La Serra de Benicadell es un sistema bien
definido en su estructura y delimitación geográfica. De recio y vigoroso
relieve, es la sierra que sirve de frontera natural entre las comarcas de la
Vall d'Albaida al norte y el Comtat al sur y constituye el límite provincial
entre las provincias de Alicante y Valencia, alzándose sobre un despejado paisaje,
entre los dilatados valles de Albaida y el Comtat. Se trata de una sierra cuya
destacada y alargada mole dibuja una hermosa silueta reconocible a grandes
distancias, delineada por una prolongada y elegante crestería de grisácea
caliza coronando su cima. Su orientación de poniente a oriente y sus abruptas
ver-tientes, determinan una clara diferenciación climática. La gran altitud que
alcanza la sierra, con los 1.104 metros del Pico de Benicadell, retienen los
fríos y húmedos vientos del norte, produciendo una precipitación notablemente
inferior en la vertiente de solana. Este hecho, unido a una mayor insolación,
conlleva una menor disponibilidad de recursos hídricos para la vegetación. Por
otro lado, el paso del tiempo ha producido una constante alteración y erosión
de la roca caliza, sensible al anhídrido carbónico disuelto en el agua de la
lluvia, fenómeno que se conoce como carstificación, y que ha dado lugar a
infinidad de formas geológicas harto caprichosas, configurando un espectacular
sistema hidrogeológico que hace tan particular y agreste la Serra de
Benicadell. Es de destacar que esta característica hidrogeológica ha permitido
la existencia de una laguna endorreica en el término municipal de Gaianes.
Dicha laguna es conocida popularmente con el nombre de la Albufera de Gaianes,
estando actualmente en vías de restauración o recuperación al ser de las escasas
lagunas temporales mediterráneas con las que cuenta el interior de nuestra
comunidad. La Serra de Benicadell es además un espacio utilizado desde tiempos
prehistóricos como hábitat de grupos humanos, que encontraron en sus cuevas y
laderas un lugar de refugio y caza. Uno de los yacimientos más destacados de
los primeros asentamientos humanos en la zona es el Sercat (Gaianes), poblado
del II milenio a C. Otros yacimientos destacados son la Cova del Moro (Muro de
Alcoi) y Cova Negra (Gaianes). La cultura islámica también dejó su impronta en
la sierra, destacando el asentamiento del Alto de la Nevera (Gaianes), que
parece estar relacionado con la fortificación de la Peña del Benicadell. Por
otro lado, la presión demográfica en la que se vio inmersa la zona en el siglo
XVIII forzó el abancalamiento de sus laderas hasta cotas difícilmente
imaginables, que se fueron compaginando con otros usos tradicionales de la
sierra, como fueron la explotación maderera, la extracción de leña y la
apicultura. En el aspecto lúdico-excursionista la Serra de Benicadell
constituye un espacio natural apreciado por los habitantes de la zona como
lugar de esparcimiento y desahogo. Pero además, la Serra del Benicadell es un
clásico del montañismo y de la educación ambiental donde han desarrollado
tradicionalmente actividades los Clubes, siendo el referente de numerosos
escaladores que encuentran en ella la fascinación de las grandes montañas, con
su larga fachada rocosa y almenada por una recortada y esbelta cresta, y
enriquecido por parajes de profundo significado social y cultural. En
definitiva, la Solana del Benicadell es un paisaje en cuya conformación tiene
mucho que ver la acción humana a lo largo de la historia, que ha configurado
ambientes nuevos y diversos. El régimen del Paisaje Protegido debe atender a
esta realidad territorial y, en consecuencia, no se configura en forma
estática, sino que sienta las bases para un mecanismo de gestión activa basado
en una atención especial a los procesos económicos, sociales y territoriales
que son responsables de la evolución del sistema y de su adaptación a las
nuevas realidades históricas. Atendiendo a consideraciones en todo equiparables
a las anteriores, la vertiente norte de esta sierra, situada en la provincia de
Valencia, fue declarado Paisaje Protegido por el Consell de la Generalitat, con
la denominación de “Ombria del Benicadell”. El Paisaje Protegido de la Solana
del Benicadell completa la protección del macizo montañoso en la vertiente
incluida en la provincia de Alicante, por lo cual ambas iniciativas de protección
son complementarias y se refuerzan mutuamente.
CÓMO LLEGAR: Autopista A-7 hacia Valencia, Salida 691 en
la rotonda elevada Universidad/San Vicente del Raspeig, tomar dirección Alcoy,
una vez pasados los túneles de la Font Roja, continuar hasta la salida 802,
Muro de Alcoy/Benimarfull/L’Alqueria d’Asnar, continuar por la CV-700 a Muro de
Alcoy, en el primer semáforo, torcer a la derecha por la CV-705 hasta Gaianes.
Aparcar cerca de la Creueta, junto al Vía Crucis que sube a la ermita de San
Francesc.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE.
ITINERARIO: GAIANES / CAMÍ DEL BARRANC DEL PORT /
BARRANC DEL PORT / ÁREA RECREATIVA / GIRO IZQUIERDA / COVETA / IZQUIERDA /
BARRANCO DEL BASSA CIMENT / INICIO CANAL / COLLADO 1 / 2º TRAMO CANAL / COLLADO
2 / BENICADELL / DESVÍO NEVERO / POU DE NEU DEL BENICADELL / DESVÍO GAIANES /
RACÓ DE LES COVES / DCHA. PISTA / ERMITA Y FONT / CLOT DE LA FORTUNA / GAIANES.
LA RUTA: El Benicadell es una de las montañas más bonitas de la provincia, no tiene la plasticidad de Bérnia, pero a cambio posee un catálogo de mil caras, dependiendo desde donde se mire. Su cara más recia y agreste se contempla desde la Canal, abrupto pasillo con fuerte desnivel entre portentosas paredes verticales.
LA RUTA: El Benicadell es una de las montañas más bonitas de la provincia, no tiene la plasticidad de Bérnia, pero a cambio posee un catálogo de mil caras, dependiendo desde donde se mire. Su cara más recia y agreste se contempla desde la Canal, abrupto pasillo con fuerte desnivel entre portentosas paredes verticales.
Es el cuarto año consecutivo que subimos el Benicadell por la Canal, siempre desde distintos puntos, Ráfol de Salem, Beniatjar, Beniarrés y hoy, Gaianes. El regreso lo haremos por su vertiente sur. Hace un precioso día de primavera.
La variante de hoy con la de Beniarrés, tan solo implica a la unión entre los dos pueblos. El resto de la ruta es idéntico. Iniciamos desde la pequeña Área Recreativa donde está la Creu del terme de Gaianes, por el carrer Calvari y la iglesia de Sant Jaume.
Giramos a la izquierda para tomar el asfaltado Camí del Barranc del Port que une las dos poblaciones y salir a campo abierto. Nos pasea por fincas y casas de campo, entre bancales de olivos y almendros, con vistas a las paredes del Benicadell.
Más adelante, pasamos por la Font del Barranc del Port, pequeña y sombreada área recreativa con varios caños de fresca agua. También hay una especie de nicho enrejado, con una imagen, velas encendidas y flores frescas en tarros con agua.
Comenzamos a tener panorámicas de Beniarrés donde sobresalen la cúpula y la torre de la iglesia de San Pedro, la ermita del Santísimo Cristo, a los paredones del Benicadell que siguen creciendo, y por detrás al Montcabrer.
Sin llegar a entrar al pueblo hacemos un fuerte giro a la izquierda tomando un sendero sin balizar que comienza a subirnos entre bancales. Este sendero acorta la subida y nos libra de un tramo de asfalto del Camí de Salem.
Superamos varios repechos cerca de una especie de cueva de la que no vemos una entrada clara, en la parte alta conectamos con el asfalto pero ya rebasadas las antenas lo cual es un alivio. Panorámicas del pueblo y del Benicadell.
La nítida visión de la sierra es de una belleza seductora, con la Canal rasgándola de este a oeste. Un poste de madera nos indica: “BENICADELL REGALL”, dejamos el asfalto por la izquierda por un camino de tierra que describe una gran curva en la ladera abancalada.
Poco después entramos en el Barranc del Bassa Ciment, que nos conducirá hasta la base de la pedrera en el inicio de la Canal. Es un angosto y entretenido recorrido con sendas que suben y bajan al cauce, cerca de las terrazas y entre abundante vegetación donde resaltan las floridas adelfas.
Antes de llegar nos fijamos en el tremendo farallón rocoso que culmina en el Altet de la Carena, puerta de la Canal e inicio de la gran cresta del Benicadell, hoy no hay gente escalando. Superamos antiguos muretes abancalados.
Salimos del barranco y enlazamos con la senda de la pedrera. Ahora viene lo bueno. El principio es duro y exigente por lo inestable del sendero, con mucha piedra suelta y erizado desnivel. La Canal no se ve, solo un herboso collado. Los bastones surten efecto dándonos estabilidad.
Mientras tomamos resuello, miramos hacia abajo, la primavera nos obsequia con un manto amarillo de matorral florido; en los alrededores de la otra pared, el matorral, es distinto sin apenas flor y predominan las pequeñas sabinas.
Viene quizás el tramo más riguroso, pedrera pura y dura con acentuado desnivel. Es cuestión de asegurar los pasos y seguir una cadencia lenta pero constante, que nos permita avanzar sin retroceder. Las miradas al paisaje son vitales para ir tomando aire.
Alcanzamos el primer collado. La visión de la montaña es de un atractivo impactante. Por la izquierda le vuelve a crecer hacia arriba otra muralla, y la Canal queda claramente definida, hendida por un tortuoso y seco cauce por donde en días de tormenta precipitará sus aguas torrenciales.
Tras repostar líquidos e hidratos de carbono saboreando bonitas miradas al Comptat, y al pantano de Beniarrés, nos preparamos para atacar el segundo tramo de la Canal. Aparentemente más escarpado, y que se suaviza una vez iniciado.
Debemos separarnos del cauce del torrente, mucho más pedregoso, buscando las sendas y firmes rampas de la derecha. Poco a poco nuestro esforzado empeño va ganando desniveles y ya no nos parece tan inclinado.
El estímulo de superar las cortas referencias que nos vamos imponiendo nos hace sonreír al ver la altura alcanzada, sin mirar mucho el tramo que nos queda. Solo vemos la curva línea del collado, el último tramo vuelve a ser exigente.
Sobrepasamos un grupo de pequeñas carrascas donde termina la segunda pared y con ello la Canal, formando un pequeño rellano con grandiosas vistas. En este segundo collado el paisaje lo inunda todo. Es un sitio encantador con Beniarrés y su pantano a nuestros pies.
En el último tramo el desnivel es menos exigente, y la estrecha senda discurre pegada a las altas y pétreas paredes que configuran las crestas donde está situado el punto geodésico. Desde el collado, la sensación es de una senda inestable y desprotegida.
Todo lo contrario. Técnica y físicamente es de sencillo tránsito. Hace una especie de suave comba, bajando un poco para volver a subir. No hay peligro y en el último tramo podemos ver la gente que ha llegado a la cima.
Llegamos al pouet ahora tapado con una reja, y a la higuera junto a la casa derruida, este es un punto muy concurrido donde confluyen todas las rutas, de la solana, de la umbría y la Canal. Atacamos directamente la cumbre.
En el tránsito por la cresta debemos extremar las precauciones. Cumbre del Benicadell (1.104 m.) maravillosas vistas desde su impresionante cresta, que hace de límite entre las provincias de Valencia y Alicante.
Regresamos al mirador para buscar un sitio aireado donde dar buena cuenta de nuestro merecido almuerzo, con singulares miradas al amplio valle. Luego volvemos al pouet y a la higuera para empezar el descenso.
Desde la higuera comenzamos el descenso siguiendo las marcas del PR. En esta posición tenemos una buena vista del serpenteante sendero que recorre la cara norte. Más tarde dejaremos por la derecha el PR-CV 223 que da acceso a los pueblos valencianos de la umbría.
Proseguimos haciendo una leve subida y desviándonos por la izquierda para alcanzar la Nevera del Benicadell (1.025 m.) Su fuerte estructura le ha permitido mantener intacta su cúpula y sus ventanas, pese a estar invadidas por plantas trepadoras.
Disfrutamos de las bellas panorámicas que tenemos hacia la cresta y la cumbre. Observamos los pocos ejemplares de esbeltos pinos que quedan en pie después de diversos incendios. Seguimos por la derecha para volver a la senda principal.
Con el PR-CV184, ganamos el collado de Gaianes, y por la izquierda tomamos la variante que desciende a esta población por la solana, que es la vertiente alicantina. La vegetación cambia por completo, abunda la coscoja y el esparto. Pasamos muy cerca de la Cova Negra.
El sendero vira a la izquierda bajo la protección de los enormes paredones y colosales planchas verticales. En la zona de les coves, todavía podemos distinguir en el último espolón el vértice geodésico de la cima.
Es un descenso rápido por un sendero que zigzaguea la ladera buscando el mejor paso. Atentos a las marcas y mojones, tomamos precauciones en los tramos con piedra suelta, para poco después seguir bajando más directamente.
Las paredes se quedan atrás a medida que nos acercamos a Gaianes. Tras cruzar un ramblizo y un trecho más pedregoso, enlazamos con un camino de herradura con un poste informativo del PR que sigue por la derecha.
El camino nos da un tregua y avanzamos sin sobresaltos. Tenemos buenas vistas a la Albufera de Gaianes con bastante agua en sus charcas. Conectamos con una pista asfaltada, pasando por algunas fincas y por los depósitos de agua potable.
Luego atajamos por sendero para llegar a la ermita de Sant Francesc, solitaria y cerrada. Como manda la tradición nos refrescamos en las aguas de la Font de Sant Francesc y seguimos bajando por el camino del Vía Crucis.
Altos y centenarios cipreses nos acompañan por el recorrido de las hornacinas, pasando por el Clot de la Fortuna, para llegar a Gaianes por el Área Recreativa donde cerramos la ruta. Grandiosa ruta. La calificación de ALTA o DIFÍCIL, es por el desnivel de la Canal, técnicamente es MODERADA.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: SI (Font del Barranc del Port, al principio,
y Font de Sant Francesc, al final de la ruta)
DISTANCIA: 13,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:15 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.104 M. (Alt del Benicadell)
ALTURA MÍNIMA: 422 M. (Gaianes)
DESNIVEL POSITIVO: 810 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 810 M.
DIFICULTAD: ALTA.
DIFICULTAD: ALTA.
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