Posted by : Vaig a Peu sábado, 14 de enero de 2017

Gebas disfruta de dos zonas naturales protegidas en Murcia, Sierra Espuña y el Barranco de Gebas, un espacio de tipo desértico, como un paisaje lunar o badlands al estar formado por cárcavas, cañones y barrancos, lo que le proporciona una imagen espectacular. Al Este de Gebas se puede disfrutar del Parque Natural de Sierra Espuña, al sur de los relieves de la Sierra de la Muela y al oeste de los de la Sierra del Cura. En la zona que media entre Gebas y Fuente Librilla se extienden zonas algo más llanas aprovechadas para cultivo de cereales, y al sureste se encuentran las badlands de su famoso Barranco. En 1995 fue declarado Paisaje Natura Protegido el Barranco de Gebas, un paisaje desértico compuesto por tierras arcillosas y margosas, muy erosionadas por la acción del agua. Junto a este fenómeno se encuentran suelos halomorfos, consecuencia de procesos de salinización en los fondos de los cauces. La orografía de este barranco está formada por cárcavas, barrancos y cañones que forman lo que popularmente se conoce como paisaje lunar. La vegetación de esta zona se limita a algunas gramíneas y comunidades de estepas yesosas de gypsophiletalia, así como formaciones anuales de thero brachypodietea la fauna solo da muestras de algunos roedores o pequeños mamíferos. Además de la peculiar geomorfología, este Paisaje Protegido incluye el embalse de Algeciras que tiene una capacidad de 44,6 Hm3. Fue construido en 1995 y forma parte del Plan General de Defensas contra las avenidas de la cuenca del río Segura, a la vez que se utiliza como almacenamiento del trasvase Tajo-Segura. La cercana Sierra Espuña sigue suponiendo uno de los espacios naturales más importantes de Murcia, reforestado en el siglo XIX a iniciativa del ingeniero Codorniú desde el punto de vista de la flora protagonista sobre todo el pino carrasco, acompañado también de jaras, encinas, olmos, chopos y un sotobosque en el que predomina la coscoja, el lentisco y el espino. La fauna de la sierra es muy diversa, desde aves comunes como la chova piquirroja o la alondra hasta especies menos frecuentes en los parajes murcianos como el azor o el gavilán. Las comunidades de reptiles son muy amplias también con ejemplos de culebras herradura o lagartos ocelados, destacando asimismo entre los mamíferos los arruí o muflones, el jabalí y los gatos monteses.

CÓMO LLEGAR: Autovía A-7 hasta Murcia, salida por la nº 138, continuar por la E-15 ALMERÍA/GRANADA, tomar salida por la nº 591 FUENTE LIBRILLA / LIBRILLA (ESTE), continuar por la C-2 hasta llegar al trasvase Tajo-Segura, girar a la izquierda para aparcar después del puente.

COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.

ITINERARIO: BAJADA RAMBLA / ARCO / ENTRADA BCO. DEL INFIERNO / SALIDA RAMBLA / CAMINO / VÉRTICE GEODÉSICO / MIRADOR / CAMINO DCHA. / PISTA / BAJAR RAMBLA DCHA. /ESTRECHO / SALIDA CARRETERA / FINAL.

LA RUTA: Hoy es uno de esos días que tenemos que regresar pronto. Nuestro baúl de rutas pendientes es inagotable y elegimos una ruta de menor tono montañero pero enclavada en un paisaje espectacular, los badlands del Barranco de Gebas, más concretamente en la Rambla de Librilla y el Barranco del Infierno.


Hace un día despejado después de las últimas lluvias pero arrecia un viento fresco del que esperamos estar a cubierto en el interior de las ramblas. Iniciamos volviendo a cruzar el puente y bajar a la Rambla de Librilla por la izquierda, cuando la tubería del trasvase vuelve a estar soterrada.


Un moderado terraplén nos deposita en el cauce de la rambla que seguimos por la derecha. Observamos la canalización del trasvase y comenzamos a patear. Vemos alguna zona encharcada y apenas un hilillo de agua recorre el lecho, el sendero está aparentemente seco y esperamos no encontrar mucho barro.


Pasando de lado a lado salvamos las pequeñas charcas donde el caudal de agua se remansa y en cuyos espejos se refleja el tímido sol mañanero. Hay vestigios de barro y de tierra arrastrada en las fuertes lluvias de los últimos  días. En este primer tramo las paredes de la rambla no son muy elevadas.







La única vegetación que vemos es de matorral bajo cerca de las laderas que ya comienzan a tomar altura a medida que el cauce se ensancha, y aparecen las primeras formaciones terrosas que las lluvias de aguas torrenciales han ido formando. Vemos una pequeña poza con una ínfima caída de agua entre pliegues de sedimentos.


A medida que el sol ilumina la parte alta aumenta la vegetación fuera de la rambla. Restos de un singular barrón colocado posiblemente para retener posos, hace que tintinee el agua alegrándonos los oídos. Las paredes empiezan a colorearse de terracota, grises claros y rojizos de textura terrosa.

Poco después, por la derecha tenemos el primer Badland a la vista, mayormente rojizo y gris en la parte superior con curiosos surcos verticales producidos al resbalar el agua arrastrando parte de su estructura, moldeando figuras y formas que hacen volar nuestra imaginación.


Avanzamos metidos en los claroscuros de la húmeda umbría admirando las distintas formaciones de las laderas hasta  un arco construido en mampostería, sobre el que una acequia salva el curso de un ramblizo tributario al gran cauce, pequeñas obras hidráulicas que permitían abastecer agua de riego.


Seguidamente una senda ascendente por la izquierda nos eleva para llegar a la parte alta de una curiosa presa escalonada de unos siete metros de altura, posiblemente construida para proteger el cauce de la rambla en caso de avenidas torrenciales. Arriba da acceso a un camino que la cruza de parte a parte.


Proseguimos a un nivel superior por el que el suelo comienza a estar más embarrado con esa arenilla arcillosa que la lluvia arrastra desde los Badlans. El cauce se estrecha pero todavía podemos cambiar de lado a lado buscando el mejor paso o caminando sobre el matorral en algunos tramos más mojados.

Rebasamos dos ramblizos que desembocan en esta rambla y que han sido protegidos por  pequeños diques de piedras cubiertos con tela metálica. Son recursos para evitar que los Badlans se desmoronen ya que son formaciones muy delicadas, que el sol, el viento y la lluvia hacen fluctuar o moldear a su antojo.


Aumenta el barro al entrar en una zona con más vegetación y un pequeño grupo de pinos. Estamos atentos al desvío para entrar en el Barranco del Infierno, pero esquivando el barrizal quedamos casi atrapados, y a la derecha en unos matorrales.  leemos un  pequeño letrero de “PROHIBIDO TRAVESÍA”.

Decidimos no hacer la variante por las posibles complicaciones con el barro, en esta zona resulta difícil encontrar pasos francos en el cauce. Seguimos admirando los Badlands hasta que el cauce vuelve a estrecharse y por una cuesta de terreno firme superamos un pequeño dique escalonado.


El paisaje cambia de nuevo con distinta vegetación de tarayes con algún pino en el cauce, la rambla vuelve a ensancharse y las paredes de las laderas se elevan formando bonitas murallas arenosas con Badlands de tonos grises. El sol parece encontrar la manera de iluminar algunas laderas.


Entramos en una especie de cañón con paredes magistrales, en erosión constante que acumula los desechos en su base. Prosigue con varias alineaciones espectaculares colmadas en su parte alta por muelas degradadas o inverosímiles chimeneas sacadas de algunos cuentos de hadas.


Tras otro pequeño dique que parece acumular más humedad, se estrecha el cauce y la vegetación lo invade sobretodo de tarayes, juncos y alguna adelfa. El paso se complica al haber poco terreno firme. Por el centro nos hundimos en el barro, y en los laterales los derrumbes obstruyen el avance.


Embarrados, poco a poco salimos por la ladera izquierda del embrollo causado por las lluvias. Tenemos que retroceder unos metros para encontrar la salida de la rambla que nos marca el GPS. Superado el fuerte desnivel, desde arriba contemplamos el cauce que se angosta surcando las peladas lomas.


A cielo abierto continuamos elevándonos por caminos, senderos y trazas, entre bancales de olivos y algunos de almendros; en las cercanía hay casas de labor y plantaciones de cítricos. En un rellano han esparcido los restos de naranjas de una mala cosecha secándose al sol.


Algo que no esperábamos hoy era alcanzar una cima con vértice geodésico, pequeño montículo sin nombre (357 m.). Desde esta altura tenemos la primera vista del Embalse de Algeciras y sus Badlands. Hacemos un descenso rápido hasta conectar con un ancho camino de tierra.


El camino nos pasea cerca de una explotación ganadera y por los restos de antiguas casonas que están en estado ruinoso, aproximándonos a las primeras ramblas de Badlands, recortadas, estrechas y profundas. Son como tentáculos que salen del embalse para recoger toda el agua posible.


Atravesando una franja labrada tenemos un mirador espectacular hacia el Embalse de Algeciras con sus aguas turquesa. Es un paisaje singular y de gran belleza, con toda la intrincada y sinuosa red de pequeñas ramblas. Algo más lejos se distinguen perfectamente el Morrón Grande y el Morrón Chico, en Sierra Espuña.

Nos recreamos en el mirador donde tenemos las vistas más cercanas al embalse, ya que luego nos iremos alejando de él. Volvemos al camino que después de hacer un giro, lo dejamos por la derecha para tomar un sendero que comienza a bajarnos hacia los surcos de los Badlands.


Por el estrecho sendero serpenteamos por el vértice de los Badlands,  la parte alta donde se unen las erosiones verticales de varias ramblas, dándonos una visión privilegiada de cómo este fondo marino compuesto de materiales frágiles fue socavado por las trombas de agua, formándose las cárcavas y cauces actuales.


El sendero hace una comba al pasearnos por este paisaje extraordinario que comenzó a gestarse hace unos diez millones de años. Vemos ramblas y regatos de diversos tamaños que pese a su aporte de humedad es un páramo desierto y árido donde apenas han logrado adaptarse algunas especies vegetales.


Comenzamos a remontar una loma donde parece que proliferan las matas de esparto y de boja negra. Una vez arriba damos los últimos vistazos a las ramblas cercanas y tenemos una extensa visión de este angustiado “paisaje lunar”. Conectamos con una ancha pista de tierra.

Tenemos marcado un giro a la derecha para bajar por una rambla pero seguimos la pista unos metros más para observar Librilla y la bonita barrera montañosa de la Sierra de Carrascoy y el Valle. Volvemos al inicio de la rambla que nos genera algunas dudas al no estar muy claro su comienzo.









Centrados en su cauce que es poco profundo, el descenso se agiliza. Hay partes pedregosas y otras que portan un hilo de agua de dudoso color ferroso. Es un cauce en el que abundan los pinos y el matorral bajo y debemos de ir cambiando de lado constantemente para evitar rocas o alguna retención de agua.








En un momento dado el cauce se vuelve más rocoso y profundo al llegar a la zona conocida como “El Estrecho”, donde las rocas forman una especie de desfiladero sinuoso que debido al barro y al agua tenemos que pasar ayudándonos con las manos para mayor seguridad, aunque no reviste peligro alguno.

Más adelante llegamos a una cascada por la que apenas resbala un poco de agua; una pared casi lisa por la que tenemos que descender varios metros. Hay que extremar las precauciones y prestar atención por la altura e ir buscando los agarres. Al pie de la pared se acumula un poco de agua que no llega a ser una poza.










En este punto es donde la rambla que traíamos desemboca en otra de mayor envergadura y ancho cauce con abundante matorral de esparto y pinos. Caminaremos unos dos kilómetros por su lecho, que cambia constantemente de anchura entre rojas paredes, la vegetación varía y tiene algunas retenciones de agua.


La Rambla finaliza en la carretera cerca del coche, por lo que tenemos que realizar una fuerte subida por el terraplén. Pese a los tramos embarrados y el no haber podido pasar el Barranco del Infierno, la ruta ha resultado una maravilla, conociendo y transitando por un paisaje surrealista y de gran belleza.
 











RECORRIDO: CIRCULAR.

AGUA EN RUTA: NO.

DISTANCIA:12,5 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:40 HORAS

ALTURA MÁXIMA: 357 M. (Vértice geodésico)

ALTURA MÍNIMA: 178 M. (Rambla de Librilla)

DESNIVEL POSITIVO: 404 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 404 M.


DIFICULTAD: MODERADO.

Leave a Reply

Subscribe to Posts | Subscribe to Comments

Entradas Más Visitadas

Patrocinadores:

Retales Design. Con la tecnología de Blogger.

- Copyright © Vaig a Peu - Buscando Nuevos Senderos -Metrominimalist- Template by Johanes Djogan - Blog Designed by Díez Pérez - Gráfico&Web -