DESDE AIGÜES, BALNEARI, OMBRÍA DE LA BACORERA Y LA COVA DE LES DONES.

Posted by : Vaig a Peu miércoles, 6 de abril de 2022

Ya en la época romana, este lugar de Alicante situado entre las playas de El Campello y el pico de Cabeçó d’Or fue utilizado como zona termal. Un pequeño oasis también descubierto por unas tropas musulmanas que extenderían sus famosos hammams al milagro natural de las montañas de Levante. En el siglo XVI, la zona sería cedida a la ciudad de Alicante, como demuestra un documento firmado el 30 de noviembre de 1596 a modo de concesión de la zona termal. Sin embargo, los primeros indicios del Preventorio de Aguas de Busot tal y como lo conocemos hoy en día tendrían lugar en 1838. Aquel año, los litigios entre la Administración Pública y la familia del Señor Conde de Casas Rojas (Marqués del Bosch), propietaria de estas tierras, serían resueltos bajo la decisión de construir un hotel de invierno que acogiese a algunas de las personalidades más distinguidas de la época, entre ellas los propios Reyes de España. Fue así como nació el fastuoso Hotel Miramar Estación de Invierno, todo un referente de la época: lujosas habitaciones integraban un complejo donde el visitante también encontraba una capilla, un casino, zona de juegos infantiles y hasta un novedoso sistema de saneamiento por WC traído de Inglaterra. Años de ocio y entretenimiento que se verían lastrados con la llegada de la Guerra Civil, época que volvió irreversible la idea de recuperar la actividad hotelera del edificio. Como alternativa, el Estado adquirió el antiguo hotel en 1936 y lo convirtió en un hospital para niños con tuberculosis. Esta actividad duró hasta finales de los años 60, momento en el que la enfermedad ya estaba prácticamente erradicada. Lo que vendría después sería una serie de discusiones de carácter burocrático saldadas por la adquisición del preventorio a manos de la empresa Prognosis hasta nuestros días. Vacío y derruido (parte de las antiguas escuelas para los niños y casetas de trabajadores fueron destruidas en los últimos años), el Preventorio de Aguas de Busot se convierte hoy en el perfecto reflejo no solo de su historia, sino también de una provincia; de un siglo XX en que un lugar podía pasar del cielo al infierno en una misma década.

CÓMO LLEGAR: Autovía AP-7 dirección Valencia tomar la salida nº 676 Tomar dirección El Campello por la CV-775 y después seguir por la misma carretera hasta el pueblo de Aigües. Aparcar en las inmediaciones de la calle Bonavista, donde hay un panel de la ruta.

COMPONENTES: VICENTE, PEPE, TONI, JUANJO, CERVERA, PELEGRIN, PACO VERDÚ, CERVERETA Y MANOLO PERAL.

ITINERARIO: AIGÜES / BALNEARI / CRUCE DE REGRESO / CAMÍ DE LA BACORERA / POZO / POSTE INF. / SENDA IZQ / RECTO / EN SENDA / COLLADO SALMITRE / COVA DE LES DONES / SENDA / ALT DEL CANTAL / ANTIGUO GALLINERO / POSTE INFO / POSTE INF. IZQ / BANQUITO / CRUCE DE REGRESO / BALNEARI / AIGÜES.

LA RUTA: Volvemos a Aigües con mis amigos veteranos, esta vez para hacer el recorrido clásico del PR-CV 243 y la Cova de les Dones, por los bellos parajes de las estribaciones del Cabeçó d’Or, con vistas al mar y a las grandes montañas.

Iniciamos desde la calle Bonavista, junto a un panel de la ruta, para luego enlazar con el asfaltado Cami del Balneari que nos sube suavemente entre fincas y casas de campo donde vemos una embarcación como preparada por si viene un tsunami.

Cerca de un grupo de casas sobre un montículo, dejamos en camino asfaltado por otro de tierra que sigue subiendo por la derecha junto a la valla de una finca. La altura nos deja observar otras grandes casonas de campo.

Ya tenemos a la vista el grandioso caserón del Balneario en constante deterioro. Es fácil imaginar a las clases pudientes europeas del siglo XIX disfrutar de los beneficios de las aguas termales. Lo sobrepasamos y giramos a la izquierda.

Este punto es donde cerraremos el círculo de la ruta al regreso. Seguimos las paletas informativas hacia el Racó Ample. El camino hace una especie de tobogán por la ladera del pinar, pasando muy cerca de las instalaciones de un pozo acuífero.

Nos prolongamos por el Camí de la Ombría de la Bacorera, donde las vistas comienzan a abrirse en el horizonte. De frente con las estribaciones del Cabeçó d’Or y por el Este, derecha, el Puig Campana entre las nubes.

En la parte baja del tobogán donde el camino llanea, por la izquierda tenemos un desvío balizado que conecta con un sendero hacia el Coll de Salmitre. Empieza una entretenida subida rodeando el cerro Salmitre (801 m.)

Entre un disperso pinar de ejemplares pequeños y abundante matorral bajo, el sendero surca la ladera con vistas al frondoso Racó Ample, mientras por el mar comienza a asomarse Serra Gelada y el Puig Campana.

En el último tramo el sendero se encrespa y tenemos que apechugar para superarlo, a cambio las panorámicas se amplían al mar y vemos serra Gelada al completo, con Benidorm y la playa del Albir a sus pies.

Coll de Salmitre (675 m.) Aquí conecta la subida al cerro y también se inicia la dura subida directa por la solana al Cabeçó d’Or. Dejamos de ver el mar por el Este para comenzar a observar la gran llanura del sureste.

Montamos el campamento para el almuerzo y reponer fuerzas al tiempo que, pese a estar nublado las miradas son extraordinarias a la línea costera que va desde la playa de San Juan y el Cabo de las Huertas, al Cabo de Santa Pola.

Reemprendemos la marcha con las extensas miradas que llegan al mar, donde escrutando un poco, llegamos a ver hasta la isla de Tabarca. En suave descenso llegamos a un frontal rocoso donde unos hitos marcan un desvío.

La Cova de les Dones, de pequeño tamaño y agazapada en el frontal rocoso. Su boca de entrada es irregular y no muy profunda, de un solo habitáculo aparentemente. Deshacemos el mismo camino para regresar al sendero.

Comienza un descenso más inclinado por el Barranc de Salmitre donde el sendero hace algunas lazadas y rampas apoyado sobre mampostería que amortigua el desnivel. Vamos dejando atrás las estribaciones del Cabeçó d’Or.

Alcanzamos el pequeño collado de el Alt del Cantal (555 m.) balizado con un poste de paletas informativas, donde conectamos con un camino que nos sigue descendiendo dejando por la izquierda el cerro Salmitre.

Con el descenso más distendido siempre por la vertiente del barranco, vienen miradas más nítidas al litoral marino, con una buena panorámica del cabo de las Huertas adentrándose en un mar de color turquesa.

En el fondo el barranco vemos un viejo transformador y restos de canalizaciones de un antiguo pozo. Aparece en escena la gran mole de la Penya Roja, una hermosa muela caliza con restos de bancales baldíos en su ladera.

Llegamos al lecho del barranco donde hay más canalizaciones en desuso con vistas más niveladas al mar. Pasamos junto a una enorme nave con techo de uralita abandonada, donde parece ser se criaban aves de corral.

Antes de entrar en un ralo pinar de ejemplares espigados, en un poste balizado hacemos un giro a la izquierda en dirección al Balneari por ancho camino de tierra en el que hay varios bancos tallados en piedra.

El camino va paralelo a la parte trasera del Balneari, donde el deterioro es todavía mas visible aunque parece que estén reparando su valla, quizás para impedir que la gente entre y evitar accidentes por derrumbes.

Giramos a la derecha cerrando el circulo de la ruta, dejando atrás el antiguo edificio testigo de una época convulsiva que lo dejó para el recuerdo. Con la vista puesta en el pueblo de Aigües vamos cerrando la ruta al adentrarnos en él.