y enseguida tenemos a la izquierda un depósito de agua para incendios y una senda que llega a la Fuente de los Bujes en un entorno castigado por los incendios de 1985 y 1993 que ahora se está regenerando. Si vamos a la fuente, hemos de retornar al camino de nuevo.
Por el Camí de les Cases de Lloret transitamos admirando el frondoso barranco. A un lado tenemos una oscura encina de las pocas que se han salvado, y zonas de antiguos bancales de olivos llegando a la Casa Tejedora, a la falda del Coll del Cerecero. También tiene una fuente restaurada.
La exuberante vegetación estrecha la pista. A nuestra derecha el cauce se torna rocoso y pétreo cerca de las paredes de la otra vertiente, lo que no impide que algunos pinos arraiguen en sus grietas junto a las adelfas y arbustos de frutos rojos.
Llegamos al Caserío de Benacancil, destacado caserío en el fondo del barranco. Su nombre puede derivar de los Banu Gatil, importante familia de Xátiva en el s. XI, que según el historiador Al-Udri dio nombre a un distrito de la zona valenciana. Es el caserío más trascendente del Barranco de Benacancil, en él han vivido hasta diez familias y ha estado habitado hasta la década de los 60. Sus alrededores sufrieron un gran incendio en 1999.
Proseguimos por la pista hasta llegar a un nuevo cruce en donde continuaremos por nuestra derecha siguiendo las indicaciones al Barranco de la Hoz y al Barranco de Boquella, de un cartel de madera en un murete de piedra. El paisaje se abre más entre diversas lomas, que dan lugar a ramblas y vaguadas que rendirán sus aguas. Cruzaremos dos veces el cauce, iremos en ascenso, y poco después descenderemos suavemente, para llegar a otro cruce con una nueva pista que seguiremos por la derecha.
El Barranco de la Hoz tiene un encanto especial. Está flanqueado por lomas y colinas erosionadas, desgastadas por el agua y el viento, que les han dado atractivas formas, moldeando cantales, muelas, perforando cuevas y oquedades que maravillan nuestras vistas.
Por la izquierda nos acercamos a la Casa Cantalar, en ruinas y ubicada en un lugar privilegiado. Vemos un poste indicativo hacia Casa Polserut, que luego veremos al pasar junto a un nuevo depósito para incendios y cruzar el barranco.
El fondo del Barranco de la Sarga (496 m.), es el desnivel más bajo del recorrido. Aquí el camino hace un brusco giro a la izquierda y comenzamos a subir moderadamente. En altura caminamos casi paralelos al camino que traíamos, hacemos varios recodos para entrar en el Barranco de Boquella y llegar a la Casa de Fito a nuestra izquierda.
Pasaremos por las Casas de la Boquella, con cuidados bancales de frutales, aprovechando los regadíos del Fangachar. El desnivel es suave pero constante hasta llegar a un cruce con un poste indicativo hacia el Teularet, que tomaremos por la derecha. Volvemos a ver los molinos eólicos.
Ya más horizontal y descendiendo un poco, tenemos de nuevo la valla, pasaremos por el Tejarico, antiguo caserío junto al nuevo complejo del Teularet, y transitaremos por la parte trasera de las instalaciones del camping y el albergue, hasta llegar al aparcamiento, frente a la entrada y punto de información del Teularet.
Agradable excursión
que calificamos de dificultad moderada, solo por la distancia recorrida.
AGUA EN RUTA:
NO. Aunque hay alguna fuente, están en fincas particulares.
DISTANCIA:
16,1 KM
TIEMPO: 04:00
HORAS.
ALTURA MÁXIMA:
811 M. (Entrada a la Finca)
ALTURA MÍNIMA:
496 M. (Barranc de la Sarga)
DESNIVEL
POSITIVO: 396 M.
DESNIVEL
NEGATIVO: 408 M.
DIFICULTAD:
MODERADA. Por la distancia, la ruta discurre toda por pistas forestales sin
ninguna complicación.