La historia de
Blanca se remonta a milenios, aunque la prueba arqueológica la ofrecen los
restos de su Castillo, con materiales posiblemente aportados en el siglo XII y
el nombre de Negra como identificación de la población que se abrigaba bajo el
enorme macizo pétreo calcinado por el sol. Lo cierto es que el valle alcanza
especial relieve en el siglo XIII, ya que en 1228 Ibn Yusúf in Hud se rebela
contra los almohades de los Peñascales (Castillo de Ricote) haciéndose fuerte
en el Castillo denominado Alarbona. Negra, la actual Blanca, se adscribe al
valle morisco con cabeza en Ricote, y sufre los avatares de los enfrentamientos
entre los reyezuelos de esta fértil y codiciada comarca. Un cambio sustancial
se va a producir en la zona cuando el Rey Alfonso X el Sabio firma en Sevilla
un privilegio rodado (1266) por el que se incluye en el término municipal de
Murcia el Valle de Ricote, al que le otorga el Fuero de la ciudad. Sancho IV
(1285) otorga a la Orden de Santiago el valle y sus lugares, entre ellos Negra,
a la que más tarde los cristianos pasarían a llamar Blanca. Pero Jaime II se
apodera del reino murciano y entrega la villa y su castillo a Bernardo de
Sarriá, aunque Juan López comendador santiaguista de Ricote le reclama la
posesión, que le es devuelta el 19 de Septiembre de 1303 a Juan Osores , siendo
en un documento la última vez que se le llama Negra . La labor de los
santiaguistas se centró en mejorar el rendimiento de las tierras, convirtiendo
al cristianismo a los mudéjares blanqueños y unificando las acciones
productivas bélicas con el resto de las villas del valle morisco unificado bajo
la encomienda de Ricote. A comienzos del siglo XVI se crea la
parroquia de Blanca en 1508 donde estuvo emplazada la mezquita. El 10 de Agosto
de 1591 Blanca consigue de Felipe II un privilegio de Villazgo, que lleva
consigo la facultada de elegir alcaldes y personal para administrar el consejo.
La cuestión costó a los habitantes 2400 ducados. A partir de ese momento
empieza a destacarse Blanca en el contexto de los pueblos situados a la orilla
del río Segura. A comienzos del XVI tiene casi un millar de habitantes, pero
poco tiempo después (1613) el edicto de Felipe III para expulsar a los moriscos
españoles deja casi arruinada la agricultura blanqueña por el forzado éxodo de
sus habitantes: 2500 personas en total de las seis villas del Valle de Ricote. Blanca
reduce sus vecinos a 80, aumentando lentamente sus habitantes hasta alcanzar
los 173 vecinos en 1713. Ya en 1755 alcanza los 263 vecinos y en 1787 aparecen
en el Censo de Floridablanca 1378 habitantes registrados. Durante el siglo XIX
se sufre en todo el reino el azote de la fiebre amarilla, y Blanca
acoge al Cabildo y Coro de la Catedral de Murcia que en el verano de
1813 acuden huyendo del ambiente capitalino. El 19 de Febrero de 1819 Fernando
VII confirma el Privilegio de la Villa que otorga Felipe II. En el Concordato
entre la Santa Sede y el Gobierno español de 1851 Blanca queda libre de la
Orden santiaguista y del señorío de los Infantes de la Casa Real.
CÓMO LLEGAR: Por la AP-7
E-15 dirección Murcia, salida nº 762A dirección Albacete por la A-30. Tomar
saluda nº 111 hacia Blanca por la RM-401 y en rotonda seguir por la RM-553
hasta Blanca. Aparcar en la Plaza del Ayuntamiento.
ITINERARIO: AYUNTAMIENTO
/ LOS CORRALES / DIQUES / MIRADOR URBANO / SUBESTACIÓN ELÉCTRICA / ERMITA DE
SAN ROQUE / MIRADOR DE LA NAVELA / LLANO DE NAVELA / MIRADOR AZUD DE OJÓS / CASAS
DE LA FAVORITA Y LA MOLINETA / BARRIO DEL CAFÉ / PARQUE DE LAS CUEVAS / PUENTE
DE HIERRO / AYUNTAMIENTO.
COMPONENTES: VICENTE Y
SANTI.
LA RUTA: Blanca es un municipio del Valle de Ricote bañado por el río Segura. Antiguamente se denominaba Negra, como identificación de la población que se abrigaba bajo el enorme macizo pétreo calcinado por el sol de la Sierra del Solán. Iniciamos desde la Plaza del Ayuntamiento, por encima del edificio vemos las murallas del Castillo Alarbona.
Las marcas del PR nos guían por las estrechas y solitarias callejuelas medievales hasta la plaza de la iglesia con su bonito y restaurado edificio. Continuamos por detrás de ella, las callejuelas se estrechan más y se deterioran. Comenzamos a subir por escaleras que nos sitúan en la parte alta y trasera del pueblo.
Una senda nos lleva por encima de los Corrales, viejas casas y azoteas pegadas a la ladera de la sierra, la mayoría de ellas abandonadas o en ruinas, dañadas por las lluvias y desprendimientos de la montaña. A esta altura tenemos una visión completa del Castillo que también ha sido restaurado.
Sobrepasadas las construcciones por una sinuosa senda entre paleras atacadas por el moho blanquecino, alcanzamos el Mirador Urbano. Una peana de madera nos sitúa geográficamente y pone nombre a las montañas de los alrededores. Tenemos una panorámica de la población y del Castillo. Por primera vez contemplamos el Azud de Ojós, que represa las aguas del Trasvase para su distribución. Por detrás, en lo alto de la sierra, distinguimos la imagen de la Virgen Blanca.
El día está muy brumoso pero sin riesgo de lluvia. Enfrente tenemos la mole de la Navela (549 m.) que más tarde rodearemos. Proseguimos el sendero que transcurre entre diques de contención para las escorrentías y una tubería de fibrocemento para conducción de agua, hasta llegar a un depósito de agua.
En una pequeña explanada comienza la pista forestal. Este camino nos conduce a media ladera por toda la alargada Sierra del Solán (584 m.) Pasamos por las inmediaciones de la casa forestal. El paisaje de la sierra es agreste y desolado, con erosionados farallones y enormes rocas desprendidas de lo alto de la montaña, tapizados por el esparto y pequeños pinos de repoblación.
Tras un largo trecho, entre camino y senda paralela, descendemos hacia la carretera MU-553 y la cruzamos junto a la Subestación Eléctrica. Seguimos la pista asfaltada entre ésta y un cuidado huerto de cítricos en dirección a la Ermita de San Roque.
LA RUTA: Blanca es un municipio del Valle de Ricote bañado por el río Segura. Antiguamente se denominaba Negra, como identificación de la población que se abrigaba bajo el enorme macizo pétreo calcinado por el sol de la Sierra del Solán. Iniciamos desde la Plaza del Ayuntamiento, por encima del edificio vemos las murallas del Castillo Alarbona.
Las marcas del PR nos guían por las estrechas y solitarias callejuelas medievales hasta la plaza de la iglesia con su bonito y restaurado edificio. Continuamos por detrás de ella, las callejuelas se estrechan más y se deterioran. Comenzamos a subir por escaleras que nos sitúan en la parte alta y trasera del pueblo.
Una senda nos lleva por encima de los Corrales, viejas casas y azoteas pegadas a la ladera de la sierra, la mayoría de ellas abandonadas o en ruinas, dañadas por las lluvias y desprendimientos de la montaña. A esta altura tenemos una visión completa del Castillo que también ha sido restaurado.
Sobrepasadas las construcciones por una sinuosa senda entre paleras atacadas por el moho blanquecino, alcanzamos el Mirador Urbano. Una peana de madera nos sitúa geográficamente y pone nombre a las montañas de los alrededores. Tenemos una panorámica de la población y del Castillo. Por primera vez contemplamos el Azud de Ojós, que represa las aguas del Trasvase para su distribución. Por detrás, en lo alto de la sierra, distinguimos la imagen de la Virgen Blanca.
El día está muy brumoso pero sin riesgo de lluvia. Enfrente tenemos la mole de la Navela (549 m.) que más tarde rodearemos. Proseguimos el sendero que transcurre entre diques de contención para las escorrentías y una tubería de fibrocemento para conducción de agua, hasta llegar a un depósito de agua.
En una pequeña explanada comienza la pista forestal. Este camino nos conduce a media ladera por toda la alargada Sierra del Solán (584 m.) Pasamos por las inmediaciones de la casa forestal. El paisaje de la sierra es agreste y desolado, con erosionados farallones y enormes rocas desprendidas de lo alto de la montaña, tapizados por el esparto y pequeños pinos de repoblación.
Tras un largo trecho, entre camino y senda paralela, descendemos hacia la carretera MU-553 y la cruzamos junto a la Subestación Eléctrica. Seguimos la pista asfaltada entre ésta y un cuidado huerto de cítricos en dirección a la Ermita de San Roque.
Después de aproximadamente un kilómetro de asfalto llegamos a ella. Frente al pulcro edificio de la Ermita de San Roque un cartel nos da los siguientes datos: Es de estilo barroco del siglo XVIII, con una única nave que se divide en tres tramos y cubierta con bóveda de cañón. El crucero está cubierto con cúpula semiesférica. El presbiterio es cuadrangular con bóveda de cañón y lunetas. Fue construida en honor del Santo patrón de Blanca y titular de la misma: San Roque.
Por detrás de la ermita seguimos por un camino con marcas en olivos y algún pino en dirección a la Navela. Más arriba cruzamos un camino de asfalto y tomamos un sendero a la derecha, que junto a una caseta, sube hacia el pinar. Alcanzamos la pista que comienza a rodear la sierra. A la izquierda marcada con un mojón de piedras se inicia una senda que parece subir a la cumbre, consultamos la hora y nos parece factible. Pero apenas subimos la primera rampa la senda desaparece por arte de magia. Volvemos al camino de tierra.
La pista forestal apenas tiene desniveles y se ciñe al contorno de la sierra. Pronto arribamos al Mirador de la Navela con una nueva peana informativa. Tenemos brumosas vistas de este rincón del Valle de Ricote, con el Azud de Ojós en el centro, apenas distinguimos Los Almeces (1.122 m.) con su nido de antenas, y máxima altura del valle.
Durante varios kilómetros de pista vamos disfrutando del paisaje y atentos a cualquier desvío que pueda subir a la cumbre, pero todo son rastros, quizás de animales. Más adelante, junto a un poste de madera que indica de dónde venimos y a donde vamos, comienza una senda marcada con señales de PR, pero en el poste no hay ninguna paleta informativa en esa dirección.
Decidimos tomarla pensando que nos llevará a la cumbre o al Mirador de Ojós. La senda es clara y montañera, ya teníamos ganas de dejar la pista. Nos eleva con facilidad y nos dirige a un colladito cerca de una muela rocosa. Las vistas, más aéreas al Azud, se amplían, y el frontal de la muela es precioso.
La senda se convierte en camino y resolvemos seguirlo pensando que en algún recodo subirá hacia la cumbre. Las marcas del PR continúan pero vamos teniendo claro que no llevan a la cumbre. Llegamos a una gran casa blanca de dos plantas sin puertas ni ventanas donde el camino empieza a bajar. Damos la vuelta y consultamos el mapa. Estamos en el Llano de la Navela y el sendero posiblemente vaya hasta la población de Ojós. Almorzamos entre los pinos contemplando el bonito valle.
Descendemos hasta la pista forestal y continuamos rodeando la sierra hasta una curva donde ahora sí, está bien señalizado el desvío al Mirador del Azud de Ojós, que llegamos en unos cien metros. Es un pequeño balcón encaramado sobre el embalse y con una buena perspectiva al Estrecho del Solvente. En una pared del desfiladero vemos arriba, la tubería de elevación del canal de derivación del Trasvase.
Andamos por delante del Área Recreativa de la Naveta y descendemos hasta la carretera del Azud donde enlazamos con el GR-127 entre huertos de cítricos. Pasamos por dos hermosas casas huertanas. La primera y más bonita es la Casa de la Favorita, de precioso color granate y enfrente, un poco más adelante, la Casa de la Molineta, de color azul.
Cruzamos las calles
del Barrio del Café y subimos a Bayma, pero
no llegamos a la pasarela mirador puesto que nos despistamos con las
señales. De todas formas con la bruma que todavía persiste, las vistas al Azud
de Ojós solo variarían en la posición, que ahora sería frontal.
Caminamos atravesando el Parque de las Cuevas y luego seguimos la margen del río Segura que pasa caudaloso hasta una escultura metálica de un toro, para subir por unas escaleras y llegar al ancestral Puente de Hierro que cruza el río. Por la derecha, enseguida estamos en la Plaza del Ayuntamiento y el coche.
Caminamos atravesando el Parque de las Cuevas y luego seguimos la margen del río Segura que pasa caudaloso hasta una escultura metálica de un toro, para subir por unas escaleras y llegar al ancestral Puente de Hierro que cruza el río. Por la derecha, enseguida estamos en la Plaza del Ayuntamiento y el coche.
Bonita excursión
conociendo nuevos rincones y parte del entramado del Trasvase Tajo-Segura, que
al fin y al cabo también riega las huertas alicantinas de la Vega Baja.
AGUA EN RUTA: NO.
TIEMPO: 04:50 HORAS.
DISTANCIA: 21,250 KM.
ALTURA MÁXIMA: 440 M.
(Llano de la Navela)
ALTURA MÍNIMA: 108 M. (Río
Segura)
DESNIVEL POSITIVO: 540 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 550 M.
DIFICULTAD: MODERADA.
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