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- PALMA CIUDAD, MALLORCA.
Después de cinco años volvemos a Mallorca. Esta vez acompañados por dos amigos que no la conocían y con los que recorreremos toda la isla. Como siempre en nuestros viajes dedicaremos parte a rutas turísticas y parte a rutas de senderismo en los alrededores de la Serra de Tramuntana. Estamos alojados en un hotel en la zona de Sa Arenal.
Aunque hemos llegado temprano, el coche de alquiler no lo tendremos disponible hasta mañana a primera hora y para no perder tiempo nos desplazamos en Bus a Palma para dedicarle el día a la capital balear. Más concretamente a la catedral, a La Seu. Callejearemos por sus barrios y comercios, y después de comer regresaremos a media tarde para deshacer maletas.
Nos apeamos en la plaza de España, junto al Parc de Ses Estacions donde echamos un vistazo al apeadero antes de rodear los jardines de la plaza y fotografiarnos a los pies de la estatua ecuestre del rey Jaime I.
Paseamos sin rumbo fijo por las iglesias de Sant Antoniet y de Sant Miquel admirando esculturas y llegar a la recogida rectangular Plaza Mayor con sus altos pórticos y soportales que la rodean por completo.
Llegamos a la Plaza de Cort, centro neurálgico de la ciudad, con la monumental Olivera de Cort, con más de 600 años y símbolo de la Tramuntana, frente a la grandiosa fachada barroca del ayuntamiento de la ciudad.
En el centro de Palma y su casco antiguo, existen grandes casonas con reminiscencia árabe y medieval, con enormes portones de entrada que dan a un patio vecinal con macetas y estrechos callejones con arcos que comunican distintas casas.
Vamos llegando a la Catedral por los jardines del Palau March, donde se ubica el Parlament de les Illes Balears y el fortificado Palau Reial de l’Almudaina, frente a la fachada principal de la Catedral de Mallorca, La Seu.
Admiramos la sorprendente fachada gótica que ha sufrido distintas modificaciones a lo largo de los años. Hay tampoco espacio entre estos dos grandes edificios que resulta imposible fotografiarla al completo.
Decidimos hacer primero una visita algo más rápida al Museo de La Seu con todos sus tesoros en orfebrería litúrgica. Luego entramos a la catedral. La gran diferencia con la visita anterior, es la luz. Hoy el día está nublado y cambia mucho la claridad filtrada por las vidrieras y los rosetones.
Declarada Monumento Histórico-Artístico, la Catedral de Mallorca es el patrimonio artístico más emblemático de las Islas Baleares, a las que, por otro lado, no les faltan monumentos naturales de los que disfrutar. “La Seu”, como se la conoce popularmente, es uno de los templos góticos más admirados en el mundo y, sin duda, es una visita imprescindible en cualquier viaje a Mallorca.
La Catedral de Mallorca se comenzó a construir hace casi 800 años, en 1.229, tras la conquista de Mallorca por la Corona de Aragón. El rey Jaime I erigió un gran templo dedicado a Santa María, cumpliendo la promesa realizada tras salvarse de un naufragio en alta mar. La construcción de “La Seu”, como se conoce a la catedral popularmente, no finalizó hasta 1.601, aunque se puede decir que hasta fechas recientes se fue ampliando y rehabilitando.
“La Seu” ha sido restaurada en muchas ocasiones. De todas las intervenciones destaca la de Antoni Gaudí a petición del obispo Pere Joan Campins. Por diez años, desde 1904, el famoso arquitecto se ocupó del traslado del coro que hasta el momento había estado situado entre los tramos segundo y tercero de la nave, la eliminación del retablo mayor gótico, la realización del bellísimo baldaquino del altar mayor, la incorporación al presbiterio de la sede episcopal, la iluminación del espacio a base de ventanales de cristal, y, por último, la elaboración de mobiliario litúrgico.
Ya en la actualidad, entre los años 2001 y 2006, el pintor Miquel Barceló, realizó un espectacular mural dentro de la Capilla del Santísimo, una de las tres capillas que se encuentran dentro de la Catedral de Mallorca. Para crear este mural de cerámica policromada que ocupa unos 300 metros cuadrados de superficie, se inspiró en el milagro evangélico de los panes y los peces y son precisamente esos panes y peces. Hoy en día es uno de los principales atractivos de “La Seu”.
Con alrededor de 13 metros de diámetro, el rosetón mayor de la catedral es el más grande del mundo entre las catedrales góticas, y uno de los más grandes del cristianismo. Es conocido como “el ojo del gótico”. Su espectacular policromía se debe a los 1.236 cristales que lo integran. Desde que se finalizó su construcción, el rosetón ha tenido que ser repuesto en varias ocasiones al quedar dañado. La última vez, durante la guerra civil, por la caída de una bomba en el palacio de La Almudaina.
Tras un corto paseo por el pequeño claustro que apenas tiene vegetación junto a su solitario pozo, salimos al exterior, por sus callejuelas accedemos a los alrededores con bonitas vistas al Parc de la Mar y su Geiser.
Luego andamos sobre las antiguas murallas que rodeaban la ciudad, y esta fachada marítima, les defendía de los ataques piratas con barco. Debemos tener en cuenta que hace algunos siglos el mar llegaba a sus pies
También desde esta posición tenemos una de las mejores vistas a la parte trasera de La Seo. Seguimos paseando, asomándonos a bellos patíos interiores hasta llegar a la parada del Bus y regresamos a descansar al hotel.