RÍO ALHÁRABE Y EL BARRANCO DEL ARROYO DE HONDARES

Posted by : Vaig a Peu sábado, 18 de mayo de 2013

El río Alhárabe es prácticamente el único río de la Región de Murcia que registra todavía ecosistemas fluviales bien conservados. Presenta una vegetación de ribera con gran riqueza de especies, así como una fauna rica y variada, entre la que podemos destacar la presencia de la nutria. Toda la zona ha sido propuesta por la comunidad murciana como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y su curso y zonas adyacentes han sido catalogados como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) El río Alhárabe nace a 1.440 m de altura, en la ladera meridional de la sierra del Zacatín (Moratalla), unos cientos de metros al oeste de El Sabinar. Tras surcar algunos de los paisajes más hermosos de la comunidad murciana vierte sus aguas a los ríos Benamor y Moratalla, cuyos caudales se incorporan al río Segura 50 km más abajo en las inmediaciones del Santuario de la Esperanza. Para ser más preciso, el Alhárabe, al que también se le ha nombrado río Grande por ser el más largo de Moratalla, es el resultado de varias fuentes y arroyos que brotan de la sierra del Zacatín y de la serreta de la Torre. Una de ellas, la fuente del Prado, se hace visible en el lavadero público de El Sabinar, una especie de porche cubierto con tejas rojizas para preservar de la lluvia a las escasas mujeres que enjuagan la ropa en las pilas. El sobrante del agua salva la carretera de Benizar y se esparce por el prado, a veces lo hace desmandada y otras por la canaleta que bordea las tapias del cementerio, un pequeño camposanto con media docena de lustrosos cipreses. Pero el verdadero río se desliza perezoso bajo una hilera de chopos, descubre el primer puente y serpentea por los ramblizos del Campo de San Juan, tierra de pastos y cereal.

CÓMO LLEGAR: Por la A-7 E-15 a Murcia, salida en la número 168 ALMERÍA/GRANADA por la C-415 continuar hasta la salida número 651B MULA/CARAVACA por la RM-15, salida número 57 y por la RMB-36 a Moratalla. En el pueblo continuar hasta el Camping La Puerta, en los algo más de 6 km de carretera solo hay una indicación al principio, pero no importa, la carretera termina en el Camping. Hay un espacio para aparcar a la izquierda.

ITINERARIO: CAMPING / PUERTA DE SOMOGIL / DESVÍO A LA DERECHA DEJANDO EL GR / BAÑOS DE SOMOGIL / CARRASCA CENTENARIA / BARRANCO DE HONDARES / LOMA LARGA / CASICAS DEL PUNTAL / CORTIJO DE HONDARES DE ABAJO / CORTIJO DE LAS LOMAS / BANCAL DE LA CARRASCA / BARRANCO DE LOS CALDERONES / RÍO ALHÁRABE / CAMPING.

COMPONENTES: VICENTE Y PATRO.

LA RUTA: Hoy volvemos a adentrarnos por tierras murcianas. Hace tiempo que la teníamos en lista de espera para temporada de lluvias o en primavera y creo que hemos conseguido las dos cosas, puesto que hasta ayer estuvo lloviendo. Es una ruta tranquila, sin asalto a ninguna cumbre, pero de las que despiertan los sentidos a los amantes de la naturaleza.

Iniciamos desde el Camping, por la pista asfaltada de la derecha, siguiendo las marcas rojas y blancas del GR; admirando la tupida masa verde de pino carrasco que vemos en los calares y sierras de nuestra izquierda, por donde transcurre el curso del Río Alhárabe.

Siguiendo el asfalto en leve subida, llegamos a la Puerta de Somogil, angosto desfiladero formado por una falla, donde discurre el río Alhárabe por el estrecho del Calar del Fresne. La masa de pinar y vegetación es tan frondosa que difícilmente podemos ver el agua del río.

El camino pierde el asfalto y desciende suavemente. A la derecha vemos las ruinas del Molino de Somogil y por la izquierda entre la masa forestal la torre de un moderno cortijo a las faldas del calar. Enseguida, a la derecha viene el cruce con un camino, donde junto a un pequeño pino hay una señal en forma de aspa que indica que salimos del GR.

Continuamos por este camino en ascenso dejando el PR. Nos adentramos en pleno bosque para llegar poco después a las ruinas de los Baños de Somogil donde la gente solía venir a tomar baños termales para la cura de afecciones cutáneas y reumáticas. Por el pasamanos de madera de la izquierda se baja hacia las pozas.

Proseguimos por el camino que se va convirtiendo en senda y que transita por el fondo del Barranco del Arroyo de Hondares. El hilo de agua es constante y hace más entretenido el recorrido. Entre la piedra caliza forma pequeñas pozas y diminutas cataratas y tenemos que cruzar varias veces el curso del arroyo saltando de piedra en piedra. La vegetación cambia y aparece el carrizal y los juncos.

Salimos del curso del barranco y ascendemos por la derecha por un pedregoso camino, siempre rodeados por el inmenso pinar. Pasamos enfrente de la antigua mina de cobre que queda bajo las paredes, a los pies del Puntal del Tío y del Fraile, con su orgulloso “dedo” apuntando al cielo. También se puede interpretar como un afilado colmillo.

Damos la vuelta al risco y se convierte otra vez en senda que nos desciende de nuevo al curso del arroyo, del que se separa un poco para llegar a los pies de un inmenso ejemplar de carrasca, seguro que centenaria, cuya copa proyecta una refrescante sombra. Llama la atención el diámetro de su tronco, no creo que entre cuatro personas logremos abrazarla. Me regocija contemplar estos especímenes cuyas fotos pasaran a mi álbum de árboles singulares.

Marchamos por el lecho del arroyo y al frente vemos un doble y elevado escalón formando un pequeño circo o anfiteatro. La pista forestal se inclina y agudiza en una fuerte subida para superar los cien metros de desnivel. A media subida nos sorprenden las chorreras de una cascada debajo de una chopera, donde está la Charca de las Tortugas. Este dato lo desconocíamos y no la hemos visitado.

La pista hace unas lazadas con acentuadas rampas que con esfuerzo culminamos, llegando a una bifurcación donde tomamos el camino de la izquierda. Es sorprendente la visión desde aquí, entramos en una elevada meseta que la primavera a convertido en una espectacular y florida pradera flanqueada por los altos riscos de las colinas de los Cenajos de Hondares.

La cañada nos dirige hacia las Casicas del Puntal y al Cortijo de Hondares de Abajo. Después, el camino continúa ascendiendo y dejaremos a nuestra izquierda unas choperas, donde a sus pies se ubican las chorreras de la cascada. Mirando hacia atrás, casi hemos superado la altura del segundo escalón, y distinguimos cerca de las colinas de los Cenajos de Hondares, el Cortijo de Hondares de Arriba.

Poco a poco vamos llegando a las ruinas del Cortijo de Las Lomas donde está la cota más elevada de esta ruta, desde su privilegiada situación se domina todo el valle y estamos a mitad de nuestro recorrido aproximadamente.

Reanudamos la marcha por el cómodo camino de herradura entre verdes y floridos prados salpicados por sabinas. Dejamos atrás, en ruinas también, el Cortijo del Bancal de la Carrasca, cuyo coto de caza privado está pródigamente señalizado en pequeñas piquetas metálicas.

Llegamos a un enorme árbol seco abatido con todas sus raíces levantadas. A partir de este punto el camino comienza a descender y tenemos hermosas vistas hacia el Pinar de Navarro y el Cerro de Almanillas. Buscamos un sitio resguardado del viento para nuestro ceremonial y merecido almuerzo.

Volvemos al pedregoso camino en rápido descenso. Ahora tenemos de frente los altos paredones de los Calares de la Cueva de la Capilla, el Calar del Fresne y los roquedales de Somogil siempre cubiertos por el verde manto de pino carrasco. Encontramos una plataforma encaramada a un pino para la observación de las aves.

El entretenido descenso se va suavizando cuando conectamos con la ancha pista que seguimos por la izquierda y tenemos el profundo cauce del río Alhárabe a nuestra derecha, encajonado entre las verticales paredes del Calar del Fresne. Vuelve el rumor del agua al correr y salimos a la pista de esta mañana con las marcas del GR.

Más adelante, por estrecha senda descendemos hacia el cauce del río. Pasamos por delante de una casa en ruinas y nos introducimos entre la vegetación acuática, carrizo, mimbres, juncos y de vez en cuando alguna higuera salvaje. El sendero resulta muy entretenido, bajando y subiendo entre las rocas, acercándonos a sus pozas y pequeñas cascadas o alejándonos del cauce cuando el río se precipita entre las paredes.

Luego arribamos al agua remansada en un meandro artificial, con la amplia y bonita cascada cerca del puente que cruza el cauce del río, para después dejarla precipitarse de nuevo a su cauce natural a la entrada de las instalaciones del Camping.

Estos tres últimos kilómetros han sido deliciosos. Cruzamos por dentro del Camping y salimos a nuestro aparcamiento, dando por finalizada es preciosa ruta. Volveremos de nuevo en otoño, o quizás en invierno con paisaje nevado.