miércoles, 25 de octubre de 2017

BUSCANDO DÓLMENES ENTRE HAYEDOS

Navarra es tierra de dólmenes, sobre todo en las sierras que anteceden a los Pirineos. Allí abundan los yacimientos megalíticos, muchos de los cuales tienen características comunes: fuertes túmulos de piedras, cámaras de pequeño tamaño, ausencia de corredores desarrollados y mantenimiento de la losa de cubierta, generalmente una piedra de gran peso. Sorprende también ver cómo la cámara y su cubierta ascienden más de lo previsto sobre el túmulo. En los enterramientos dolménicos ibéricos es más común encontrar la cámara encastrada en el túmulo, normalmente enrasada por debajo del casquete esférico. Sin embargo, en Navarra las cámaras parece que hubieran sido colocadas posteriormente a la construcción del túmulo. Casi todos los dólmenes navarros tienen una señalización muy eficaz y sencilla, puesta por las autoridades de Patrimonio, que indica el nombre, la altitud y otras características del yacimiento. Aparte de estas marcas, que están junto a los túmulos, la localización de los megalitos se hace muy difícil por la ausencia de información en carreteras o caminos. Lo que sí se agradecería particularmente es que las autoridades autonómicas, o en su caso los alcaldes, hicieran una somera limpieza de los dólmenes. Bastaría en muchos casos con pasar una motosierra, o desbrozar la maleza, para permitir la contemplación adecuada de los dólmenes y evitar, de paso, el daño que estarán produciendo las raíces en los túmulos, de cara a investigaciones futuras.
CÓMO LLEGAR: Carretera de Irati a Orbaitzeta.
COMPONENTES: VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO: FUENTE / CASA ETZANGIO / PUESTOS DE CAZA /  BAJADA HAYEDOS / HAYEDOS / FUENTE.


LA RUTA: Estirando la tarde llegamos a Orbaitzeta. En el valle de Aezkoa, a 5 kilómetros de la frontera con Francia, se alzan las ruinas de la Real Fábrica de Armas y Municiones de Orbaizeta. La explotación se erigió en el siglo XVIII sobre la antigua ferrería del monte Aezkoa; la riqueza maderera, la presencia de minas de hierro y cursos de agua propiciaron su instalación en este enclave.

El fin de la fábrica era el abastecimiento de armas y munición al ejército. Fue cedida a la corona y su existencia fue corta, apenas un siglo, pero muy azarosa. Su proximidad a la frontera la convirtió en objeto de constantes saqueos e incendios, pero conseguía resurgir una y otra vez hasta que en el siglo XIX fue suprimida definitivamente. 







En la actualidad, las ruinas han sido devoradas por la vegetación, y escondidas bajo un manto verde de musgo esperan los trabajos de recuperación. Su aire enigmático y el ser una importante muestra de la arqueología industrial del siglo XVIII le ha valido la declaración de Bien de Interés Cultural.

Unos carteles nos llevan hacia la estación megalítica de Azpegi. Aparcamos el coche junto a la borda Bizcondeko, donde hay un pilón con un pequeño caño del que mana agua fresca y agradable. Iniciamos por el arcén de la carretera.


Poco después dejamos la carretera siguiendo las paletas informativas de la  ruta megalítica. Al principio la senda es muy clara y recorre la ladera por su parte baja donde admiramos en el matorral como pacen los caballos.

La tarde empieza a caer y vemos en lo alto de la loma el resto de la manada de caballos junto a una roca que parece tener encima una imagen religiosa. El contraste de la umbría con el cielo azul rayado por las estelas de los aviones, es maravilloso.

Advertimos un poste con la paleta informativa en el suelo y el sendero comienza a desvanecerse. También observamos una diminuta construcción con piedras y palos que no sabemos si oculta un pozo o una sima.

Sin sendero y por el verde prado pasamos por delante de una caseta de aperos toscamente vallada.  No vemos otros rastros, tan solo en la parte alta de una barranquera el caserío Etzagio. Antes de llegar a él vadeamos la rambla.


En la parte alta conectamos con un camino que nos lleva a un panel informativo del GR-12 y un poste con cuatro paletas multidireccionales de otros tantos GR’s, estamos en el límite del Pirineo navarro. Las miradas al cielo del atardecer son preciosas.

Sin rastros megalíticos, decidimos cruzar la carretera y comenzar a subir por la otra loma, donde se distinguen más postes informativos y unas extrañas barreras de madera a lo largo de la línea herbosa de la loma.

Las paletas informativas son de GR y de SL de la zona, que no tenemos tiempo de hacer. Las pantallas o barreras de madera parecen ser puestos de observación o de caza, distanciados entre si, unos doscientos metros.

Alcanzamos lo alto de la loma y descendemos por su parte rocosa que nos deja en una especie de vaguada escondida. Es una ladera de inclinación media, con un esparcido bosque de hayas con el suelo almohadillado de hojarasca.


Nos dejamos llevar por su declive para buscar el regreso, y sorprendentemente, aparecen viejos ejemplares de hayas que no han sido podadas durante años, dejadas a su libre albedrio, y con algunas ramas desgajadas por su peso.

Encontramos ejemplares majestuosos, de retorcidos troncos curvados, que con los años han remontado hacia las alturas engendrando varios tallos centrales de tamaño colosal. El calor y el viento seco las ha deshojado con prontitud.


Prácticamente sin hojas, sus troncos mantienen alguna humedad gracias a las capas de verde musgo que tienen adheridas. La poda es natural, bien por el peso o la ventisca, en el suelo hay mucho ramaje desparramado.










Llegando al final de la ladera algunas son de gran envergadura, y al no haber sido podadas, totalmente distintas unas de otras, las ramas se bifurcan en múltiples direcciones buscando la luz del sol, y no dejan que nada crezca a su alrededor.

Tenemos que buscar el mejor sitio para vadear un pequeño regato antes de llegar a la carretera y a la borda Bizcondeko donde cerramos este inesperado paseo por un hayedo escondido. Nos quedamos sin ver los dólmenes.

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: SI.
DISTANCIA: 2,5 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 0:50 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 1.092 M.
ALTURA MÍNIMA: 908 M.
DESNIVEL POSITIVO: 185 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 131 M.
DIFICULTAD: BAJA.

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