Posted by : Vaig a Peu sábado, 16 de febrero de 2019

El Alt del Cocoll, esa montaña sin historia y casi desconocida para la mayoría de los alicantinos. La fama se la llevan otras de menor envergadura como el Cavall Verd y las grandes y altas montañas con las que no tiene comparación. No es agraciada por agreste, ni la rodea vegetación alguna, pero las cosas no se miran desde arriba, si no, como decía Miguel Hernández “alto soy de mirar las palmeras…” Su grandeza está en su situación, en ser una de las mejores atalayas para contemplar el resto de montañas, y eso, para un montañero enamorado de ellas no tiene parangón. El Cocoll, en el término de Castell de Castells, es un monte que destaca poco al estar rodeado por otras montañas de relieve más llamativo. Su cara este, de relieve redondeado, se continúa con la sierra de ses Cordelleres y el Carrascal de Parcent. Su cara oeste está cortada por el abrupto Barranc d'Aialt o de Galitero, de impresionante recorrido con varios saltos importantes y dos presas o azuts de contención para los arrastres en las riadas. El Clot de la Llacuna es una dolina de grandes dimensiones, donde existe un terreno muy fértil cultivado desde la antigüedad, en su lado Noroeste se encuentran unas ruinas de una Masía y un Corral. El Pla d’Aialt es una antigua Alquería Morisca, con pozos, abrevaderos, aljibes y ruinosos corrales, muchos de ellos desaparecidos o convertido en rústicas casas de labranza, con dos lados, Norte y Sur, separados por la carretera. Sus terrenos  son muy fértiles con numerosos campos de cultivo de olivos, almendros, cerezos y perellons, una variedad de manzana autóctona. 
CÓMO LLEGAR:Por la autopista AP-7 A-7 hacia Albacete, salida por la A-7 en dirección BENIDORM/VALENCIA, salida en la nº 65, BENIDORM/LEVANTE / CALLOSA D’EN SARRIÁ, enlazar con la CV-70, pasar por La Nucia, y  en Polop, en la pequeña rotonda coger la CV-715 a Callosa d’En Sarriá, en su rotonda, dirección Tárbena, pasar Bolulla, no entrar en Tárbena, continuar y en el siguiente cruce girar a la izquierda, tomando la CV-752 dirección Castell de Castells, seguir hasta pasar el Puerto de sa Creueta, y en el punto kilométrico 7 coger camino a la derecha hacia los Corrals del Pla D’Aialt, en unos trecientos metros aparcar junto a un aljibe.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE
ITINERARIO: POU D’AIALT / PISTA DCHA. / DCHA. PISTA / DCHA. MIRADOR LLACUNA / BAJADA AL CLOT DE LA LLACUNA / CLOT DE LA LLACUNA / SUBIDA AL CAMINO / SENDA / ELS MOLINERS / FONT DEL GALITERO / ENTRADA AL BC. DEL GALITERO / PRESA-POR LA IZQ. / TREPAR /SUBIR / TREPADA / PRESA 2ª / SEGUIR POR EL RÍO /  CORRALS DE DALT / CORRALS D’AIALT / POU D’AIALT.

LA RUTA: Ruta que teníamos guardada para realizarla con buen tiempo, no caluroso y sin lluvia por paso por el Barranc del Galitero o d’Aialt. La ruta tiene tres fases muy distintas: fácil por pista, moderada por sendero y difícil en el barranco.

La parte del barranco solo es apta para gente experimentada en estos tránsitos, y acostumbrada a trepadas verticales para superar diversos tramos. Iniciamos desde el Pou d’Aialt, antiguo aljibe con abrevadero.


Tomamos por la izquierda un ancho camino de tierra marcado por el GR-330. El día está brumoso y desde el mar, por encima de la Aixortá vienen nubes algodonosas que mueve el aire. Vemos una casa de piedra junto a unas carrascas.


Enseguida dejamos el GR por otra pista a la derecha con miradas a la Aixortá  y a bancales muy cuidados, con almendros floridos, cerezos con las yemas hinchadas, olivos y perellons una variedad de manzana autóctona. 


Siempre en leve ascenso, giramos a la derecha caminando entre bancales y casas de campo, sin dejar de mirar a la cambiante Aixortá, y dejando atrás el Cocoll también con nubes. El paisaje va permutando, ahora con pinar y carrascas.


El encrespado camino va tomando altura lo cual amplia las nubladas panorámicas, el valle se queda atrás con sus cultivos y almendros floridos, y por delante los frontales de la Penya Alta y el Morro Blau lo acaparan todo.




A medida que llegamos al Mirador del Clot de la Llacuna, desde arriba tenemos una vista completa de la depresión de la dolina, cuyo fondo está relleno de terra rossa, un tipo de arcilla descalcificada de gran fertilidad.


La pista de tierra la rodea hasta un sendero que con suave bajada nos deposita en el centro de la Llacuna que es usada tradicionalmente para aprovechamiento agrícola, aunque ahora parece más dedicada para alimentar la caza.


Decidimos regresar a la parte alta por otro lado de la ladera campo a través, cerca de un antiguo corral derruido. Arriba seguimos el camino un corto tramo hasta enlazar con un estrecho sendero con vistas al Cavall Verd.

El serpenteante sendero inicia un fuerte descenso abriéndose paso entre la apretada vegetación de matorral, con la amplia mirada a la Vall del Pop, a un caserío en la loma y las laderas de la Serra de ses Cordelleres.


El sendero termina en las ruinas de Els Moliners, que integraban un pequeño núcleo de varios corrales y masías en su día dedicadas al aprovechamiento agrícola y ganadero, que forman parte del patrimonio etnográfico y cultural de la zona.











Enlazamos con la pista del barranco que continua descendiéndonos, pasando por una zona de colmenas  para llegar a la Font del Galitero, con poca agua que desliza sobre una alargada pileta dividida en rectángulos.


Con varios zigzags y rampas en descenso el camino continúa bajando, damos la última mirada a Els Moliners y a uno de los grandes roquedos laterales hasta llegar a la entrada del Barranc del Galitero, entre pinos y matorral alto.


A unos pasos tenemos el primer azut o presa de contención para aguas torrenciales, encauzada entre muros con piso de cemento y piedras. Tenemos que subir al muro de la izquierda y por la ladera de ese lado subir arriba.


Al bajar entramos en el lecho de aluvión del barranco. La primera mirada es hacia arriba, a las escarpadas peñas del Cocoll, de las que nos separan más de seiscientos metros de desnivel y que nos acompañarán en parte del recorrido.


El cauce enseguida se encajona y se torna abrupto y rocoso, con vegetación y arboleda en las laderas. Enseguida tenemos la primera trepada, no muy elevada, pero de rocas redondeadas por la erosión de los cursos de agua.


Las grandes rocas toman posesión del lecho del barranco, el aluvión solo rellena pequeños huecos y la marcha se ralentiza; es un constante subir, bajar y esquivar peñas, que requiere ir muy concentrado en cada paso.


Constantemente el angosto cauce queda taponado por las rocas  arrastradas en lluvias turbulentas,  desprendimientos de laderas o en los roquedos de altura, teniendo que salvarlas lateralmente elevándonos fuera del lecho.


En el siguiente tramo el barranco se abre un poco, con laderas inclinadas, menos verticales que nos permite contemplar mejor la arboleda con mayoría de pinos, matorral alto y adelfas, así como los altos farallones del Cocoll.


En algunos accesos laterales podemos apoyarnos en los troncos de la arboleda para izarnos. Luego vuelve a estrecharse y forma varios recodos y revueltas sinuosas con algo más de vegetación, con vistas a crestas y laderas rocosas.











En una de las curvas nos sorprende un gran paredón que obstruye el paso, en las riadas formará una cascada de más de una decena de metros. Con prudencia y escalonadamente la superamos, hay apoyos y agarres.


Pronto viene otra trepada más sencilla, con menos altura y más amplia. Los sedimentos de millones de años han formado diversas capas, unas sobre otras y que ahora nos sirven como altos peldaños que nos suben arriba.


Grandes vistas a los peñascos de las laderas y tenemos el consiguiente salto de agua. Éste vuelve a ser elevado,  vertical con grandes rocas y pocos agarres, así que buscamos el paso lateral, que no siempre es fácil, teniendo que pelear con ramas y piedras.


Aparentemente el cauce se ensancha con grandes árboles y donde las paredes pierden altura, el lecho se torna pétreo y conserva algún charco de los últimas lluvias. Pero sabemos que nos queda al menos una trepada más.


Vuelve a taponarse el cauce esta vez con una plancha vertical y casi lisa, pero lateralmente por la izquierda, unas grietas forman una leve repisa por la que con cuidado y tiento, se accede hasta la parte alta.


Esta parte resulta algo complicada por nuestras cortas extremidades y carecer de puntos de agarre. Una vez arriba nos regocijamos al ver la segunda presa o azud de contención tras la cual terminan todos los obstáculos.


Sobre el muro de la misma observamos como el cauce del Barranc del Galitero se ensancha y las laderas pierden altura, los riscos del Cocoll se van quedando atrás. En el otro lado seguimos caminando por el lecho del barranco.


Rastros de sendero nos conducen entre abundante matorral, aparecen algunos pinos y esporádicos bosquetes de carrascas al pasar junto a unas hileras de colmenas de abejas. Conectamos con un camino y bancales de almendros.


Hacemos un giro a la izquierda y el camino separa els Corrals de Dalt y els Corrals d’Aialt. Cerrando la ruta en el pozo aljibe. Hay que dividirla en dos partes muy diferenciadas: la primera amable, y la segunda muy intensa.
RECORRIDO:CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA:SI. (Font del Galitero)
DISTANCIA:12,4 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO:05:15 HORAS.
ALTURA MÁXIMA:838 M. (Antes de llegar a La Llacuna)
ALTURA MÍNIMA:423 M. (Entrada el Barranc del Galitero)
DESNIVEL POSITIVO:497 M.
DESNIVEL NEGATIVO:496 M.
DIFICULTAD:MODERADA/DIFÍCIL, en el tránsito por el Barranc del Galitero.


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