Posted by : Vaig a Peu sábado, 12 de noviembre de 2016

En tierras muy cercanas a la ciudad de Alicante, junto a poblaciones como El Campello y Busot, encontramos este cerro que alberga la espléndida y famosa Cueva del Canelobre, (en la falda septentrional del Cabeçó ; a 700 metros de altitud), de gran interés geológico, deportivo y turístico con una espectacular bóveda de piedra natural de unos 70 m. de altura. Recibe su nombre por una espectacular estalagmita en forma de candelabro (canelobre en valenciano). Nuestra leyenda empieza, como ocurre otras veces, con el nombre del cerro. el Cabeçó d’Or. Tenemos tres versiones para elegir: Parece que el nombre “d’Or” se refiere al lenguaje prerromano con el que llamaban al agua, “Ur”. Debido a las fuentes de aguas minerales de Aguas de Busot, este “d’Or” sería el primer nombre que tuvo la montaña y haría referencia también al manantial de las cuevas del Canelobre. Con esto, querían decir que el agua era el oro. Los musulmanes de Al-Andalus mantuvieron el nombre y, tras la reconquista, la fonética valenciana sonaba como “Or”, pero su significado seguía siendo agua(“Ur”), de forma que el nombre real era “Cabeçó de les Aigües” Existe una leyenda local a propósito de esta confusión lingüística, que ridiculiza la inteligencia de los conquistadores cristianos porque creían que había oro en el lugar, cuando el tesoro era el agua. Dicen otros que su nombre, El Cabezón de Oro, se debe al grandioso valor económico que adquirió cuando todavía se explotaban sus minas de hierro. A este hierro le llamaron “oro”. La tercera versión dice que su nombre es debido a la tonalidad dorada que adquiere la sierra cada tarde con la puesta de sol. Ya no sólo por el color dorado de la montaña, sino también por los reflejos, entre cobre y oro envejecido, que bañan los terrenos de Busot, San Juan o Muchamiel a los pies de la sierra. En este caso, el oro sería la luz. Francisco de Paula-Mellado, hacia 1850 era el más importante impresor, editor y librero de Madrid: Muy aficionado a narrar por escrito sus viajes por España,escribe su libro de recuerdos “Recuerdos de un viaje por España de ”… …y dedica en su última parte unos textos a las Cuevas de Canelobre.
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7 dirección Valencia, salida en la nº 1 después del túnel de San Juan, dirección MUTXAMEL / XIXONA por la N-340. Salida por la derecha BONALBA / BUSOT por la CV-774, hasta nueva rotonda. Continuar por la CV-776 a las Cuevas de Canelobre. Aparcar en el lugar habilitado en la gran curva antes de llegar a la barrera.

COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.

ITINERARIO: PLA DE LA GALLA / MAS DE GORGES / ESQUENALL DE L'ASE / MAS DEL RACÓ DE SEBA / COLL DE L'OMBRÍA / DERECHA / TREPADA / TREPADA-2 / ENTRADA CANAL / CORDAL / PENYA DE L'HOME / PISTA DCHA. / FORAT / ALT / PISTA / DESV. DCHA. / CABEÇÓ D'OR / AVENC DEL MARQUÉS / COLL ALEMANY / CRESTA / CANALETA / ASOMADA A LA “V” / SENDA AL POLSET / CASA POLSET / DEJAR PR / PENYA NAPIA / PENYA CACHA / PLA DE LA GRALLA.

LA RUTA: Últimamente hemos realizado varias rutas por el Cabeçó d'Or, rutas fuera de los PR buscando los entresijos de esta sorprendente montaña. Penya de l'Home, la Canal de l'Homenet, la Penya “Napia”, la Cresta de la “V”, etc y como Pepe no conoce esta zona vamos a realizar una circular distinta.

Para ello uniremos en un nuevo track lo mejor de todas ellas. Treparemos por la canal a la Penya de l'Home, haremos cima y de regreso, en el Collado Alemany seguiremos recto por la Cresta de la “V”, para bajar al Polset y seguir descendiendo por la Penya “Napia” que siempre la he utilizado de subida.

Iniciamos desde el aparcamiento tradicional en el Pla de la Gralla, donde siempre hay gente a primera hora, corredores o senderistas. Las nubes nos privan del amanecer con sol, vemos el gran agujero encima de las Cuevas de Canelobre y en la otra vertiente la Penya Migjorn.

También distinguimos con nitidez la enorme mole de la Penya de l'Home que será nuestro primer objetivo. Desde esta posición mucha gente la confunde con la cima, que realmente está mucho más cercana. Dejamos atrás el inicio de la senda del Racó del Calderó, por donde regresaremos.


Mientras calentamos piernas el camino nos deleita con vistas a los grandiosos paredones por un lado, y por el otro, las extensas miradas a la Penya Migjorn, la Carrasqueta, el Maigmó, el Despenyador y la Crestería del Frare que comienzan a despertar.

Más adelante también tenemos otra imagen tremenda de la peñascosa montaña a los pies de la Casa de Gorjas. Antigua masía situada sobre un montículo en un punto estratégico de la ruta, que sirve de referencia a montañeros y escaladores. Recientemente ha sido rehabilitada manteniendo su bonita estampa.








El camino va girando a la derecha para entrar en el Racó de Seba, donde nos recibe por la izquierda la espectacular cresta del Esquenall de l'Ase (el espinazo del asno). El camino toma dirección a las paredes, dejaremos el PR por la derecha y seguimos hasta el Mas del Racó de Seba.


Otra emblemática casa a la entrada del Barranc de l'Ombría, cuyo estado se ha ido deteriorando con el paso de los años. Por la derecha de la casa, entre los pinos, tomamos un camino que va ascendiendo pegado a las paredes. A medida que ganamos altura tenemos extensas vistas que llegan al mar.


Alcanzamos el Coll de l'Ombría, donde al poco, guiados por mojones de piedras, dejamos el camino virando a la derecha buscando los contrafuertes de la montaña. Adquirimos altura con rapidez y las vistas siguen ampliándose por detrás, a la gran peña inicial se le ha añadido el farallón de l'Homenet, otra referencia marinera.








Ceñidos a las paredes viene un tramo de pequeñas bajadas y subidas, se trata de no perder la linea de los paredones, donde es más fácil salvar los obstáculos cerca de las rocas, que tener que hacerlo más abajo con desniveles más agudos. Todo ello guiado con maestría por los pródigos mojones de piedras.









Las vistas son grandiosas al centro montañoso de la provincia mientras el sol parece querer salir, nosotros progresamos envueltos en la umbría. En un momento dado tenemos un giro a la derecha, por un acceso abierto en las paredes, que nos sube a otro farallón más arriba.


Llegados al frontal rocoso dudamos un poco buscando el inicio de la primera trepada, pero enseguida encontramos el mojón salvador, que escalonadamente nos permite progresar en este tramo. Pese a estar bien marcada con hitos, es recomendable lleva el Track de la ruta para mejor orientación.









Las diversas trazas y rastros de senda, nos llevan hacia las siguientes paredes para transitar por su base. Una de ellas es una colosal roca rojiza, erguida e inhiesta como una muralla infranqueable. Bajamos y subidos otro escollo para volver a situarnos frente a otro panel rocoso que tenemos que salvar.


Se trata de la segunda trepada que tenemos que salvar, algo más prolongada y como embutida en una especie de canal. Son varios tramos nada difíciles en los que hay que apoyar las manos. La altura tomada es considerable y el entorno salvaje e inhóspito, pero con unas miradas extensas y cautivadoras que pocos pueden disfrutar.


Derivamos hacia la izquierda entre pequeñas carrascas, cuyos retorcidos troncos nos ayudan a izarnos. Ganada esta altura debemos bajar unos metros por un inclinada roca lisa hasta el pie de un solitario pino. Volvemos a subir un poco y prácticamente estamos situados al inicio de la canal.








Dentro de la canal ya no hay pérdida. Se hacen más visibles los rastros de sendas hasta el tramo central, que es una inclinada torrentera o pedrera, llamarla como queráis, pero es el último obstáculo y hay que apechugar. Hacia abajo las miradas siguen siendo espléndidas.


La canal tiene un duro trecho pero de gran belleza. Es un erizado pasillo por el que poco a poco vamos avanzando, al tiempo que nos deleitamos de un heterogéneo desfile rocoso con grandes farallones, puntiagudas agujas, enormes espolones y cómo no, nuevas miradas al mar.


Una vez alcanzado el pequeño collado todo cambia, enlazamos con el cordal de la sierra en donde tenemos inéditas vistas de las últimas estribaciones de esta montaña, y una gran panorámica del resto de ellas, Puig Campana, Ponoig, Penyó Cabal y Penyó Roc, hasta llegar a Aitana.


La senda del cordal no es muy clara pero se intuye, y los mojones nos ayudan a seguirla cerca de los precipicios, desde los que contemplamos una recogida Xixona a los pies de la Penya Migjorn, y al tomar altura, mirando a la costa se distinguen Benidorm y Sierra Helada.

Teniendo a la vista la caseta de Vigilancia Forestal, conectamos con la pista para llegar a ella. Alt de la Penya de l’Home (1.138 m.) primera cumbre de hoy. Pese a su importancia como reseña marinera para los pescadores, la caseta y las antenas lo afean todo. Hacemos la foto de rigor y proseguimos.


Bajamos por la pista y tras una cerrada curva tomamos otro camino a la derecha que se convierte en senda y nos lleva por el lomo de la sierra hacia otra elevación que tenemos enfrente. A la derecha vemos un Mas restaurado junto a una cueva y en el otro lado, una mirada distinta al Esquenall de l'Ase.

El Alto (1.126 m.), sin reseña en los mapas. Antes de llegar pasamos por el Forat, un curioso agujero con doble salida. Bajamos siguiendo la senda por la otra vertiente, es algo incomoda al no ser muy clara, pero se trata de enlazar con otro camino de tierra que vemos al fondo, mejor ir escorándose un poco a la izquierda.

Una vez en el camino, lo seguimos por la derecha remontando hasta la otra loma, donde tomamos un desvío a la derecha. Es un tramo insulso y carente de atractivo, los múltiples incendios en la zona lo han dejado arrasado, solo las aliagas, con el romero y el matorral bajo han vuelto a enraizar.

Cumbre del Cabeçó d'Or (1.209 m) la base del punto geodésico cada vez está más derruida, cualquier día cuando vengamos estará en el suelo. En esta cima siempre hay un flujo constante de gente. Almorzamos junto a las carrascas mirando el mar, la bruma no llega a despejarse.


Utilizamos el PR para el descenso, pasando por el Avenc del Marqués, la caseta derruida de la mina. Desde esta posición tenemos una prolongada visión de la cresta hasta el mar, al final de ella distinguimos la muesca de la “V”. Alcanzamos el reducido Collado Alemany, pero no lo descendemos.








Dejamos el PR que se va por la derecha, y nosotros continuamos de frente subiendo por la cresta o por algunos trazos a la izquierda, es un tramo sin referencias donde tenemos soberbias panorámicas hacia  la cumbre con sus vertiginosos abismos, y a los laterales de la cresta.

Pendientes de la cresta, nos pasamos de frenada y tenemos que retroceder un poco hasta el inicio de la canaleta de bajada por la derecha. Son unos ocho metros de destrepe escalonado y con múltiples agarres. Continuamos sin senda definida cerca de las paredes pasando por debajo de la “V”.

Sorteamos la cerrada vegetación de pequeñas carrascas y algunos madroños, en pos de un escalón que superamos bajando un poco para volver a subir. Una vez arriba, el camino es franco y sin vegetación, una especie de rellano que nos permite asomarnos al precipicio sin riesgo.


Las miradas laterales son asombrosas. Disfrutamos admirando la pequeña muralla de paredes verticales que forma la cresta en este lado. Vemos la muesca de la “V” en el centro del rocoso panel. Es la manera más sencilla de contemplar este espectáculo sin utilizar material de escalada.

Proseguimos el cordal descendiendo por una suave y pateada senda en dirección sur, hasta que divisamos la casa del Polset y el espolón de l’Homenet que emerge en la pineda. Entonces giramos a la derecha, bajando por la empinada ladera para llegar a la casa y su pozo de nieve.


Esta vez no bajaremos por la Canal de l'Homenet. Tomamos el PR que nos va descendiendo hacia el Pla del Cabeçó. Damos la última mirada a la “V” y nos recreamos admirando todos los espolones que salen a nuestro paso, y cuando el sendero va a cambiar de vertiente, lo dejamos por la derecha.










Hemos marcado un Waypoint. Seguimos en dirección a la cresta para girar poco después a la derecha, comenzando a descender por una inclinada e incipiente senda con algún mojón. Lo que llama poderosamente la atención es la inmensa pared vertical que tenemos a la derecha.








En los mapas no tiene nombre, pero algunos la conocen como la Penya Cacha (873 m.) y es el paraíso de los escaladores. Hoy hay tres, colgados de ella literalmente. Uno está en una ínfima reunión, ayudando a que los otros dos progresen. Los saludamos y están encantados.









Pasamos por delante de otra roca, que en las subidas nos sirve de referencia. También ha sido bautizada como la Penya Napia, la cual se asemeja al perfil de una cara con una enorme nariz, aunque de bajada, su parecido es pura fantasía visual.

La bajada es técnica y tenemos que tomar precauciones por la cantidad de piedra suelta. No podemos dejar de mirar a los tres escaladores colgados en la inmensa pared. Desconozco el grado del nivel de esta escalada, pero debe ser elevado. Hay que tener agallas para estar ahí arriba.

Superado la mitad del descenso perdemos ángulo de la Penya Cacha, y pasamos a tener visión  de la Canal de l'Homenet. Impresionante su tremendo surco. Su descenso también es muy técnico y prolongado. A medida que perdemos altura su cauce se va ensanchando.

Normalmente nuestro descenso de hoy entronca con la Canal en el Racó del Calderó para salir luego al camino y al aparcamiento. Pero un poco antes decidimos girar a la izquierda enlazando con diversas sendas que por la falda de la sierra cumplen la misma función. Conseguida nueva ruta.
RECORRIDO: CIRCULAR.

AGUA EN RUTA: NO.

DISTANCIA: 11,9 KM.

TIEMPO EN MOVIMIENTO: 06:15 HORAS.

ALTURA MÁXIMA: 1.209 M. (Cabeçó d'Or)

ALTURA MÍNIMA: 512 M. (Pla de la Gralla)

DESNIVEL POSITIVO: 928 M.

DESNIVEL NEGATIVO: 928M.

DIFICULTAD: DIFÍCIL.


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