LA CUERDA DE LA GITANA

Se encuentra en el extremo Oeste del municipio de Moratalla justo después de la Sierra Seca o macizo de Revolcadores, cuya divisoria en la cima de la Peña de Moratalla (1.974 m.) marca el límite con el municipio de Nerpio y la provincia de Albacete. Al sur se encuentra la pedanía de Cañada de la Cruz (1.290 m.), al Este, la de Inazares (1.390 m.), y al Norte el Valle de la Rogativa y la Sierra de Villafuerte.

COMPONENTES: VICENTE, JULIÁN, PEPE Y JOSÉ RAMÓN.

ITINERARIO: PISTA DE TIERRA A LA IZQUIERDA, A 5 KM DE CAÑADA / CRUCE / PISTA DE LA IZQUIERDA / CASA TALA / SUBIDA POR LA LADERA DE LA VAGUADA / PEÑA MORATALLA / CUERDA / ALTO DEL PINAR PLANO / CUERDA / CERRO CHAPARRA / BAJADA BARRANCO / PUERTO ALTO / CASA AYALA / PISTA Y CARRETERA.

COMO LLEGAR: Autovía E-15 a Murcia, hacia Granada, salida por la C-415 a Caravaca de la Cruz, seguir hacia la Puebla de Don Fadrique por la C-330 hasta la salida a derecha para El Entredicho/Cañada de la Cruz por la B-23. Entrar en el pueblo y en el cruce en forma de T, a la izquierda, por la carreterita en dirección a Puerto Alto y a unos 5 km, pista de tierra que se inicia a la izquierda antes de una curva cerrada. Unos metros más adelante a la derecha hay sitio para aparcar.

LA RUTA: El día está gris, no húmedo y sin dar sensación de lluvia. Tenemos 4º, no sopla aire e iniciamos con poca ropa por la pista de tierra. El martes por la tarde fue la gran nevada y ha resistido a la subida de temperaturas del jueves y viernes, puesto que cuando veníamos hemos podido observar las grandes sierras de los alrededores pintadas de blanco.

La pista nos introduce en la pinada, ya no hay nieve en las copas de los árboles, pero en el suelo y en el camino abunda, es nieve blanda y suelta. Vamos en ascensión moderada hasta que conectamos con otra que viene por la izquierda.

A medida que nos vamos acercamos a la ladera de la montaña la nieve se va haciendo más presente. Llegamos a un cruce de caminos y continuamos por la izquierda hasta que salimos del bosque por un descampado donde se ubica la Casa Tala.

Esta situada en un estratégico lugar, mirando al frondoso valle y flanqueada por la izquierda por la imponente mole del macizo de Revolcadores, moteado ahora de infinitos puntos blancos y la Cuerda de la Gitana a la derecha.

Continuamos en dirección a la sierra, nos sentimos contentos por la cantidad de nieve que aún se conserva. Hasta el momento solamente hemos caminado por pista, pero no he detectado ninguna señal, marca o mojón que indique el seguimiento de un trazado.

He observado que muchos pinos están invadidos por las bolsas o nidos de las procesionaria y poco después vemos una ristra de ellas que mide más de dos metros y que han empezado a cruzar por una pala de nieve.

El camino se inclina y se va deteriorando. En unos cien metros desaparece y nos deja a la entrada de un pequeño barranco para afrontar la fuerte subida hacia la sierra. No se intuye senda alguna. Los pinos son de menor tamaño y aparecen las carrascas en la vegetación.

Seguimos el trazado del GPS que nos va guiando por la loma sin llegar a entrar en el barranco, con lo cual nos elevamos con facilidad hasta alcanzar una zona más rocosa donde el desnivel se acusa más, y aún sin senda, es sencillo progresar.

Pasamos por enclaves más abruptos, con menos arbolado donde la nieve escasea, la subida se acentúa y la vamos superando poco a poco entre las rocas. Al mirar hacia atrás las vistas se han agrandado, el valle se amplia y Revolcadores va quedando más lejano.

Comienza a redondearse la loma y el desnivel hace más asequible aunque sigue siendo constante. La nieve vuelve hacer acto de presencia y se intuye la cercanía de la cima. Los pinos vuelven a ralear, son achaparrados, de tronco recio y raíces poderosas para soportar los embates del viento.

Y por fin estamos en la cuerda, loma redondeada y amplia, cubierta en su mayor parte por una fina capa de nieve de unos cinco centímetros, casi desprovista de vegetación, solo salpicada por algunos pinos solitarios.

Caminamos hacia el Sur, hacia su parte más elevada. A unos doscientos metros, un hito de piedras nos marca la cumbre, Peña de Moratalla (1.974 m.) en las cercanías de un achaparrado pino bandera. Al estar el cielo gris y brumoso, las grandes cimas apenas se distinguen: La Sagra, La Guillamona y las Sierras de las Cabras y Taibilla.

Hace un poco de aire y volvemos sobre nuestros pasos ahora en dirección Norte, para comenzar a recorrer la Cuerda y encontrar un buen sitio para el almuerzo.

Hacia el Norte por la Cuerda el nivel de nieve va subiendo y es agradable caminar sobre ella. Bajamos y subimos algunos montículos hasta que encontramos un gran pino entre rocas, que bajo sus protectoras ramas montamos el lunch con buen vino y postre especial.

Ahora todo es más sencillo, solo tenemos que caminar por la ancha cuerda disfrutando de pisar nieve virgen entre diez y quince centímetros de espesor y que rebasa los treinta algunos tramos. Bajamos y subimos las jorobas de la loma, atravesando algún pequeño bosque de pinos, hasta llegar al punto geodésico del Alto del Pinar Plano (1.893 m.) segunda altitud de esta sierra.

El día sigue gris pero muy agradable. Seguimos en suave descenso atravesando grandes palas de nieve en polvo cada vez de mayor espesor. Vamos acercándonos al Cerro Chapara, para lo que tenemos que remontar de nuevo una loma y encontrar la bajada por el barranco.

Una vez superado el Cerro, a la derecha comienza una amplia bajada y como dije al principio en esta sierra apenas hay mojones y señales todavía menos. Julián y yo lo vemos muy fácil por la izquierda, cuando miramos hacia atrás, los tenemos a la derecha y veinte metros más arriba. Les preguntamos y sus respuestas no son concisas: Que si el GPS tal, que si el GPS cual. Les repetimos que por esta parte la bajada está muy clara, pero no dicen nada y continúan a su aire. Como siempre el GPS divide al grupo.

Nosotros continuamos bajando por la izquierda sin llegar al cauce, no hay señales pero se nota que ha sido transitado. Llegando al final nos unimos al cauce para superar la ladera de la derecha, donde una senda nos conduce a una pista de tierra que pasa cerca de un cortijo. Antes, a silbidos, con los pitos y por el móvil, hemos intentado infructuosamente contactar sin éxito.

También vemos la carretera cuando la pista se bifurca a la derecha. Obviamos este cruce sabiendo que nos conduciría paralelo a la sierra hasta el primer cruce de pistas de esta mañana. Continuamos bajando porque intuimos muy cerca el coche. Antes pasamos por un corral muy parecido al de Casa Tala. Ya en la carretera vemos a la derecha la Casa Ayala y un padre con su chaval vienen paseando. Hacemos un nuevo intento telefónico y por fin responden, dicen que están llegando al cruce de pistas y nosotros ya estamos en el coche.

Diez minutos después llegan. Si añadimos los cinco minutos de los intentos de conexión sonora hubieran sido quince. Pese a todo ha sido un día maravilloso para caminar y disfrutar quizás, de la última nevada primaveral.