lunes, 20 de agosto de 2012

RODEANDO EL VIGNEMALE (IV)

4ª JORNADA: REFUGIO BAYSSELLANCE – REFUGIO DE BUJARUELO.
ITINERARIO: REFUGIO BAYSSELLANCE / DESVIO ASCENSIÓN AL PIQUE LONGUE / GRUTE BELLEVUE / BARRANCO D’OSSOUE / PONT DE NIEGE / ROU DES OULETTES / PRESA D’OSSOUE / CABAÑA DE LOURDES / VALLÉE DE LA CANAU / PLA DE LA COUME / PUERTO DE BERNATUARA / IBÓN DE BENATUARA / BARRANCO DE SANDARUELO / CRUCE CON LA SENDA A SERRADETS / REFUGIO DE BUJARUELO.

LA RUTA: La noche ha sido pasable. He caído rendido, solo recuerdo las voces de abre la puerta, cierra la puerta. Hemos madrugado más para evitar la aglomeración y nos ha salido casi bien. Hoy es el último día. El gran descenso a Bujaruelo. Bueno, no todo será descenso, tenemos que remontar los casi seiscientos metros de desnivel del Vallée de la Canau. Foto de despedida y en marcha.







La senda es clara y definida. Nos hemos abrigado un poco más el cuerpo, corre un fresco vientecillo que suponemos irá amainando a medida que descendamos. De frente tenemos la barrera montañosa de la Brecha de Rolan y sus cumbres aledañas.





Por la derecha comenzamos a tener preciosas vistas de la parte superior del Glacier d’Ossoue, con su lengua gris encajonada entre las altas paredes. Al mirar hacia abajo vemos el terrible desnivel. La senda serpentea por sitios inverosímiles.




Desde la gran ladera pedregosa llegamos al cruce con la senda que remonta hasta el Glaciar para subir a la cumbre del Pique Longue (3.298 m.). Una pareja se está preparando, quitándose ropa y dejando a la mano piolet y crampones. Nuestra senda gira a la izquierda y sigue descendiendo.













Pasamos por delante de varias de las cuevas mandadas excavar por el Conde Russell, dentro las 200 hectáreas que le fueron concedidas en propiedad. Ahora tienen puertas metálicas y en el interior, se ven restos de las plastificadas mantas térmicas abandonadas por los últimos montañeros que han pernoctado en ellas.






Poco a poco vamos perdiendo el ángulo de visión del Glacier d’Ossoue, su lengua gris va ocultándose entre las laderas del Pique Logue. El sendero se inclina más haciendo más rápida la bajada.




Los largos lazos de la senda nos llevan de lado a lado en precipitado descenso. Los bastones ayudan mucho puesto que el suelo no es firme. Estamos ya en el barranco d’Ossoue que se va estrechando como un embudo haciendo asombroso el trazado del camino.



Acabo de quebrar uno de los bastones. El peso de la mochila y la inestabilidad del terreno han contribuido a ello. A Alex le pasó lo mismo en las Torres del Paine y también el último día. Con los bastones modernos suele ocurrir: menos peso, más fragilidad.





Nos vamos acercando a las chorreras y grandes cataratas que se forman al precipitarse barranco abajo las aguas del deshielo del Glaciar. La senda se estabiliza durante un tramo y pasamos por debajo de una de ellas.





Para superar el estrechamiento de las paredes del barranco, nos elevamos por un enclave rocoso donde ha sido excavada la senda. La altura es considerable y aunque el paso es sencillo hay que tomar precauciones.



Una vez en la parte superior, las vistas al fondo del barranco son impresionantes. Las aguas han ido erosionando las rocas formando un angosto paso con varias pozas y cataratas conectadas que se traspasan el agua de unas a otras. Por detrás vemos las zigzags de la senda por donde hemos descendido.






Paulatinamente la senda se hace más llana antes de entrar en el Rou des Oulettes. Aparece pastando el ganado lanar con crías de apenas unos días y al fondo vemos el reflejo de las aguas del Embalse d’Ossoue.




De nuevo hemos de superar otro encajamiento de río y volvemos a elevarnos para bajar a la siguiente plataforma mucho más llana. Aquí la naturaleza se ha esmerado formando grandes y altas cataratas como colas de caballo para salvar el fuerte desnivel. Realmente extraordinario.




La bajada se suaviza y estaremos aproximadamente muy cerca de donde en invierno suele formase el Pont de Niege después de las grandes nevadas y heladas; utilizado para cruzar con precaución a la otra orilla del río.








Relajados y por la llanura herbosa nos vamos acercando al Embalse d’Ossoue. Más ganado lanar con sus crías en la bucólica pradera. Al fondo tenemos la presa de cemento y sus compuertas metálicas.



Hasta aquí llega un camino desde Gavarnie. Hay algunos coches aparcados. Es la máxima aproximación en vehículo hasta el Refugio de Bayssellance. Nosotros hemos de estar atentos, puesto que para continuar nuestra senda, hemos de bajar a la presa y remontar a la otra vertiente. Hay estacas indicativas.





Nos elevamos por la herbosa y verde ladera, remontando hasta otra planicie, cruzamos un riachuelo y entramos en una pradera con ganado vacuno. Otro cartel nos ratifica la buena dirección y atrás dejamos las altas montañas por las que hemos descendido.




Llegamos a la Cabaña de Lourdes (1.947 m.), solitaria casita pastoril donde  comenzamos a oír los chillidos de las marmotas avisando de nuestra presencia. Al principio no las vemos, luego es más fácil localizarlas, están gordas y orondas, preparadas para el invierno. Hacemos una parada para el sacrosanto almuerzo.




Reanudamos de nuevo la marcha; entramos en el bonito y verde Vallée de la Canau. Hemos de remontar algo más de quinientos metros de desnivel por marcadas sendas entre la hierba. Las marmotas siguen jugueteando y van de madriguera en madriguera.




Aparentemente no se nota el desnivel, vamos como de plataforma en plataforma, solo que cada vez nos cuesta más superar la siguiente. Mirando atrás vemos la distancia recorrida desde el inicio del valle. La hierba desaparece y llegan unas fuertes rampas hasta coronar el puerto.





Puerto de Benatuara (2.338 m.) Todavía estamos en territorio francés. Más abajo ya tenemos la cubeta del Ibón de Benatuara (2.305 m.) Aunque nos queda un desnivel de mil metros parece que lo tenemos hecho. La moral ha subido.




Vamos descendiendo al Ibón y lo rodeamos por la derecha para volver a superar la cubeta. Hay gente descansando y contemplando sus aguas. Alguien nos dice que el Barça ganó 5-1, el Madrid empató 1-1 y el Elche también ganó ¡Esto empieza de maravilla! ¡Bienvenidos a España!


En territorio español observamos las bonitas vistas antes de iniciar el descenso. Quedamos en parar a comer si encontramos alguna buena sombra con agua cercana. Al principio la bajada es dura por su verticalidad, luego se hace pesada por lo prolongada. Vamos desechando lugares y al final comeremos en el Refugio dado lo bien que vamos de tiempo. Dejamos atrás el cruce que va a Serradets.

Comienza la bajada casi en espiral hasta que llegamos al Puente de San Nicolás, fin de nuestra ruta. Las aguas del río Ara están concurridas. Unas fotos. Descargamos mochilas, descalzamos botas y al agua. Una bendición para los pies. Llevamos los trastos al coche y con ropa nueva a comer al Refugio de Bujaruelo. De primero una gran ensalada ¡cinco días sin probarla! Después por supuesto carne. Mientras tanto, llega el grupo Excursionista de Almoradí, que también acaban hoy.


Luego cogemos tranquilamente el coche hasta Torla, donde tenemos reservadas habitaciones en un pequeño hotel. Buena ducha, esta vez con detalle, descansamos un rato y más guapos que guapos hacemos tiempo paseando hasta la hora de la cena en el Asador La Cocinilla tel. 974 486 243. Siento que me voy recuperando.
RECORRIDO: LINEAL, SOLO IDA.
AGUA EN RUTA: SI. En estas fechas hay que traer pastillas potabilizadoras para las zonas de ganado y aguas estancadas.
DISTANCIA: 13,830 KM.
TIEMPO: 06:42 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 2.651 M. (REFUGIO DE BAYSSELLANCE)
ALTURA MÍNIMA: 1.338 M. (REFUGIO DE BUJARUELO)
DESNIVEL POSITIVO: 604 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 1.977 M.
DIFICULTAD: ALTA.
21/08/2012 EL REGRESO


Hoy si hemos descansado. Desayunamos tranquilamente y salimos con los dos coches hasta Puente la Reina de Jaca, donde Javier se despide y continúa solo con el coche de Nieves, los otros cinco en el de Julián. Nosotros haremos el trayecto hasta Pamplona recreándonos y visitando varias poblaciones, pues hasta las 23:00 horas no sale mi autobús.







Primera parada en Beniés. Visitamos su castillo y recorremos en coche las pequeñas hoces del río entre arcos de piedra excavados en la montaña.






Luego la bonita y tranquila población de Ansó, donde compramos unos quesos de la zona y arrasamos los folletos de rutas en la Oficina de Información.





Después ya en Navarra, en el Roncal,  en Burgui, el pueblo de los oficios con su bonito puente. El calor comienza apretar. Paramos en el Alto de las Coronas (953 m.), bonito mirador para divisar las cumbre de los Pirineos.

Llegamos a Lumbier. Este es el único sitio que estaba programado. El coche marca 37º, pero es la hora de comer. Bodegas Azpea, Iturbero s/n. tel. 948 880 443 y 661 090 911 hay que reservar con antelación. Dentro las brasas están encendidas, solo funciona un ventilador en el techo y se está de maravilla. Merluza y carne a la brasa. Mientras se hace, ensalada y algunos entrantes. Van descorchando un vino distinto para cada manjar. Exquisito. La mistela del postre es excepcional.







Arribamos a Sangüesa. El calor se ensaña con nosotros. Visitamos la iglesia. En estos lares es tarea ardua encontrar una cafetería con aire acondicionado.
Anocheciendo llegamos a Pamplona. Damos un paseo por las murallas. A estas horas están muy concurridas, gente paseando, otros haciendo ejercicio, pandillas de jóvenes en el césped y en el recinto central, ensayos de ópera para próximas actuaciones. Hay que volver a la realidad. Mi autobús espera y será otra noche sin pegar ojo. Nos despedimos, son gente maravillosa y han sido unos días inolvidables.

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