sábado, 24 de noviembre de 2012

SIERRA DE COLUMBARES, ENTRE LA NIEBLA


La majestuosa Sierra de Columbares se localiza junto al Puerto del Garruchal, en la cadena montañosa de la Sierra de Carrascoy. Se yergue solitaria en el extremo oriental del área protegida del parque. Pertenece al Plioceno superior, existiendo depósitos del cuaternario con limos rosados y glacis conglomeráticos muy característicos. Es una de las montañas que conforman el llamado Paisaje Lunar, donde podemos observar plegamientos en los estratos como consecuencia de las distintas fuerzas que se produjeron durante su formación. Se trata de una sierra prelitoral, dispuesta en dirección oeste-este, cuya altura máxima es de 646 m. sobre el nivel del mar; observable desde casi cualquier punto del municipio. Abarca desde el Puerto del Garruchal (El Estrecho) hasta el Collado de los Ginovinos. Sobre su cumbre se tiene una magnífica panorámica del Paisaje Lunar y gran parte de la Región. El acceso por el Puerto del Garruchal: Se realiza desde la pedanía de San José de la Vega, por una carretera que discurre de forma paralela a la rambla del Garruchal, en dirección a Balsicas, quedando la Sierra de Columbares a la izquierda. Su nombre deriva de la palabra latina “Columba”, paloma, haciendo referencia de la importancia que tuvo antaño, la cría de palomas en la zona.

COMO LLEGAR: Por la E-15 – A-7 hasta Murcia capital, tomar la A-30 MURCIA/CARTAGENA, salida por la 143B, SANTO ANGEL/RONDA SUR/PATIÑO, continuar hacia Los Garres y San José de la Vega y por la F-13 al puerto del Garruchal. Después de pasar un desfiladero llamado “El Estrecho” hay un cartel a la derecha que dice GEA Y TRUYOLS, aparcar a la izquierda junto a unos pinos y un cartel informativo del PR-MU 23. Estamos a un kilómetro de culminar el Puerto del Garruchal, donde hay un Bar.
ITINERARIO: ÁREA RECREATIVA DEL ESTRECHO / SUBIDA POR LA PINADA / SENDA DE LA CRESTERÍA / EL PASO / CIMA DE COLUMBARES / COLLADO EN LA UMBRÍA / ALAMBRADA / COLLADO DE LOS GINOVINOS / PR-MU 23 / CORTIJO DE LOS PAREJA / CORTIJO DE LOS MUNUERA / FINCA MILITAR / ÁREA RECREATIVA DEL ESTRECHO.
COMPONENTES: VICENTE.







LA RUTA: Hoy me he quedado solo. Julián y Lourdes están en Girona y a Patro no le tocaba. He estado dudando entre hacer un recorrido nuevo por Sierra Espuña o esta ruta. Me he decidido por ella, por el buen sabor que nos dejó El Relojero y las Murallas de King Kong, y por el Paisaje Lunar, que siempre veíamos en la lejanía.





No sé cuanto voy a poder ver. Desde Orihuela vengo con niebla cerrada y aquí en el Área Recreativa del Estrecho todavía persiste. El mobiliario es idéntico al del área de enfrente, mesas y bancos de hierro y un cartel de la ruta grabado también en hierro. En esta parte son más brutos, porque han retorcido el panel metálico.








Inicio subiendo entre los pinos con fuertes repechos rocosos. El sendero está marcado como PR-MU 4, aunque en el panel metálico dice PR-MU 15, con algunas piquetas tubulares de unos treinta centímetros con pintura blanca y amarilla.









La niebla persiste, hay mucha humedad pero 
no hace frío. Hay muchas matas de esparto y abundante romero en flor. Los pinos se ven difusos pero la visibilidad es buena. Arriba el sol lucha por atravesar la densa bruma.






La senda se estabiliza en este tramo haciéndose  más llana. Me estoy calando. Las matas de esparto y las agujas de los pinos retienen el agua de la niebla, y yo me la llevo al rozarlas, en las perneras y la mochila. El trabajo con los bastones es esencial para no terminar con las botas anegadas.






Culmino la primera ondulación de la cresta saliendo a un espacio más abierto. Las vistas con la niebla y el mar de nubes son espectaculares. Por el norte vienen las nubes bajas que chocan con la barrera de los acantilados e inundan la parte sureste de la Manga y el campo de Cartagena, compitiendo con el sol.





El tramo de senda, aunque se distingue perfectamente, es más rocoso y cercano a los tajos del abismo, que no impresionan al quedar envueltos en la niebla. Pero tengo que extremar las precauciones al estar la roca mojada. A un lado del camino, en una mata de esparto, veo una hermosa tela de araña que con las diminutas gotas de agua resalta su bonita visión.















El sol sigue pujando por salir. Hago fotos a los farallones de los acantilados que envueltos en la niebla tienen un halo misterioso. Observando la espesa niebla en el fondo del precipicio, con el sol a mis espaldas, veo reflejado un arco iris de niebla con  la silueta de mi sombra en el centro. Pensé que no saldría la foto, pero ahí está.







Entro en un pequeño bosquecillo de pinos, donde el sol intenta penetrar entre las sombras, y me llevo otra sorpresa visual. Otra araña, ha tejido dos hilos paralelos que cruzan de parte a parte  la senda. Lo que evidencia, que nadie más, hasta ahora, ha utilizado la senda para subir hoy.







De nuevo en otro lugar más abierto, veo que el sol va venciendo a las nubes por el sureste y comienzan a distinguirse siluetas. Voy tan entretenido con el paisaje que apenas me doy cuenta de la paliza que me estoy dando bajando y subiendo ondulaciones. Los requeríos junto a los abismos son impresionantes.







Por las formas de las rocas deduzco que me voy acercando al “Paso”. He leído que se trata de un grado II, poner manos en las rocas; fácil pero algo aéreo, que deben evitar personas con vértigo. No sé como estarán de mojadas las rocas. Mirando hacia atrás, las imágenes del mar de nubes rebosando las paredes del acantilado son grandiosas.






En la base del enclave rocoso del “paso” hay muchas cavidades y huecos erosionados en la roca caliza o de arenisca. Voy haciendo fotos y rodeándolo por la derecha y a más de cien metros me doy cuenta que en el GPS estoy dentro de la senda grabada. Lo más probable, es que la ruta que he bajado haya sido realizada por una persona que evitó el “paso”.







Al ir en solitario no quiero arriesgar, y decido continuar por la ruta del GPS. Rodeo la loma observando otros erosionados roqueros. La senda se pierde a veces, pero es fácil intuirla hacia una vaguada por la que se asciende, y una vez arriba, veo entre los pinos las antenas de la cercana cumbre.
















Por el borde del cordal me voy acercando a las antenas. Por un momento las nubes se dispersan y me dejan ver un pedacito del paisaje lunar, pero enseguida se vuelven a condensar y lo cubren todo. Hay dos pequeñas casetas metálicas y a unos treinta metros está el punto geodésico.







Cumbre de Columbares (646 m.), atalaya en el paisaje lunar del que hoy no voy a poder disfrutar, pero tengo otros alicientes. Antes del almuerzo coincido con Rosendo, un joven montañero de Beniel, que también va mucho por la Sierra d Orihuela. Para el postre, yo pongo el té y él unos pastelillos caseros de hojaldre deliciosos.







Hacemos fotos a los acantilados y emprendemos el regreso; él vuelve por donde ha subido, tiene el coche en el Collado de los Ginovinos. El descenso del primer escalón, es muy rápido y la senda está muy bien marcada, la niebla persiste a nuestra izquierda y se difumina por el resto del valle.










Dejamos atrás los precipicios y tenemos de frente la sierra de Altahona (534 m.), la más seca y quebrada de las que configuran el Parque. A sus pies, a la izquierda, distinguimos otro pedacito del Paisaje Lunar.






Atravesamos un pequeño bosque de pinos en la umbría con mucha pendiente, extremamos precauciones porque está algo resbaloso. Llegamos a un pequeño llano donde por la izquierda la senda continua junto a una valla alambrada. Una vez arriba, se cruza la valla que está derribada y por dentro de la finca se llega al Collado de los Ginovinos.





Pero Rosendo me lo quiere hace fácil y dice que continuemos por una pista que nace en el rellano. Pasamos por unos bancales de almendros abandonados y poco después se nos une otro camino por la izquierda. Es el que viene del Collado de los Ginovinos. Nos despedimos. Él se marcha por ese camino y yo continuo por el PR-MU 23.








Por el ancho camino llego al Cortijo de los Pareja, actualmente en ruinas, hay un gran aljibe de media cisterna exterior. Por la derecha entre la casa y el aljibe nace otro camino por el que debemos continuar, yendo ahora paralelo a la Sierra de Columbares.






Esta zona, llana y de anchos caminos, es muy utilizada por los ciclistas que a estas horas ya han terminado sus correrías. Por la derecha paso por delante de una balsa redonda donde desembocaba un canalillo, ahora destrozado, que viene desde la sierra. Enfrente hay un gran pino abatido de doble tronco, uno para cada lado.








También por la derecha dejo atrás el gran Cortijo de los Munuera, que se mantiene en pie en estado de abandono y con bonitas vistas a la cumbre de Columbares. El camino está en buen estado y se avanza con rapidez.







Poco más tarde, un cartel me recuerda que estoy en zona militar, y desde donde distingo la pequeña pineda del Área recreativa del Estrecho y mi coche. En un poste de madera con paletas informativas, doy por finalizada la excursión, que pese a no haber cumplido mi objetivo: ver El Paisaje Lunar. La misma niebla me ha regalado imágenes fantásticas y muy poco usuales.

RECORRIDO: CIRCULAR.

AGUA EN RUTA: NO.

DISTANCIA: 11,12 KM.
TIEMPO: 04:23 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 646 M. (Cima de Columbares)
ALTURA MÍNIMA: 210 M. (Área Recreativa del Estrecho)
DESNIVEL POSITIVO: 603 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 587 M.
DIFICULTAD: MODERADA.

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