domingo, 11 de febrero de 2018

MENORCA TALAYÓNICA


La prehistoria en Menorca abarca un amplio periodo cronológico que va desde el establecimiento del hombre en la isla, hacia el 2500/2100 aC, hasta la conquista romana, el 123 aC. Durante estos más de dos mil años se desarrollan diferentes etapas. La denominación de la candidatura, Menorca Talayótica, se toma de uno de sus monumentos más característicos: el talayot. Desde el siglo XIX hasta la actualidad la bibliografía científica utiliza esta denominación como título genérico para referirse a una amplia fase de la prehistoria insular. Las construcciones de la Menorca talayótica son de gran autenticidad y se levantaron con una técnica constructiva de tipo ciclópeo aprovechando la piedra de la isla, gracias a las características geológicas de Menorca, que presenta una extensa plataforma calcárea en el sur, que es, de hecho, donde se localizan gran parte de los yacimientos. La Menorca talayótica desarrolló una sociedad fuertemente cohesionada y desplegó estrategias comunales de gestión y control de los recursos insulares, de lo cual son testimonio sus monumentos. La mayoría de monumentos talayóticos tienen un alto nivel de conservación e integridad, preservan parte importante de su estructura y han llegado hasta nuestros días sin ningún elemento distorsionador. Los grandes monumentos de Menorca se construyeron con la técnica ciclópea, es decir con piedras de grandes dimensiones  colocadas en seco, sin argamasa, con unas peculiaridades que los hacen únicos y singulares dentro del patrimonio mundial. La investigación científica en torno a la Menorca talayótica, especialmente intensa en las últimas décadas, ha permitido identificar 15 tipos entre sus bienes inmuebles, diferenciados entre sí cronológicamente, morfológicamente y funcionalmente. Entre estos hay sepulcros megalíticos, sepulcros de triple paramento, hipogeos de planta alargada, hipogeos de planta sencilla con corredor, cuevas de horno, cuevas naturales con muralla, naviformes, pozos, talayots, hipogeos de planta compleja, salas con cubierta de losas, y sobre todo destacan las navetas y taulas, ya que son únicas y exclusivas de Menorca, sin paralelos en otros lugares del mundo. De entre los más de 1.500 yacimientos arqueológicos que se encuentran en Menorca se han seleccionado para la candidatura una serie que sintetiza la prehistoria insular. Las construcciones destacan por la monumentalidad, por el estado de conservación, por el hecho de disponer de una exhaustiva investigación científica, además de representar cada uno de los elementos arquitectónicos tipificados, y porque aportan conocimientos de aspectos socioeconómicos, de organización territorial o de ritual funerario

El tiempo juega con nosotros, hoy que tenemos excursión de mediodía programada mejora ostensiblemente, pero para mañana que queremos hacer una de las etapas del Camí de Cavalls, volverá  a empeorar.

Visitaremos dos poblados talayóticos, y entre ambos, subiremos al monte Toro, la montaña más elevada de Menorca con 358 metros de altura y, regresando a comer a Ciutadella, donde por la tarde veremos el desfile de carnaval.










Primera parada en la cercana Cala Morell,  un pequeño puerto natural de la costa norte de Ciudadela donde se encuentra una de las necrópolis más espectaculares de Menorca, que fue utilizada desde la época pretalayótica hasta el siglo II d.C.









Un conjunto de catorce cuevas excavadas artificialmente en la roca de un pequeño barranco y que forman uno de los mayores y más espectaculares cementerios prehistóricos de la isla. Estuvo en uso como cementerio desde la época naviforme (1700 a. C.) hasta el siglo II d. C.


Las cuevas más antiguas son pequeñas de planta circular y techo semiesférico y las más tardías son las más grandes y monumentales. Imitan las casas circulares de época post-talayótica (650 – 123 a. C.) con espacios diferenciados por medio de pilastras, escalones y columnas.










Algunas tienen pequeños patios delante de su portal. La cueva más espectacular de todas tiene su propia personalidad y decoración,  presentando varios motivos arquitectónicos clásicos en relieve en su fachada.









El Toro, el monte más elevado de Menorca, tiene poco después de la conquista cristiana de 1287 un santuario dedicado a la Virgen María. Una bula de 1291 menciona una posesión de los frailes mercedarios en Menorca como Santa Maria de Podio de Toro, pero el topónimo es anterior a esta fecha.


Hay una antigua leyenda que narra como los mercedarios descubrieron milagrosamente la imagen de la Virgen, guiados por un toro que les abría el camino. Las noticias que tenemos de la iglesia durante la Edad Media son pocas y fragmentarias.









El santuario era un lugar de peregrinación y había una posada para alojar a los peregrinos. La administración de éste estaba al cuidado de una comisión con representantes de toda la isla. Los frailes agustinos lo ocuparon en 1595.







En esta época la montaña tenía también interés militar, por lo que el gobernador mandó construir la torre de planta cuadrada (que todavía subsiste) y un muro. Los frailes reformaron y ampliaron la iglesia y las otras dependencias. Las obras se prolongaron hasta muy entrado el siglo XVII.

La planta de la iglesia es de nave única, con tres capillas a cada lado, abiertas a la nave mediante arcos de medio punto y la cubierta es de bóveda de cañón. En el retablo está la imagen de la Virgen. En la fachada destaca la portada de acceso de gusto manierista al fondo del soportal.

La ley de desamortización de 1835 obligó a los frailes agustinos a dejar el convento. En 1936, la iglesia fue saqueada y profanada, pero se pudo salvar la imagen de la Virgen María, que fue escondida. Acabada la guerra, el santuario fue objeto de una profunda restauración. 

En una de estas capillas se muestra la cueva donde se encontró la imagen, así como el ánfora donde permaneció escondida bajo tierra entre 1936 y 1939, después de que un campesino de Es Mercadal la salvara del fuego.


Torre d'en Galmés es el poblado más grande de Menorca con una extensión de 66.240 m2. Su situación, en lo alto de una colina, lo hace extremadamente adecuado para mantener el control territorial de buena parte de la costa sur de la isla.


Cronológicamente, perduró desde el periodo naviforme (1700-1400 a.C.), del cual se conserva un hipogeo cerca de la zona de recogida de agua, hasta la época romana tardía, aunque también se han hallado restos de época islámica (siglo XII d. C).









Consta de una zona pública, donde se hallan los tres talayots (1000 – 700 a.C.) situados en la cima de la colina y el recinto de taula junto al talayot central, ya del periodo post-talayótico (650 – 123 a. C.). El capitel de ésta fue reutilizado como tumba en época romana tardía o medieval.


Durante las excavaciones arqueológicas de 1974 se descubrió una figura egipcia de bronce del dios Imhotep que puede contemplarse en el Museo de Menorca junto a otros objetos rituales del recinto. El comercio de esta figura está fechado en el siglo IV – III a.C.


En la vertiente sur de la colina se hallan las casas del mismo periodo, que son circulares y están compartimentadas por muros radiales que convergen en un patio central con cisterna. En un lateral de cada una de las casas tienen adosados otros edificios.


Éstos conservan la cubierta de losas de piedra, sostenidas por columnas, que se emplearon como almacenes o despensas. La casa más monumental es la conocida con el nombre de “Círculo Cartailhac” fechada en el siglo II a. C. y cuya excavación arqueológica se efectuó en el año 2008.









Finalmente, hallamos un sistema de recogida de agua de lluvia formado por aljibes o depósitos de diferentes dimensiones excavados en la roca. El conjunto del poblado debió estar amurallado con una pared que conectaba las casas entre sí siguiendo una planta irregular.


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