PEÑA DE LA ZAFRA



COMPONENTES: VICENTE, SUSI, ANTONIO Y MARIBEL

ITINERIARIO:

Dirección Aspe, hacia La Romana en rotonda de monolitos de mármol, seguir hasta La Romaneta, aparcar a la derecha en la pequeña y despejada plaza.

Hay unos ciclistas que bajan sus bicis de una furgoneta y terminan de montarlas, nos acordamos  de José Ramón. Iniciamos por la izquierda en dirección a la sierra, en esta zona las lomas y sierras están atestadas de pinos, pasamos por un vertedero de escombros que no ha ido a más pero que no han quitado, algo que no entendemos por lo minúscula de la pedanía, seguimos el camino que nos eleva entre bancales de almendros en flor y nos pasa por alguna casa de “guiris” que están restaurando, continuamos ascendiendo admirando los almendros en el fondo del cauce, llegamos a un pequeño colladito donde hay que cruzar una rambla seca, en ambos lados hay varias casas cueva muy bien cuidadas y cuya extensión subterránea intuimos grande.

Ya en el otro lado torcemos a la derecha entre ladridos de perros enjaulados de una casa que tiene un enorme techado para aparcamiento. Al poco el camino se convierte en senda muy marcada por bicis y motos, el ruido nos alerta y vemos dos muy grandes de motocross aminoran y nos saludan. Seguimos ascendiendo entre lomas y pequeños cauces y de vez en cuando los pinos nos dejan entrever la majestuosa peña, antes de llegar al collado nos cruzamos con los ciclistas que ya han dado una primera vuelta. Unas pocas rampas algo más duras y ya estamos en el rellano, cruce de caminos, más ciclistas y frente a nosotros la espectacular formación calcárea de la Peña con sus erosionadas paredes formando cuevas y dos enormes grietas. No es la cúspide esta sierra llamada de las Pedrizas, ya que el punto geodésico con sus 852 metros está en la montaña de enfrente y a donde se dirige el ancho camino de nuestra derecha.

Nosotros atacamos la Peña de cara hacia las paredes, por una sendita que luego tuerce a la izquierda buscando la primera de las grietas, la de la derecha, parece que no podamos subir pero su ascensión es sencilla, escalonada y fácil, pronto estamos en las llanas repisas que se asoman al vacío, gratas vistas: Monóvar , Elda, Petrer, la Silla, el Chaparral, Maigmó, Cabezón de Oro, el litoral, sierra de Crevillente, L’Algallat  etc.

Decidimos almorzar ante tan bello espectáculo. Oímos voces, se acerca un joven de poco más de 20 años que nos consulta por donde hemos venido y por donde vamos a bajar, le comento que por delante y hora utilizaremos la senda  que nos desciende por detrás hasta el GR-7 que viene de Elda y Monovar, nos dice que va a esperar que suban los demás. Seguimos almorzando y poco después nos pide que les hagamos una foto, son lo menos diez y entre los 8 y 20 años, están agrupados cerca del precipicio, sonrisas y dos fotos, deciden bajar con nosotros. Son de Monovar y es la primera vez que suben, tienen los coches por delante cerca de unas casas, la pareja mayor han hecho alguna etapa del Camino de Santiago en verano, les indico que dentro de poco la senda se bifurca a la derecha para bajar muy cerca de donde han subido, optar por cogerla y nosotros continuamos.

La senda es clara, con mojones y nos desciende suavemente a un camino carretero y de ahí al collado en las casas de Victoriano donde aparecen las marcas del GR-7, cogemos la carreterita asfaltada de la izquierda que nos lleva a una gran casa de color rojo visible al fondo y cerca de la Peña, en la casa se acaba el asfalto y continuamos por la pista de la derecha, ignoramos una cadena y vamos hacia otra casa bien arreglada que en un terraplén tiene una ermita cueva que está cerrada, continuamos hasta cruzarnos con otro camino que seguimos por la derecha hasta unas casas donde vemos gente y coches, son los chavales que han llegado y se van, nos piden rutas y les doy mi e-mail y la dirección del blog.

Continuamos y enseguida estamos en la senda principal, la del inicio, hemos cerrado el círculo, seguimos deshaciendo camino pero no todo es cuesta abajo, es lo que tienen los descensos. Pronto cruzamos y subimos la rambla y por el camino de nuevo al coche.

El día ha sido bueno, sol, poco aire y ahora se están formando nubes de algodón. Cinco horas de marcha contando el almuerzo.