En el centro del
término municipal de Murcia, y abarcado por buena parte de las sierras
prelitorales murcianas, que ponen límite geográfico entre la Cuenca del Segura
y la Cuenca del Mar Menor, se sitúa el Parque Regional El Valle y Carrascoy.
Los límites del parque se establecen sobre la totalidad de las sierras de
Carrascoy, del Puerto y Cresta del Gallo, estando repartida, sus superficie,
entre los términos municipales de Murcia, Fuente Álamo y Alhama de Murcia. La
ciudad de Murcia, goza privilegiadamente, de este parque, ya que se sitúa a
menos de 6 km al sur del centro de la población. El Parque Regional El Valle y
Carrascoy cuenta con una superficie total aproximada de 16.724 Ha y goza de la
figura de protección regional desde 1992. En la actualidad este espacio natural
esta propuesto para incorporarse a la futura Red Natura 2000 (Red Europea de
Espacios Naturales). Además, amplias áreas del Parque está declaradas Zona
Especial de Protección para las Aves (ZEPA) donde se alberga la mayor densidad del mundo en población de Búho
Real, Gran Duque, como lo conocen los naturalistas y muy difícil de observar. También
es Lugar de Interés Comunitario (LIC), ambas, figuras de protección a escala
europea.
El espacio natural está atravesado en su zona Este por la Autovía Murcia-Cartagena, aprovechando el paso natural de la Rambla del Puerto. De esta forma el Parque queda dividido en dos sectores de forma natural y por la acción humana: Al Este de la autovía quedaría la Sierra de la Cresta del Gallo como única unidad geomorfológico de este sector. La sierra está dominada por las cumbres de “El Relojero” (609 m.) y el “Quijar de la Vieja” (528 m.). Al Oeste de la autovía quedarían las dos sierras principales que albergan la mayor superficie del Parque: la Sierra del Puerto, con una altitud máxima de 531 m. en el Cabezo del Puerto, y la impresionante mole de la Sierra de Carrascoy en la que se alcanzan las mayores altitudes del Parque, con la cumbre en Carrascoy a 1.065 m. El relieve de estas sierras es muy abrupto y quebrado, modelado a lo largo de la historia por las fuertes lluvias torrenciales que han ido provocando la formación de profundos barrancos y ramblas. Todas estas peculiaridades geológicas y topográficas, unidas a otros aspectos micro climáticos que afectan a distintas áreas del Parque hacen que dentro de los límites del mismo encontremos una gran diversidad de paisajes y ambientes (umbrías, solanas, roquedos, ramblas), con sus correspondientes comunidades vegetales y faunísticas asociadas. Uno de los parajes más conocidos del parque es el llamado “Paisaje Lunar”, que corresponde a los extensos badlands formados en todo el extremo oriental del Parque (vertiente meridional y oriental de la Sierra de la Cresta del Gallo). También encontramos una formación rocosa de dos kilómetros de largo con paredes de más de cincuenta metros de altura, a la que la voz popular conoce por la “Muralla de King Kong”, para los geólogos éstas paredes son conglomerados calcáreos del Puerto de la Cadena.
El espacio natural está atravesado en su zona Este por la Autovía Murcia-Cartagena, aprovechando el paso natural de la Rambla del Puerto. De esta forma el Parque queda dividido en dos sectores de forma natural y por la acción humana: Al Este de la autovía quedaría la Sierra de la Cresta del Gallo como única unidad geomorfológico de este sector. La sierra está dominada por las cumbres de “El Relojero” (609 m.) y el “Quijar de la Vieja” (528 m.). Al Oeste de la autovía quedarían las dos sierras principales que albergan la mayor superficie del Parque: la Sierra del Puerto, con una altitud máxima de 531 m. en el Cabezo del Puerto, y la impresionante mole de la Sierra de Carrascoy en la que se alcanzan las mayores altitudes del Parque, con la cumbre en Carrascoy a 1.065 m. El relieve de estas sierras es muy abrupto y quebrado, modelado a lo largo de la historia por las fuertes lluvias torrenciales que han ido provocando la formación de profundos barrancos y ramblas. Todas estas peculiaridades geológicas y topográficas, unidas a otros aspectos micro climáticos que afectan a distintas áreas del Parque hacen que dentro de los límites del mismo encontremos una gran diversidad de paisajes y ambientes (umbrías, solanas, roquedos, ramblas), con sus correspondientes comunidades vegetales y faunísticas asociadas. Uno de los parajes más conocidos del parque es el llamado “Paisaje Lunar”, que corresponde a los extensos badlands formados en todo el extremo oriental del Parque (vertiente meridional y oriental de la Sierra de la Cresta del Gallo). También encontramos una formación rocosa de dos kilómetros de largo con paredes de más de cincuenta metros de altura, a la que la voz popular conoce por la “Muralla de King Kong”, para los geólogos éstas paredes son conglomerados calcáreos del Puerto de la Cadena.
CÓMO LLEGAR: Por
la E-15 – A-7 hasta Murcia capital, tomar la A-30 MURCIA/CARTAGENA, salida por
la 143B, SANTO ANGEL/RONDA SUR/PATIÑO, continuar hacia Los Garres y San José de
la Vega y por la F-13 al puerto del Garruchal. Después de pasar un desfiladero
llamado “El Estrecho” hay un cartel a la derecha que dice GEA Y TRUYOLS,
aparcar a la izquierda junto a unos pinos y un cartel informativo del PR-MU 23.
Estamos a un kilómetro de culminar el Puerto del Garruchal, donde hay un Bar.
ITINERARIO: PUERTO
DEL GARRUCHAL / SENDA BONITA / COLLADO DE VILLORA / CAMINO DE LOS PUROS /
UMBRÍA DE LA MURALLA DE KING KONG / COLLADO DEL CERILLAR / ALTO DEL RELOJERO /
CRESTERÍA DE LA MURALLA DE KING KONG / SENDA BONITA / PUERTO DEL GARRUCHAL.
LA RUTA: Siempre
que nos hemos acercado a la vecina Murcia ha sido para subir a las grandes
cumbres, Sierra Espuña, Revolcadores y las limítrofes de las Cabras, María y
por supuesto la Sagra. Pero mi propósito de no repetir rutas durante dos años,
que no sean variantes o distintas ascensiones, me obliga a hacer búsquedas
exhaustivas, teniendo muchas veces, sorpresas tan agradables como la ruta de hoy.
Hay tres muchachos
que van a iniciar su ruta a Columbares (647 m.), en el otro extremo del Parque.
Nosotros tenemos que cruzar a la otra parte de la carretera, entre el
quitamiedos y el letrero de “Gea y Truyols”, ver mojones, hacia la derecha
donde hay una pequeña área recreativa con bancos y mesas metálicas, y un panel
también metálico donde está grabada y descrita la ruta de hoy.
Ascendemos
suavemente por el PR-MU 23 para salir a la solana bajo el Cabezo del Buitre (386
m.), el camino se allana y se convierte en una ancha senda trazada sobre muros
de piedra que nos conduce entre los pinos. A la izquierda tenemos la Rambla del
Garruchal con algunas casas de campo y por detrás, la bonita silueta de Columbares.
Tenemos que orillarnos de vez en cuando para dejar paso a los ciclistas que
también utilizan esta senda.
Continuamos hasta llegar al Collado de Villora donde la senda dibuja una “L” derecha-izquierda, parecido a los “contadores” para ganado que existen en nuestra tierra. Entramos en la Umbría de los Sánchez o la Senda Bonita como la conocen los ciclistas.
El paisaje cambia y se vuelve más húmedo y aumenta la vegetación en un apretado sotobosque. A la derecha y hacia atrás, vemos, más ampliada, la mole de Columbares (647 m.), máxima altitud de El Valle, y a sus pies el “paisaje lunar” con sus badlands característicos.
Nos sorprenden las formas rocosas de color ocre rojizo que vamos viendo a cada momento, lo que activa nuestra imaginación, y en las paredes a las que nos dirigimos nos parece ver la gran cabeza del gorila King Kong, quizás de ahí su nombre o por su semejanza con la muralla de la película del mismo nombre. También se le conoce como Las Columnas.
Es una gozada caminar por esta senda, por lo cómodo de su trazado, su vegetación, el trino de los pájaros y la cantidad de formas rocosas que van aumentado en número y volumen. Sigue volando nuestra imaginación y en una pared plana, afirmamos ver la cabeza de Gulliver con los liliputienses tensando sus mechones de cabello con cuerdas y estacas.
Desde un pequeño otero rocoso tenemos unas bellas vistas al paisaje del barranco, con cantidad de dispersos montículos como dientes de sierra que le dan un aspecto montañoso y agreste, no exento de un gran atractivo panorámico.
Poco después la
idílica Senda Bonita termina al unirse a una ancha pista de tierra conocida
como Camino de los Puros, nombre de una cercana urbanización. Continuamos en
ascenso por la umbría, bajo las hermosas paredes de la Muralla y sus
caprichosas formas erosionadas. Extremamos las precauciones alejándonos lo
máximo posible del centro del camino, evitando a los ciclistas que bajan a toda
velocidad y a los que suben con trabajoso denuedo. Estamos acostumbrados a
cruzarnos con ciclistas pero no en tal cantidad, se nota que la afición
murciana está en auge.
Este tramo del camino predominan las altas paredes de la Muralla, rectas, verticales, rematadas en puntas onduladas adornadas por originales cavidades que alimentan nuestra imaginación. Enfrente, a la derecha, la característica mole de la Cresta del Gallo.
Nos acercamos al punto más elevado de la ruta: El Relojero. Con su cumbre poblada de artilugios y antenas. Dejamos el camino por una senda a la izquierda algo estropeada por las lluvias, y que nos sigue ascendiendo. Esquivamos a varios ciclistas que vienen de la cima.
Llegamos a Collado del Cerillar en donde se cruzan tres sendas. Consultamos notas y lo dejamos claro. La de la izquierda la utilizaremos para volver por encima de las murallas. Por la derecha, que es la más directa a la cumbre, descenderemos al regreso. Así que ahora, marchamos de frente por la estrecha senda.
Este es el PR-MU 21 que rodea la loma que teníamos enfrente, para situarnos en otra más elevada bajo un tendido eléctrico, con una perspectiva en línea recta hacia la cima de El Relojero, y una visión lateral y distinta de la Cresta del Gallo (523 m.)
El ondulado sendero es un constante sube y baja que nos permite tener unas espléndidas vistas a ambos lados. Por la izquierda Murcia y sus vega; por la derecha, las calcáreas Murallas de King Kong surgiendo entre la pinada, con Columbares (647 m.) al fondo y por detrás la cima de Carrascoy (1.065 m.).
Cumbre de El
Relojero (609 m.). Fea, como todas las cumbre infectadas de antenas. Le salva
un terraplén que tiene a la izquierda, unos metros más abajo, donde forma un
panorámico mirador a la ciudad de Murcia, Sierra Espuña y la parte norte. En
ese lado hay una senda por la que se llega a la Cresta del Gallo. Tomamos unas
barritas energéticas y frutos secos.
Iniciamos el descenso por el camino más corto y directo al Collado del Cerillar. Donde seguimos de frente en ligero ascenso, desechando algunas sendas que vienen por la derecha. En poco tiempo estamos en la loma más alta (604 m.) marcada con un mojón y de frente, toda la crestería, Columbares, Miravetes y el Paisaje Lunar.
Comenzamos a transitar por el fluctuante sendero que recorre las “almenas” de la Muralla de King Kong. Si antes, mirando hacia arriba estábamos sorprendidos, ahora que podemos pisar, tocar e introducirnos en los recovecos que la erosión ha cincelado, alucinamos.
Recorre todo el borde del escarpado precipicio, donde encontramos multitud de formas, oquedades, viseras, arcos, riscos, espolones, verticales miradores, todos de redondeados aspectos que miles años de persistente erosión han moldeado en la rojiza roca calcárea. La rugosidad y aspereza de la piedra hace que nuestras botas se adhieran perfectamente al caminar sobre ellas.
No podemos dejar de hacer fotos, son algo más de dos kilómetros de impresionante recorrido. Fijamos un punto para la comida en una cercana vaguada. Protegidos por pinos y unas oquedades, ya que una nube parece querer soltar alguna gota. Merecido relax comentando la sorprendente ruta de hoy.
Proseguimos la marcha que nos acerca un espolón adosado a la pared del acantilado, no creo que el té sea alucígeno, pero tiene toda la pinta de un gran simio erguido con una cabeza majestuosa, mirando a la Cresta del Gallo y el Relojero.
Llegamos a unos arcos naturales de piedra por los que nos introducimos y tenemos bellas vistas verticales de los tramos recorridos. En el fondo del barranco las puntiagudas sierras forman un pequeño circo en las cercanas cárcavas del Paisaje Lunar.
De pronto, el aspecto de las paredes erosionadas cambia de dibujo, ya no son redondeadas, sino rectas, horizontales y verticales, formando celdillas y oquedades mucho más pequeñas. Unos mojones a la derecha avivan nuestro deseo de ampliar la ruta, nos conducen a una vaguada, donde después de un gran hito desaparecen todos los rastros de sendas. Volvemos a subir.
En la parte baja de una ondulación, decidimos buscar un lugar asequible para descender buscando la conexión con la Senda Bonita. Pasamos junto a las paredes, ahora más agrestes y rodeados de altos y delgados pinos que se elevan buscando la luz de sol en la umbría.
Ya en la senda oficial, deshacemos la parte del camino acometido esta mañana. Los ciclistas han desaparecido, solo vemos algunas personas que han hecho un recorrido similar al nuestro y con las que nos hemos cruzado en otro punto.
Cerca del
aparcamiento vemos un letrero dirigido a los conductores que circulan por las
carreteras del Parque Natural “Precaución a los atropellos de anfibios y
reptiles”. Lo cual es de sentido común en un lugar protegido. Ha sido una ruta
sorprendente, poco exigente físicamente, pero de una calidad visual
extraordinaria y a menos de 70 kilómetros de casa. Son de las rutas que te dan
ganas de traer gente para que se “enganchen”.
Una vez situados en
este bello escenario, tenemos proyectos para próximas rutas.
RECORRIDO: CIRCULAR.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA:
NO.
DISTANCIA:
19,100 KM.
TIEMPO: 05:57
HORAS
ALTURA MÁXIMA:
604 M. (Alto del Relojero)
ALTURA MÍNIMA:
210 M. (Aparcamiento)
DESNIVEL
POSITIVO: 693 M.
DESNIVEL
NEGATIVO: 675 M.
DIFICULTAD: MODERADA.
DIFICULTAD: MODERADA.
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