Posted by : Vaig a Peu sábado, 20 de abril de 2013


Hace muchos, muchos años, nació en Bérnia una de las leyendas más bonitas de nuestras montañas: La Coveta de la Reina Mora. Todo comenzó con el encantamiento de una reina mora, que la condenaron a permanecer recluida dentro de las peñas de Bérnia. Desde aquel día solo puede salir en la noche de San Juan, justo cuando suenen las doce campanadas. Para romper el encantamiento es necesario que alguien la coja y la lleve a una iglesia, y así será como la reina mora volverá a ser libre. Aquel que la libere le sonreirá la fortuna. Desde entonces son muchos los que la han podido ver, pero nunca ninguno ha conseguido liberarla de su maldición. Un año, alguien que era muy decidido, fue en la noche de San Juan y cuando salió la reina mora, la cogió y se la cargó a los hombros. Ya le habían advertido que cuando la tuviera no debería nunca girar la cabeza hacia atrás. Pero el viento le tumbó el sombrero y tuvo que girarse para recogerlo. Por eso la reina mora se le escapó y le dijo que sería muy desgraciado. La Cova de la Reina Mora está poco después de pasar el Forat, de camino a la Cova de l’Arc. A la orilla del sendero veremos un hermoso tejo pegado a las rocas, y a mitad de las peñas un pequeño abrigo. Si acudimos en la  noche de San Juan, puede ser que tengamos la suerte de ver a la reina mora, y quién sabe, si la oportunidad de liberarla del maleficio. El padre de un vecino de la zona al pasar por el Forat la vio y salió pitando de allí. A otro, también le salió a su encuentro la reina mora vestida de blanco, pero se asustó y se fue corriendo. Testimonios diversos, FENT CAMÌ.
CÓMO LLEGAR: Autopista AP-7 hacia Valencia, salida nº 63 BENISSA/TEULADA/GATA DE GORGOS, por la N332 atravesar Benissa y por la derecha tomar CV-749 que en 16 km nos deja en las Casas de Bérnia. Hay espacio suficiente para aparcar.
ITINERARIO: CASAS DE BÉRNIA / FONT DE BÉRNIA / COVA DE L’ARC / FORAT / FORT DE BÉRNIA / CIM DE BÉRNIA / CRESTA HASTA EL PORTIXOL / FONT DE BÉRNIA / CASAS DE BÉRNIA.
COMPONENTES: VICENTE, JULIÁN, PATRO Y SANTI.






LA RUTA: Perteneciente a las cordilleras Béticas, la sierra de Bérnia se extiende unos once kilómetros de oeste a este perpendicularmente a la costa mediterránea, por su ruta circular es quizás la montaña más visitada de la provincia,  su cercanía al mar, sus bucólicas panorámicas y sus leyendas la hacen encantadora.






Para los más aguerridos, pese a su poca altura, coronar su cima, patear su cresta y apartados rincones es un reto. Como siempre que repetimos ruta, cambiamos o añadimos recorrido. Hoy partimos desde las Casas de Bérnia y alargaremos el recorrido hasta la Cova de l’Arc, hermoso y poco conocido rincón.









Iniciamos por la pista asfaltada en dirección al Forat siguiendo el recorrido del PR-CV 7. Hace buena temperatura y el día está algo nublado. Pasamos cerca de un cuidado viñedo y arregladas casas de campo privilegiadas por la proximidad de la montaña.















Casi llegando a la Font de Bérnia el camino pierde el asfalto y desde los recodos tenemos una espléndida vista del Portixol (W), por donde descenderemos al regreso. El camino de tierra termina en la misma fuente donde rellenamos los depósitos de fresca agua para la travesía. En esta sierra ha muchas fuentes donde avituallarnos.










Subiendo los escalones por la izquierda de la fuente continúa el sendero, que ascendiendo suavemente nos dirige a las paredes de la sierra, dándonos una generosa y completa visión de la agreste cresta de Bérnia.









El sendero se desliza por lomas, bajando y subiendo hasta llegar a una zona más angosta con grandes rocas por las que pasamos entre la abundante vegetación de umbría, generosa en esta primavera.











Llegamos a las paredes y pegados a ellas caminamos por algún abrigo y un paso más elevado entre quebrados peñascos que nos hacen esforzarnos para superarlos. Luego unas cortas y empinadas rampas nos acercan al Forat.









Aquí hemos de estar atentos. Justo delante de la pequeña peana de madera con información de la micro reserva de flora del Forat, a unos metros bajando a la izquierda, comienza un hilo de senda que nos llevará a la Cova de l’Arc.
















Al principio desciende un poco esquivando las peñas de la umbría de Bérnia. Después recorre casi en horizontal y paralela a las paredes, donde veremos un solitario y hermoso tejo pegado a ellas, si nos fijamos a mitad de la gran pared hay un pequeño abrigo, que según la leyenda es donde está recluida la Reina Mora.









Mirando hacia atrás tenemos una espectacular vista de la larga sierra. Ahora nos pegamos de nuevo a las paredes para pasar por una especie de portilla algo más elevada, que forman la pared y un gran risco (frare).






Entramos en un amplio rincón con una vertical pedrera que la senda atraviesa horizontalmente en dirección a otro bonito ejemplar de tejo. Si miramos hacia arriba veremos el imponente arco de piedra que da nombre la cueva. Pasada la pedrera estaremos a la altura del frare, y nos pegaremos a la pared izquierda del rincón, que siguiendo unos mojones hace más llevadera la senda.







La Cova de l’Arc, situados frente a ella, su tamaño toma protagonismo. Tiene un escalón de unos ocho metros de altura que hay que salvar para llegar al primer rellano. El trepar no parece muy difícil, pero ha sido equipada con cuerdas que ayudan a su acceso, dando seguridad a la gente que quiera subir.






Subo en primer lugar y hago fotos a los demás mientras lo hacen. La perspectiva, exagera la posición de la trepada ya que hay múltiples apoyos para los pies. El recinto es amplio pero en pendiente por lo que es preferible acercarse a las paredes. No tiene techo y su gran abertura junto con la boca de entrada forman el gran arco. Resulta relajante contemplar el paisaje desde dentro.









Dada la incomodidad de la estancia, comenzamos paulatinamente el descenso sujetos a las cuerdas y de espaldas al vacio como mandan los cánones. El destrepe resulta tan sencillo como la subida. Como es lógico, estamos hablando siempre de gente sin síntomas de vértigo.







Una vez en tierra firme, continuamos hacia la derecha, en dirección a una gran oquedad con forma de triángulo, muy abierta, que una vez en su interior, resulta de una grandiosidad y profundidad espectacular. Por su suelo pétreo es fácil caminar hasta el fondo. Decidimos repostar líquidos e hidratos de carbono admirando el nublado paisaje desde su interior.









Maravillados por este fantástico recoveco que  no conocíamos, vamos retornando hacia el Forat. La montaña nunca deja de sorprendernos, basta un cambio en el ángulo de visión, en la intensidad de la luz o un simple rayo de sol para que todo parezca distinto.









Por la boca del Forat pasamos de la cara norte a la sur. Resulta simpático el corto trayecto que tenemos que pasar agachados y arrastrándonos por el angosto túnel excavado. Luego recuperamos la verticalidad, y el contraste desde la penumbra de la gran cavidad a la luz del día, es impresionante.










Es un balcón al Mediterráneo, con Sierra Gelada, la playa del Albir y Altea a nuestros pies. Un nutrido grupo de senderistas que hace el recorrido circular, están almorzando en primera fila gozando de extraordinarias vistas.




Ahora tenemos casi una hora de bonito recorrido a media altura junto a las paredes de la solana. La vegetación ha cambiado y abundan los palmitos y las carrascas. Tenemos siempre la visión del mar y al fondo las grandes montañas, Puig Campana, Ponoig y Aitana, hoy encapotadas por las nubes. Pasaremos muy cerca del Portixol (W) por donde más tarde descenderemos a la umbría de la cara norte, y la Font del Runar, de fresca agua filtrada.



Arribamos al Fort de Bérnia. Construido en 1562 por el rey Felipe II con la finalidad de frenar las revueltas de los moriscos y la defensa de la costa contra los ataques repentinos de los piratas berberiscos. Desde su posición se podía controlar visualmente la línea costera desde Altea al cabo de Santa Pola. La victoria en la batalla de Lepanto en 1571 y  la expulsión de los moriscos en 1609, dejaron sin valor militar el fuerte, que fue abandonado y demolido en 1612 para evitar que fuera utilizado por los bandoleros.







Desde el Fort, seguimos las marcas del PR para al poco dejarlas y escorarnos a la derecha, por encima del collado y cerca del precipicio, con lo que evitaremos la pequeña loma con pedreras y canchales, remontándonos con facilidad. Hay varias sendas, seguir la que tenga mojones y puntos rojos de pintura.








Siempre por la izquierda de la sierra, las marcas nos conducirán frente a las paredes donde parece que no haya salida, pero con facilidad nos elevamos hacia una cornisa que al dar la vuelta a la arista tenemos una zona estable y amplia. Una nublada imagen de la Serra del Ferrer y del Penyal de l’Orenga sale a nuestro encuentro.







Continuamos paralelos al muro hasta que mojones y una flecha roja a la derecha indica una sencilla trepada, manos en la pared. Una vez superados los tres metros, salimos a una pequeña reunión y frente a otra pared que salvaremos con la ayuda de una cadena que hará de pasamanos en diagonal hacia arriba.

















Superado este escollo, tenemos a la vista el punto geodésico de la cumbre. Luego viene un pasillo entre rocas donde han colocado una cuerda para facilitar su paso, las fotos dan mucha espectacularidad pero es sencillo, estas ayudas han hecho que mucha gente se atreva a culminar esta preciosa sierra.









Una nube se ha enganchado en la loma más alta haciendo más misterioso el corto y ondulado trayecto a la cima. Cumbre de Bérnia (1.129 m.) No tenemos mucha visión del paisaje pero el mero hecho de estar aquí es muy gratificante. Montamos el campamento y comemos en un pequeño resguardo donde hay derribada una larga cruz blanca de aluminio.









Iniciamos la travesía de la cresta siguiendo el cordal hasta el Portixol (W). La niebla persiste aunque no limita nuestra visibilidad. Esta parte es la más trabajosa y con un encanto especial, pero solo apta para gente acostumbrada a desenvolverse por rocosas crestas.








Actualmente la han equipado con cuerdas y cadenas a modo de pasamanos que facilitan mucho su tránsito, lo que permite buscar apoyos para los pies con mucha seguridad. Caminamos por ambos lados de lomos o superándolos por arriba,  descendiendo por estrechos y pétreos pasillos. La alta cumbre se va quedando atrás.















Por fin nos plantamos en la parte más alta del Portixol, digamos que es el lateral de la W, tiene una bajada larga y vertical pero que una vez metido en ella, no tienes ninguna sensación de peligro. Vamos asegurando nuestros pasos hasta que la culminamos. Al mirar hacia arriba nos parece imposible que hayamos bajado esta especie de chimenea.















De nuevo pasamos a la cara norte y a la umbría; vuelven las hiedras, las sabinas y algunos pinos. Para seguir bajando y enlazar con la senda principal del PR-CV 7, lo más sensato es seguir por la derecha, buscar rastros de senda y mojones, olvidándonos de bajar rectos por el canchal. Las sendas nos llevaran a media altura esquivando la loma de la izquierda y su oculto barranco.







Una vez un la senda principal la continuamos por la izquierda hasta la Font de Bérnia o de Cabanes y por la ancha pista que luego se torna de asfalto, llegamos a las Casas de Bérnia y nuestro coche. Mirando hacia atrás, recordamos que hace muy poco estábamos en el Portixol (W).












Nos cambiamos junto a una de las casitas, bajo una hermosa y florida encina. Ha sido una de las excursiones más bonitas de esta temporada.

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: SI. (Font de Bérnia, Font del Runar y Font del Fort)
DISTANCIA: 16,48 KM.
TIEMPO: 07:28 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.129 M. (CIM de Bérnia)
ALTURA MÍNIMA: 589 M. (Casas de Bérnia)
DESNIVEL POSITIVO: 1.073 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 1.061 M.
DIFICULTAD: ALTA.

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