La cueva de Valporquero se encuentra en el corazón de
la montaña leonesa, muy cerca de las Hoces de Vegacervera. Su historia comienza a escribirse en
el Pleistoceno, cuando las frías aguas del arroyo de Valporquero empiezan a
colarse por la piedra caliza, dando lugar a las formaciones que hoy se conocen. Caminos, puentes, escaleras y multitud de
formaciones acompañan al visitante durante un kilómetro de recorrido en la
cueva más joven de Castilla y León: sólo tiene un millón de años. Coladas, columnas, estalactitas y
estalagmitas se reparten en las siete salas visitables. Gran Rotonda, Hadas,
Gran Vía, Cementerio Estalactítico y Columna Solitaria son nombres que
embellecen con la palabra las maravillas que reposan en el interior de la
cueva. Este desconocido mundo subterráneo
regala formaciones que ya han sido bautizadas con curiosos nombres, como el
fantasma, la Virgen con el niño, Las gemelas o la Torre de Pisa. En la cueva, abierta por la Diputación de León desde
1966, también se permite realizar espeleoturismo en el denominado curso de las
aguas, a través de dos empresas que organizan recorridos por algunos tramos.
Llegamos a tiempo y tenemos tickets para entrar en un
cuarto de hora aproximadamente. La visita es guiada, se efectúa en pequeños
grupos de unas veinte personas y tiene una duración de hora y media. No
permiten usar flash, ni llevar trípode, ni grabar en vídeo, lo cual va a
dificultar mucho hacer alguna foto medio decente. Nos da tiempo a tomar un café y contemplar los
alrededores.
El acceso se hace por un túnel excavado de unos
setenta metros de longitud y a la salida del mismo, por medio de pasarelas
cruzamos el arroyo de Valporquero que se precipita al interior de la cueva y nos dejan en la boca de la gran cueva. Es una cavidad de notable tamaño y nos adentramos hacia una
zona iluminada con zócalos. Lo que me temía, resulta complicado hacer fotos, el
diafragma de la cámara se abre para captar la luz y puede estar entre 5 y 15
segundos abierto y aunque contenga la respiración e intente estar quieto, van a
salir movidas. En otras la tenue luz impide el enfoque.
Gran rotonda. Es la sala de mayores dimensiones con más de 100.000
m3 de vacío subterráneo. Sus paredes forman una gran cúpula de 20 metros de
altura atravesada por el río en épocas de lluvias. El otoño e invierno son
buenas fechas para las visitas por la gran cantidad de agua que se filtra y
circula por la cueva. La temperatura en el interior es de 7º constantes durante
todo el año.
Pequeñas maravillas. Se sitúa al norte de la Gran Rotonda y destaca por
las características formas que dan nombre y vida a sus espeleotemas, La Torre
de Pisa, Las Gemelas, o la ya famosa Virgen con el Niño.
Hadas. En época de lluvias, como la actual, el agua se precipita en una cascada de 15 metros de altura hasta perderse a través del “Curso de Aguas”, piso inferior de la Cueva que transcurrirá invisible bajo nuestros pies durante el resto de la visita. El ruido de agua de la cascada es ensordecedor.
Cementerio estaláctico. El camino se abre paso a través de un suelo repleto de estalactitas y estalagmitas que se desparraman desordenadamente formando un verdadero “cementerio estaláctico” posiblemente debido a algún movimiento sísmico.
Gran Vía. Espectacular galería donde los estratos calizos afloran verticales formando un estrecho pasillo de 200 metros de largo y 30 metros de altura. Es grandioso contemplar estas paredes verticales.
Columna solitaria. En el centro de la sala y bordada por el camino, una solitaria y esbelta columna se eleva hasta perderse en una multitud de agujas estalactíticas. Después sorteamos oscuras y profundas simas bajo las cuales y tras 50 metros de vacío discurre el río subterráneo de Valporquero.
Maravillas. Miles de puntiagudas estalactitas desenfocan nuestra vista apretándose en una catarata de color. Excéntricas, macarrones, abanderadas y todo un sinfín de espeleotemas saturan el ambiente taponando la cavidad y guardando sus secretos más íntimos.
Durante la visita el guía a respondido a todas nuestras preguntas y curiosidades. Ahora poco a poco debemos regresar de nuevo hasta la boca de la Cueva y salir por el túnel dando por finalizada la visita. Todavía entra un nuevo grupo.
Es demasiado tarde para hacer la pequeña ruta del Hayedo de Valporquero, la luz de la tarde va menguando poco a poco, por lo que decidimos subir con el coche hasta la Atalaya para contemplarlo desde las alturas.
A Estas horas predominan los colores rojizos y marrones en los apretados hayedos de las sierras próximas. Desde este otero tenemos una visión de 360º y estamos entusiasmados por lo prolíferas que son las hayas en esta zona. Los rayos del sol comienzan a debilitarse y esconderse tras las montañas. Nos vamos a tomar posesión de nuestro hotelito rural La Chouza Verde.
DATOS DE INTERÉS DE
LA CUEVA
Altitud sobre el
nivel del mar: 1.307 m.
Temperatura media interior: 7º
Humedad ambiental: 99%
Edad aproximada de
la Cueva: 1,6 millones de años.
Tipo de Roca: Caliza de montaña.
Edad de la Roca
Caliza: 300 millones de años.
Desarrollo total de
la Cueva: 3.524 m.
Volumen de vacío de
la Cueva: 500.000 m. cúbicos.
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