domingo, 29 de octubre de 2017

ARALAR, BOSQUE DE HAYAS DE GOLDARATZ Y SUBIDA AL IRUAUNDI

La sierra de Aralar es una gran extensión de 208 km cuadrados que comparten Navarra y Gipuzkoa. Un gran macizo cárstico en el noroeste navarro que alterna un paisaje caótico de lapiaces, valles ciegos, cuevas y simas con otro más sereno de prados siempre verdes y hayedos de infinitos colores. A la sierra de Aralar se puede acceder por el norte desde Lekunberri, Iribas o Astitz y por el sur desde Uharte-Arakil, localidad famosa por su Artzai Eguna o día del perro pastor. Este marco del Pirineo navarro ofrece estampas inolvidables en cada estación y múltiples posibilidades para disfrutar.  Senderos de distintos niveles de dificultad, suaves ascensiones a miradores naturales como el del Santuario de San Miguel, nacederos de ríos que viajan escondidos por el interior de la sierra como el de Iribas, dólmenes testigos de vidas lejanas, cuevas que nos acercan a las entrañas de Aralar como la de Mendukilo en Astitz y leyendas como la de Teodosio Goñi... En definitiva, un conjunto de maravillas que ayudan a incrementar la magia de este paisaje pirenaico. Los hermosos bosques de Aralar y las zonas de pastos hacen que esta sierra tenga un gran valor naturalístico: hayas, robles y avellanos se levantan junto a pastizales por los que deambulan ovejas latxas, yeguas y caballos. Aunque la naturaleza es la protagonista en la sierra de Aralar, la piedra también juega un papel importante. Nos ha dejado multitud de dólmenes diseminados por toda la sierra, bellos caserones como los de Madotz, Astitz o Baraibar, molinos como el de Aitzarrateta o ermitas como la de Santiago de Itxasperri. Aunque, sin duda, el monumento más destacado es el santuario medieval de San Miguel de Aralar. Lugar emblemático en cuyo interior se conservan las cadenas que según la leyenda llevaba Teodosio de Goñi como penitencia por haber matado a sus suegros, víctima de un engaño del diablo y de las que se vio liberado al invocar a San Miguel venciendo así al dragón de Aralar. Recuerda pasar tres veces por debajo confiando en que este acto te traerá suerte.
CÓMO LLEGAR: Desde Alsasua, por la A-10 y luego por la A-15 dirección San Sebastián hasta la salida nº 117 donde tomamos la NA-411 hasta Goldaratz.
COMPONENTES: VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO: GOLDARATZ / CRUCE DE REGRESO / DEJAR GR-20 / PASO ALAMBRADA / GIRO DCHA. / ENLACE GR-20 / PASO VALLA/ ALAMBRADA PASO / GIRO ARRIBA / VIVERO/FIN DE PISTA / ALAMBRADA CON PASO / GIRO DCHA. PISTA / PISTA / ALAMBRADA Y MUGARRI / SUBIDA IRUAUNDI / IRUAUNDI / BAJAR DE LA CRESTA / CAMINAR SIN SENDERO / ENLACE CON LA PISTA / GR-20.3 / POR PISTA / SEGUIR PISTA / GR-20.1 / CRUCE DE REGRESO / GOLDARATZ.

LA RUTA: Hoy haremos una incursión por la sierra de Aralar. Cuando vienes con tan poco tiempo y quieres ver tanto, es difícil elegir la ruta adecuada, y aún siéndolo, por desconocida, no te puedes fiar demasiado.

Todo ha salido a pedir de boca, pero cometimos un error al no fiarnos de la bajada por la cresta del Iruaundi. Bajamos por la ladera de la izquierda y a golpe de GPS sin sendero, enlazando con la pista en la parte baja alargando la ruta.

Iniciamos desde Goldaratz con sus impresionantes caseríos, antaño de uso ganadero y hoy, algunos de ellos convertidos en casas rurales. Tomamos dirección al hayedo, el día está encapotado y el aire mueve las nubes.


Vamos dejando el pueblo metido en sus prados, mirando a las altas montañas cercanas por donde penetra algún rayo de sol mientras vamos girando a la derecha. Comienzan a caer unas leves gotas de lluvia.

Llegamos al poste balizado con paletas del GR-20 que cierra el círculo de la ruta. Ahora marchamos por la derecha, el tramo de subida es más distendido, y regresaremos por la izquierda. Las miradas hacia atrás del pueblo son preciosas.


Por ancha pista y con suave desnivel vamos recortando la ladera entre campos y fincas valladas, entrando poco a poco en el bosque de hayas. Omitimos todos los desvíos y nos ceñimos al trazado del GR-20.


El sol se abre paso entre las nubes y los claros del hayedo. Han aserrado varios troncos de hayas, quizás derribados por motivos naturales y la leña queda al servicio de la comunidad. La espesura del bosque hace que el suelo se torne marrón de las hojas caídas.











Aumenta la humedad y quedan huellas de barro mezcladas con la hojarasca, quizás de las últimas lluvias. Junto a grandes ejemplares de hayas crecen retoños que intentan abrirse paso buscando la luz del sol.











El silencio es la mejor de las músicas en el bosque, y sabemos que no estamos solos. En una curva por la derecha dejamos el GR-20 y seguimos recto. Según el mapa es una especie de atajo interior, más tarde volveremos a enlazar.











Pronto tenemos la gran sorpresa del día, primero un tocón con musgo y varías trametes versicolor,  luego dos hongos de capuchón negro moteado de blanco, como nevado, y de los que no he logrado encontrar ninguna descripción.


De todas maneras, aunque nos gustan, nunca recolectamos por desconocimiento, pero sentimos gran curiosidad al verlos. A pocos pasos vimos otros muy distintos, no tan llamativos y de colores más apetitosos.


El ambiente húmedo es mucho más patente, troncos de hayas y arbustos se tiñen de verde y en las rocas el musgo adquiere la consistencia de una alfombra. Es una delicia para los sentidos pasear dentro de este entorno.


En un diminuto claro topamos con una alambrada que tiene un estrecho paso para acceder, y más adelante volvemos a conectar con el sendero del GR-20. Pasamos junto a una especie de cobertizo a modo de observatorio.


De nuevo ancho camino por la ladera del hayedo hasta llegar a otra alambrada. Ésta se supera escalonadamente para evitar la salida de animales, y enseguida viene otra similar, por la que dejamos el GR-20 definitivamente.










Entramos en una zona de campos y prados vallados. Antes nos pareció oír algún disparo, y ahora voces, nos fijamos entre la espesura y vemos escondida una plataforma metálica y un hombre apostado en ella. Nos dice que están tirando a las torcaces.


Hacemos un giro arriba para coger una pista de cemento que seguimos hasta que finaliza cerca de un vivero.  Superamos otra alambrada con paso, para luego girar a la derecha y continuar por un camino de tierra.


Poco después tenemos otra alambrada que pasar y un hito que nos marca un sendero que se mete de nuevo en el bosque y en la zona húmeda, con musgo y ramas caídas en las que crecen helechos y pequeños hongos.










El sendero toma dirección hacia las paredes de roca caliza que comienzan a elevarse a nuestra derecha, es un contraste precioso con hayas, musgo, líquenes y helechos; también en las ramas caídas crecen trametes versicolor.


Sin dejar de subir, se intuye la cercanía de la cima, por medio de algunos esporádicos hitos, vamos buscando el mejor paso entre el bosque y las rocas para acceder a la cresta. Entre la vegetación vemos el punto geodésico.


Iruaundi (1.060 m.) El cielo nublado acorta las vistas. Aquí cometimos el error de no indagar bien la bajada y creyendo que sería un mal recorrido por la cresta, la desechamos y descendimos por la subida, buscando sin senda la conexión con el track.


No es que fuera una mala opción, puesto que la inclinación de la ladera no era fuerte y entre las hayas y la hojarasca se podía caminar, pero los barrancos que se iniciaban en la parte superior hicieron más largo el rodeo.


Con paciencia y GPS en mano para no alejarnos demasiado del track, conseguimos enlazar con la pista del camino de regreso, y poco más tarde con el GR-20.3. Desde esta posición miramos la cresta y nos pareció mucho más asequible.


Seguimos dando la vuelta y se une el GR-20.1, más adelante ya tenemos a la vista Goldaratz y sus ovejas pastando. Cerramos el círculo y la ruta en la plaza del pueblo, todavía más tranquilo que esta mañana. Ruta placentera pese al desajuste en la cima.

RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.                                             
DISTANCIA: 12,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 5 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.060 M. (IRUAUNDI)
ALTURA MÍNIMA: 705 M. (Goldaratz)
DESNIVEL POSITIVO: 566 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 566 M.
DIFICULTAD: MODERADA

No hay comentarios:

Publicar un comentario