Posted by : Vaig a Peu miércoles, 3 de diciembre de 2014

La sierra de Aitana pertenece al conjunto estructural de la Cordillera Bética en su extremo más oriental. Caracterizada por un relieve extremadamente accidentado y fuertes pendientes, sus laderas de tipo cantil-talud, junto a su proximidad al mar hacen de esta sierra un lugar de fuertes contrastes y de preciosas vistas. Lo abrupto de su orografía, con sus vértices puntiagudos y verticales paredes junto al buen clima que suele padecer durante todo el año, hacen de esta sierra un lugar ideal para ascender en cualquier época, en el paisaje de la sierra predomina abrumadoramente el roquedal, sobre todo en los niveles superiores de la vertiente septentrional. Es precisamente en esta vertiente donde se encuentran las alturas principales: aparte del pico que da nombre a la sierra (Aitana 1.558 m), son destacables la Penya Alta (1.505 m), la Penyó Mulero (1.308) y el Alt del Carrascal (1.341 m). Actualmente, un total de nueve pueblos se sitúan en las inmediaciones de la sierra: Alcolecha y Penáguila, al noroeste; al norte, y en el Valle de Guadalest, se encuentran Confrides, Abdet, Benifato, Beniardá, Benimantell y Guadalest, finalmente, en el límite sur de la sierra, aparece Sella. Todos estos municipios se encuentran en las comarcas de Condado de Cocentaina y la Marina Baja. La sierra de Aitana es un espacio que reúne ejemplos claros de los diversos usos de que ha sido objeto buena parte de esta sierra y constituye un buen reflejo de la diversidad paisajística que deriva de esos usos, a pesar de ser dominio potencial del encinar sublitoral; los paisajes prototipo son los campos abandonados, que constituyen el paisaje antropogénico dominante en la Sierra de Aitana, siendo uno de los de mayor impacto visual debido al aterrazamiento de laderas y vaguadas hasta cotas elevadas, en la que se plantaron olivos, almendros y cereal, productos a los que en la actualidad se añaden algunos frutales. Por otra parte el carboneo, que consiste en el aprovechamiento de leñas y maderas para la obtención de carbón vegetal para hogares y hornos. En la sierra de Aitana la especie más utilizada para este fin fue la carrasca. Estos carrascales destinados al carboneo se localizan en la vertiente septentrional de la sierra y sobre laderas pedregosas, de pendiente acusada, en que el aprovechamiento agrícola era imposible. Por último a destacar la importancia de las repoblaciones, son frecuentes la presencia de pinares, fruto en su mayor parte de diferentes etapas de repoblación.
CÓMO LLEGAR: Autopista AP-7 dirección Valencia, salida nº 66 VILLAJOYOSA. En la rotonda tomar la CV-770 dirección SELLA/ORXETA/RELLEU. En Sella, cruzar el pueblo, y seguir por la misma carretera dirección Port de Tudons durante unos 5 Km, donde tomaremos el camino asfaltado que sale por la derecha. Seguiremos ascendiendo durante unos 6 Km hasta que termine el asfalto junto a la Fuente y Pouet d’Alemany. Hay sitio para aparcar.
ITINERARIO: POUET D’ALEMANY / PORT DE TAGARINA / PENYA ALTA / SIMAS DE PARTAGAT / CIMA DE AITANA / CAUCE BARRANCO DE PARTAGAT / SALIDA IZQUIERDA / BARRANCO DEL CARRASCAL / BANCAL ALMENDROS / CAMINO / ENLACE CARRETERA / POUET D’ALEMANY.
COMPONENTES: VICENTE.

LA RUTA: Hoy no tengo compañía, al frustrarse la ruta del sábado por las amenazas de fuertes tormentas, la he cambiado al miércoles. Tenía seleccionada esta ruta por la bajada desde la cumbre de Aitana por el Barranco del Carrascal, que hasta hoy desconocía y no me ha decepcionado. El resto del recorrido lo hemos pateado muchas veces, pero Aitana siempre sorprende. Cuando venia no he podido resistir la tentación de parar a un lado de la carretera y fotografiar el amanecer por el Puig Campana.

Desde el Pouet d’Alemany nunca habíamos iniciado, aunque pasamos una vez para subir por la Penya de Sella. En los 6 km de pista asfaltada hasta llegar aquí, recorremos el Barranc de Tagarina que forma un estrecho y apartado valle con numerosas masías, casi todas restauradas y habitadas.


Iniciamos siguiendo el ancho camino del azagador de la Penya de Sella, en suave y constante ascenso; con la gran  mole de Aitana a nuestra izquierda, de la que nos separa el Barranc de Tagarina, que nos acompañará en la primera parte de este recorrido. Por nuestra derecha irá apareciendo el Morro de les Creus (1.113 m.)

Al tomar altura el camino hace una curva que nos permite tener una extensa visión del encajonado valle, la portentosa ladera de Aitana y el Morro que comienza a emerger quedándose atrás. Aunque el Track del GPS no lo tiene incluido, sé que poco más adelante está el desvío al Penyó Divino (1.120 m.)

Arriba en la curva, llegamos a una bifurcación, el azagador se va por la derecha y nosotros continuamos subiendo por la izquierda. Las vistas con el tibio sol, son estupendas, y de pronto, por la derecha, irrumpe en el paisaje la grandiosa figura del Puig Campana (1.408 m.), con su muesca en forma de ventana.

Es una visión borrosa por la bruma que lo envuelve. En la perspectiva, el Penyó Divino nos parece de mayor altura. En el otro lado vemos al completo, el escurrido valle donde culebrea el Barranc de Tagarina. Ensimismado con las panorámicas me he olvidado el desvío al Divino, así que lo dejaré para otra ocasión.

En la loma del Divino distinguimos el Colomaret bañado por el sol. Para sortear un barranco, el camino se encrespa, para bajar haciendo varias curvas y luego volver a subir. Hacia atrás, la bruma parece despejarse y nos deja ver el litoral marino.

Llegamos a una pequeña cruz adornada con sufridas flores de plástico, que marca el lugar donde hace seis años murió una persona haciendo lo que más le gustaba, suponemos que sería senderismo. Es un bonito sitio desde el que se pueden distinguir las Crestas de Sella.


Tenemos por delante el camino franco con suave desnivel hasta el Port de Tagarina (1.256 m.). Estamos en una encrucijada de senderos y un esplendido mirador a ambas vertientes, la que acabamos de recorrer y la que da al valle de Guadalets, delimitado por las barreras montañosas de Aixortá, Mallada del Llop, Pla de la Casa y la Serrella.

Si seguimos de frente bajaremos a la Font de Partagat y Benifato, por la derecha subiríamos al Penyó Mulero (1.308 m.), y por la izquierda, es nuestra senda con destino a la cima de Aitana. Tenemos hacia arriba un fuerte y pedregoso repecho hasta alcanzar la cuerda de la sierra.

Con paciencia, poco a poco, vamos superando el fuerte desnivel. Alcanzada la línea que marca la depresión y el abismo, la senda discurre muy cerca de ella, siempre en ascenso, y con ramales que la bordean. El Puig Campana se enturbia con las nubes. Con mucha precaución, decido marchar cerca del precipicio.

Desde esta altura distingo al Pou de Neu dels Teixos y la cresta que falta por recorrer. Posicionado en una grieta tengo un enfoque amplísimo a la zona de la Forata y el final de las Simas de Partagat. Por encima de la gran loma asoman los artilugios militares.











De esta manera bordeo todas las ondulaciones y recovecos, consiguiendo perspectivas espectaculares, de una verticalidad increíble, que superan con holgura los cien metros. Las fracturas del paisaje son increíbles, hay rocas calizas con edades entre los 35 y 50 millones de años.

Tomo un ramal que después de superar unas carrascas llega a Penya Alta (1.505 m.) un mojón de piedras marca la segunda altura de Aitana. Las vistas laterales a los cortados son grandiosas, con caídas verticales asombrosas. Nos vamos separando del abismo.


Nos acercamos de frente hacia las Simas de Partagat y el Pas de la Rabosa, desde esta posición se consiguen las fotos más emblemáticas de Aitana. Llegamos al cruce de senderos y a un pequeño rellano herboso junto a unas hiedras. Buen sitio para el almuerzo.







Como es de rigor, me asomo a ver la depresión de las Simas de Partagat. Aunque estas fracturas abiertas por gravedad son muy comunes, sus dimensiones las convierten en un ejemplo interesante desde un punto de vista paisajístico y didáctico. Para comprender su origen, es necesario resaltar que estas calizas se apoyan sobre unas arcillas también de edad Eoceno.


Continúo por el sendero hasta la “cima” de Aitana, un montón de piedras a 1.545 m. de altitud y antes de llegar a la valla del recinto militar. Digamos que es el punto donde los montañeros decimos haber hecho cumbre. El verdadero Vértice Geodésico (1.558 m.) está dentro del vallado.  Si ampliáis la foto, lo veréis al pie de la Bola.

Almuerzo contemplando las bellas vistas del camino recorrido, con el valle de Guadalest al fondo y viendo como el Puig Campana se enreda entre las nubes. Después inicio el regreso. A partir de ahora, el recorrido es totalmente nuevo para mí.

De espaldas al precipicio y mirando al Puig Campana hay que descender hasta el fondo de la vaguada, y que viene desde las Simas de Partagat. No hay sendero ni mojones, se trata de bajar buscando las mejores opciones hasta llegar al cauce del incipiente barranco.

Una vez en él, perdemos la visión de las antenas y comenzamos a recorrerlo, el lecho se vuelve más profundo y crecen rocosas paredes laterales que angostan el paso. Su tránsito es fácil y lo andaremos durante unos cuatrocientos metros, más bien pegados al lado izquierdo.

A esta altura veremos que al frente derecha, unas grandes rocas cortan el descenso. En este punto saldremos del barranco por la izquierda, junto a un gran peñasco se abre un portalón y nos obsequia con la agradable visión del Barranco del Carrascal desde su cabecera, de nuevo con la silueta del Puig Campana.

El Racó del Carrascal es una pequeña burbuja dentro de esta enorme sierra. Altos paredones forman una muralla de 1.341 m. en su parte más elevada y con un fuerte desnivel termina en un estrecho embudo, en el Passet del Carrascal junto a un bancal de almendros que nos servirán de referencia.

Empezamos a bajar por la izquierda; esporádicos mojones nos van guiando sin precipitarnos en la bajada, haciéndolo lateralmente hacia la base de las paredes, junto a un pequeño pivote puntiagudo, donde diagonalmente seguiremos descendiendo, hasta situarnos frente al embudo por la izquierda.

Mirando hacia arriba las paredes son impresionantes. Por el nombre de este bello rincón, en sus mejores tiempos debió de estar poblado de carrascas, que ahora escasean arrasadas posiblemente por algún incendio. Pese al inclinado desnivel vamos avanzando con moderación.

A media bajada los mojones son más frecuentes y se agiliza el descenso. Poco a poco las paredes se van estrechando angostando el paso antes de entrar en el embudo. Mirando hacia arriba, los paredones forman un pequeño circo sin aparente fisura.

Entramos en el Passet del Carrascal que cierra la burbuja dejando aislado este escondido rincón, y arribamos a los bancales de almendros que desde arriba nos parecían inalcanzables. Encima de las paredes, negras nubes amenazadoras se están concentrando.

Por la izquierda del bancal nace un camino delimitado con vallas de plástico azul, por el que proseguimos. El paisaje vuelve a ser familiar; enfrente y sobresaliendo de la pineda vemos la Penya de Sella. El camino de tierra hace varias revueltas entre fincas y casas de campo para termina en la carretera.

El asfalto es tedioso, pero apenas son dos kilómetros en ascenso hasta el Pouet d’Alemany donde cerramos el círculo y la ruta. No le quitamos ojo a la ladera de Aitana, ahora que sabemos donde se ubica la entrada al Racó del Carrascal. Esta preciosa bajada nos permitirá diseñar otras rutas.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 14,6 KM
TIEMPO: 04:53 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 1.558 m. (Cima de Aitana)
ALTURA MÍNIMA: 831 M.
DESNIVEL POSITIVO: 760 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 797 M.
DIFICULTAD: ALTA.

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