sábado, 31 de marzo de 2012

VALL DE LAGUAR Y VALL DE EBO

Situado a una media de 500 m. de altitud,  la Vall de Laguar se eleva majestuoso entre dos sierras que conforman este hermoso valle. A un lado el Barranco del Infierno, maravilla natural, formada por el río Girona, que separa la Sierra de la Carrasca de la Sierra de Migdía y atraviesa todo el valle hasta llegar al embalse de Isbert. Al otro lado, como un auténtico caballo dormido, la Sierra del Cavall Verd con multitud de fuentes y manantiales.
Vall de Ebo es una pequeña población agrícola de origen musulmán enclavada en una de las zonas más inaccesibles del interior de la Marina Alta. En época morisca había una serie de despoblados de los cuales solo se conserva el nombre y algún resto menor: Benicais, Serra, Benisual, Millans, Cairola, Benesseit y La Solana. La riqueza orográfica hace que el Vall de Ebo sea uno de los pueblos preferidos para los amantes de los deportes de riesgo que pueden recorrer uno de los desfiladeros más intrincados de toda la Comunidat Valenciana: El Barranc de L’infern.
COMO LLEGAR: Autopista AP-7 hacia Valencia, salida 63 en Benisa, hacia Senija, Llíber, Jalón, Alcalalí, Murla y Fleix. Aparcar junto al colegio.
COMPONENTES: VICENTE Y JULIÁN.
ITINERARIO: PR-CV 147 FLEIX / LLAVADOR I FONT GROSSA / FORAT / RUI EBO O GIRONA / POU DE LA JUVEA / PISTA / ENLACE CON PR-CV 58 / CASA / SENDA BARRANCO / CAMBIO DE VERTIENTE / RIU EBO / PISTA / FONT DE XILI / VALL DE EBO / CAMÍ DEL CALVARI / SENDA SERRA DE LA CARRASCA / COLLADO / MEDIA LADERA SIERRA DE LA CARRASCA / JUVEES DE DALT / BARRANC DE RACONS / FONT DELS OLBIS / LLAVADOR I FONT DE BENIMAURELL / FLEIX.





LA RUTA: Tenemos un día agradable, algo brumoso, que hará que el sol no queme y sea ideal para caminar. Hoy haremos algo distinto, nos adentraremos en la Vall de Ebo para volver por la Sierra de la Carrasca. Como siempre iniciamos desde la Font Grossa en para bajar al lecho del Río Girona y subir a les Juvees D’Enmig.





Los almendros ya tienen el fruto cuajado pero los cerezos no terminar de florecer con esplendor, ha sido un invierno raro, demasiado prolongado para la zona. Es grato después de varios años volver hacer esta ruta.




Los escalones y los zigzags iniciales nos conducen entre los bucólicos bancales de almendros y cerezos, deleitándonos con la panorámica visión del lecho del río Girona y el sinuoso trazado con escalinatas y sendas que nos hacen placentero el caminar.






Pronto cruzamos el pequeño arroyo que da caudal a la cascada y llegamos al agujero escavado en la roca, donde han colocado una pasarela de madera para superar los destrozos que ocasiona el agua en las lluvias torrenciales.



Al otro lado, la vista sigue siendo maravillosa. Ahora el desnivel a descender es fuerte pero con los lazos escalonados que efectúa la senda es muy fácil.  Desde esta posición comenzamos a tener una visión parcial de de la catarata que a medida que descendemos se va ampliando a su totalidad.











Ya en el fondo del barranco tenemos una mirada frontal de la caída de agua desde unos treinta metros hasta la poza que luego desemboca  y desaparece filtrada entre las piedras del lecho del río Girona.




Continuamos elevándonos un poco por la otra ladera, que en una senda casi llana y pegada a las paredes nos conduce hasta el cauce del río, formado por desgastadas piedras blancas de aluvión. Nos cruzamos con un grupo ciclistas que baja desde les Juvees y van a subir a Fleix. Con las bicis al hombro, por supuesto.




Comenzamos el ascenso a les Juvees D’Enmig. El desnivel es fuerte, pero la senda está bien peritada en grandes lazadas por las que paulatinamente vamos ganando altura. Enfrente vemos el trazado que hemos recorrido y el blanco cauce del río en dirección a la Cova Santa.




Llegamos al Pou de la Juvea con su característica bomba de sacar agua, moviendo la palanca metálica al más puro estilo del Oeste. Seguimos en ascenso por la pista hasta llegar a les Juvees D’Enmig. Aquí dejamos por la izquierda el PR-CV 147 que comienza a bajar buscando la Font de Reinós y nosotros proseguimos por la pista.



Nos encontramos con un grupo de barranquistas, que ataviados con cuerdas, cintas, clavijas y anclajes van a recorrer el Barranc del Infern, esperan disfrutar mucho montando rápeles para atajar desniveles y cruzar pozas. En una curva con un cartel descriptivo del tramo del barranco comienzan a descender.




Por la derecha se une a nosotros el PR-CV 58 que viene desde Tormos y que nos llevará hasta Vall de Ebo. Poco después tenemos que dejar la pista por la izquierda y el camino nos conduce a una solitaria casa de campo vallada y con perros que dejaremos atrás por la derecha.





Ya por senda comenzamos a descender hacia el barranco, la zona es frondosa en vegetación que vamos esquivando hasta llegar a media ladera, donde empieza a llanear en dirección a una casa derruida, que en sus tiempos tenía una excelente ubicación mirando al barranco.




Por la derecha de la casa seguimos bajando un poco más hasta un pequeño rellano con menos vegetación y alguna pequeña charca con agua retenida. Subimos un poco hasta llegar a la otra ladera, donde la senda nos conduce a media altura bordeando la sierra con vistas al barranco.






Alcanzamos la otra vertiente y comenzamos a bajar suavemente hacia el amplio lecho de este nuevo barranco. Hay dos charcas de agua verdosa y estancada con su característico olor a descomposición.




La senda conecta con una pista en ascenso y un poco después aparece el asfalto. El pueblo de la Vall de Ebo se intuye al fondo. Antes llegamos a la Font de Xili con su alargada pileta abrevadero y a un kilómetro tenemos el casco urbano del pueblo.







Vall de Ebo, apacible y perdido pueblo de montaña, limpio e invadido también por  jubilados europeos. Hay unos paneles y paletas informativas de varios senderos, pero  no del nuestro. Preguntamos en un bar y algunas gentes, pero sus indicaciones son vagas. Con algunos pequeños datos y nuestras notas salimos del pueblo por el camino del Calvario.



Al final del mismo hay un altar para misas al aire libre. Elegimos subir la loma por la izquierda. Si lo hubiésemos hecho por la derecha la senda habría salido a nuestro paso. Pero no importa, arriba en la loma, la intuimos enfrente y conectamos con ella.




Ya por senda oficial pero sin marcar, avanzamos un tramo para comprobar su buena dirección y decidimos parar para el gran almuerzo teniendo el pueblo a nuestros pies. Buenas viandas, buen vino, chocolate noir y carquiñols, que tenemos que mojar con el té para no rompernos los dientes.




Con nuevas fuerzas y ánimos renovados continuamos por la preciosa senda, que rodea algunas lomas tomando altura hasta llegar a una vaguada donde con lazadas magistrales nos eleva hasta el collado.




Sierra de la Carrasca  (748 m.). Las vistas son espectaculares y además conocidas. Tenemos el mar con el Montgó, amplia vista del cauce del río Girona, el Vall de Laguar con sus tres pueblos a las faldas del Cavall Verd, el resto de cimas se pierden entre la bruma.




Nuestra intención era llegar desde aquí al Collado de Garga pero al ver unos mojones que marcaban un descenso a la derecha, quizás hayamos obviado la senda que por el sur de la sierra baja hasta el collado.




Una vez valorado el itinerario que tenemos a nuestros pies, decidimos tomar dirección a les Juvees de Dalt bordeando la ladera de la Sierra a media altura sin descender al barranco, puesto que sería bajar mucho para volver a subir.




Así que, siguiendo los mojones cada vez más escasos, emprendemos la marcha. Se camina bien por la ladera y nuestro objetivo está claro. Vamos rectificando la altura a medida nos vamos acercando a les Juvees y llegamos por la parte más alta.




Hacemos las consabidas fotos antes de emprender por la bonita senda con escalones que desciende al Barranc de Racons. Al fondo de todo, en un recodo atisbamos un grupo de gente que todavía está en ruta.




Bajamos con soltura por la amplia senda que en varias eses nos deja en un pequeño recodo en el cauce del río, retomamos de nuevo la senda por la otra vertiente y ahora en ascenso, que en grandes lazadas nos eleva hasta el fondo del barranco.




Sin perder altura variamos de vertiente. Posiblemente por algún derrumbe, está cortada la senda que va a la Cova Santa. Pegados a las paredes continuamos remontando aun cuando no parece haber espacio para ello, pero en largas zetas al principio y cortas rampas después, llegamos la parte más alta.





Un poco antes de arribar, superamos al grupo de gente que teníamos delante, que están desfallecidos y elogian nuestro esfuerzo y la rapidez con que los hemos alcanzado. Salimos a los bancales de almendros y al cartel informativo en la carretera.





De nuevo cuesta abajo por el asfalto arribamos a la Font dels Olbis, bebemos y nos enjuagamos para continuar camino a Benimaurell. Hay animación en el pueblo y gente en una terraza.






Atravesamos el pueblo hasta llegar a la Font y Lavadero de Benimaurell, donde volvemos a recuperar líquidos y por la carreterita interior que comunica los dos pueblos, entre casas de campo, almendros y cerezos en flor, llegamos a la Font Grossa de Fleix y al coche.
Larga y bonita excursión en un día ideal para caminar.

CIRCULAR: SI
AGUA EN RUTA: SI. Font Grossa, Pou de la Juvea, Font de Xili, Font dels Olbis y Font de Benimaurell.
DISTANCIA: 27,5 KM.
TIEMPO: 07:55 HORAS.
MENOR ALTURA: 394 M.
MAYOR ALTURA: 748 M.
DESNIVEL POSITIVO: 1.115 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 1.130 M.
DIFICULTAD: MODERADA. Por longitud y horario del recorrido.


2 comentarios:

  1. Estaría bien un mapa de la ruta.

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    1. Gracias por recordarlo. En aquel momento no lo tenía a mano. El mapa que incluyo es el de la ruta efectuada. Saludos.

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